La democracia
“procedimental” sigue siendo la clave:
El PT en la realidad no fue lo
que habría sido su origen, una versión izquierdista bastante marcada en Brasil,
la cual a la salida de la dictadura se plantaba con fuerza frente al
capitalismo al menos en cierta forma sindical y renovaba las realidades del “autoritarismo
desarrollista” brasileño admirado como el coreano por economistas como Aldo
Ferrer. Este proceso continuo con sucesivas derrotas de Lula, al PT cuando fue
ideológico le costo entrar a la gran política burguesa, es decir, ganar
elecciones nacionales.
Luego Lula se moderó, las
reformas de Cardoso se materializaron, los sindicatos se pusieron ahora los del
PT bajo el ala del Estado, se impulsaron grandes planes sociales, no se altero
la macroeconomía, y una suerte de proceso de adaptación llevó de unos años
iniciales de crecimiento muy bajo al periodo de oro del “lulismo”, el crecimiento
durante su segundo mandato, a esto opto a diferencia de muchos otros, no ir por
la re-elección por un tercer mandato ya sea por formas legales más o menos
constitucionales y dejó una sucesora Dilma. En todo este proceso el PSDB cedió
posiciones, el PMDB se mantuvo como una fuerza relevante, y Brasil fue un “débil”
intento populista tal vez, pero claramente ya sea que el populismo sea una
forma de construir mayorías casi universales tal cual lo entendía Laclau, o se
trate simplemente de atender necesidades- modelo más relacionado con la
consultoría política, las campañas políticas se convierten en una caja negra.
En este sentido podemos
considerar: 1- el papel mismo de la economía como la idea general del voto, 2- la
presentación de los mismos tópicos como resultado de campañas de escaso debate
ideológico: ¿Cuál es la diferencia entre Aecio, Dilma y Silva en: trabajo,
salud, educación, derechos humanos, etc.? 3- la presencia o no de un líder
gravitante en este caso se trataría sin lugar a dudas de Lula da Silva, y por
qué no si tuviera suerte en algunos años de la misma Marina Silva. Ante esto
queda claro que hay un descarte, ¿el futuro del PT? Una pregunta que se resolverá
en la post-elección, pero queda claro que sería una crisis no definitiva pero
sin importante en el sistema. Podemos decir además que la caída de Brasil en
una suerte de excepción debilitaría a los gobiernos de Nicolás Maduro, ya débil
de por sí, y al final de la recta de la campaña en Argentina sin dudas, gran
parte de nuestro comercio, y el comercio potencial de Venezuela se podría hacer
con Brasil.
Cuando consideramos esto, vemos
la debilidad teórica de quienes se han centrado en la “era dorada” del
populismo, el problema los medios de comunicación, ante el ocaso de ciertas
formulaciones, quizá la derrota misma de estas, no exactamente por el
conservadurismo tradicional, sino por crisis de las alianzas gobernantes y de
sus figuras, (traidores)- queda claro que podemos entender que los poderes fácticos
no se han alterado demasiado pero sí la oferta electoral, ahora bien ¿por qué
seducen los candidatos indefinidos? Es simplemente porque suman ideas complejas
de una sociedad saturada de demandas concretas, o simplemente por apatía e
individualismo, pero superficialidad. Es claro que no importa en un sistema
procedimental, la democracia es un espasmo en varias etapas de un capitalismo
que confunde, las metas empresariales, son muy distintas que la de los
votantes, en este sentido el divorcio en el caso de Marina Silva es
excepcional, el PT es acusado de corrupto, por lo que la renovación de la política
es una parte más como lo podría haber sido, la llegada de Lula al poder al
principio de su mandato una promesa que está desdibujada. ¿Subestimar,
sobre-estimar a la gente? ¿Renunciar a entender a la sociedad? ¿Perder campañas
políticas? Claramente, la idea fue expresada o parafraseada, por los
entusiastas superficiales, ¿o eran profundos de los gobiernos progresistas
latinoamericanos? Primero, que se habían adaptado a la democracia
(procedimental) y por eso ganaban, segundo que la “iniciativa política” iba
por delante de la “intelectualidad”- la cual dicho sea de paso fue una visión de
ombligo es decir, la propia “intelectualidad progresista”.
Simpáticos versus estadistas, “ingobernables electorados”- gurues
versus estructuras:
Marina Silva va ser la primera
piedra en el zapato de muchos entusiastas, no se trata de Capriles, un
opositor, claro, el cual en el esquema de Venezuela polariza fácilmente se
trata de una realidad más peligrosa, Brasil no tiene el espejo populista, no
tiene el espejo clasista, no tiene el logro del mundial, tiene recesión y una líder
que puede que no sea tan simpática como se pretende. Marina Silva tenemos dudas
que sea una estadista, tenemos duda que no sea una oportunista, ¿pero acaso hoy
en día eso está tan mal? Claramente a diferencia de los gobiernos
parlamentarios, aprendimos eso con Menem y Fujimori, se puede ser presidente
con una mezcla vario pinta de ministros, grupos económicos en general y sólo
hacer de mascarón de proa.
Sepamos que la trayectoria de
ascenso social, mezclado con una mezcla interesante de una bruma ecologista está
convenciendo más a Brasil que el papel de Petrobras, o el desarrollo de la
infraestructura, o sin dudas el importante papel del Banco Central de Brasil.
¿Acaso nos engañamos? El más torpe, o mejor dicho el que peor la está pasando
es Aecio, no parece ser un convincente estadista, no es simpático, y su lobby
era contra un tímido hombre del PSB que porque iba a perder, sólo cotizaría sus
votos en la segunda vuelta. ¿Acaso por eso no era el hijo dilecto de Lula y el
amigo entrañable de Aecio? Marina Silva puede ser dos versiones claras y bien
de nuestros tiempos para analizar, a) (muy simplificado) una nueva alianza
populista de la gente que quedo por fuera del PT), estos serían un cambio de un
ciclo en Brasil. Las causas, como todo populismo no se pueden saber. O si saben
se sabrán mucho después, podemos ir desde protestas, hasta una nueva serie de
identidades políticas pero yo en este caso lo descartaría. B) Se trata de un
caso muy bueno de marketing político, de consultoría política, ¿No será que
simplemente la imagen de Marina Silva combinada en una campaña que está
saliendo mal para el PT y peor para el PSDB está dejando hacer al PSB? No
tenemos información, no sabremos aún que otros acuerdos por fuera de la prensa
se realizan, no tenemos idea de cuales serían los estímulos pero bien podría no
haberlos. Esto podría mostrar al PT como un partido político maduro, y con una
vida de larga duración, o una crisis, pero esta crisis sería la crisis de Lula,
y la desaparición de una parte dinámica de la sociedad brasileña. La pregunta
por las bases, huirá como suele pasar por medio de otros análisis. En este sentido,
la ciencia política, la consultoría política,
y la visión de América Latina puede cambiar velozmente. La razón es sencilla,
se trata de un nuevo vacío, la representación, y los intereses tal vez estén más
licuados de lo que se considero al principio y ríos de tinta quedarán más para
una “sociología de los intelectuales” que como una muestra correcta del proceso
en marcha.
Si Marina Silva es la restauración,
y su plan económico termina por ser ajuste, y apertura económica, no distará
demasiado de sus pares liberales, por lo que el espectro sería claro, liberales
versus “anti-liberales”, aunque no sepamos bien cómo fue, lo que es cierto es
poco importaría quién y cómo aparece en el sistema sino que las campañas
desatarían el espacio para la maniobra que la lenta construcción pretendida “gramsciana”
no habría logrado tener. ¿Dilma podría llegar al poder haciendo como Angela Merkel
y pactar con el PSDB? ¿Un gobierno de unidad nacional para que nadie cambie-
por fuera o por dentro de las reglas? Esta pregunta no se resolverá lo que sí
se sabe es que la simpatía, en su forma más banal retoma fuerza porque la
sociedad no cambio grandes pautas sobre las cuales, se habría podrido llegar al
“post-neoliberalismo” pero porque se fue muy generoso en lo escueto de la
definición de neoliberalismo no sería raro que por la ventana, volviese, el
neoliberalismo que no estaría tan lejos. Claro que no sería un neoliberalismo
ideal, sino uno de hecho. Un neoliberalismo de hecho, es menos gasto estatal,
menos impuestos, más libertad para las empresas, ¿la gente pensaría en clave
tan sencilla? Este vacío en una ausencia de una propuesta ecologista seria en
todo el mundo y en América Latina, permite, que el prefijo “eco”, esté en todas
partes, y si en muchos lugares no se usa es porque la gente no le importa, un
caso amarillista y oportunista, la Ciudad
Verde de Mauricio Macri.
¿Por qué Durán Barba y Marina
Silva?
Si las
campañas sólo se tratan de spots, si el conflicto social es administrado a
cuenta gotas en el calendario electoral, si las discusiones son de interés
general, si la gran mayoría de la población es apática a la política en
general, y se interesa por política local, si en suma, la intuición de los
votantes, sus deseos contradictorios, los lobbys, errores en el gobierno y en
la campaña pueden cambiar todo el panorama económico, ¿por qué no pensar que
cada una de las instancias toma una autonomía interesante? Mientras que
Foucault se sorprendía por el exotismo de Irán, a principios de la Revolución Islámica ,
Zizek consideraba que ese “populismo” nada podría decir nuevo, mientras que
cierta derecha, existe, pero los Estados mismos en Latinoamérica para seguir “gobernando”
hacen un contrapeso de medidas, desde el “sacudimiento” de Maduro, al default
de Argentina, al mundial de Brasil. Hay un
divorcio claro de las críticas a los gobiernos por los medios, la propuesta de
quiénes son quienes deben “reemplazarlos”, y cómo se vota, críticos acérrimos
pero superficiales, voto útil con criterios de utilidad obtusos, beneficios difíciles
de constatar, esas son las fórmulas, tan importantes que Durán Barba podría ser
un figurín divertido, en vez de postrarnos ante un capitalismo que poco cambio
en el post-neoliberalismo la pregunta debería ser si no hay una competencia teórica
en la cual, el intento de la comprensión, la supuesta ilustración de la Opinión Pública se constata inútil
y surge una suerte de profesionalismo donde los que ganan dinero maximizando
votos, son una empresa política dentro de la idea de empresa política schumpeteriana.
La derivación, ya no de políticas, ya que no hay partidos sino de la ecuación
entre políticas, candidatos, simpatía, “factibilidad”, publicidad-cada partido
hace la suya y medios de comunicación. La idea de una reflexión de la Opinión Pública general es
lenta, casi podríamos decir obsoleta a menos que se considere sobre el discurso
general de esa sociedad, sobre su frontera, si la frontera, en Brasil se corrió
a la derecha con el Mundial en medio de una catarata de propaganda poco
realista, ¿por qué la gente no habría de aceptar a una política poco realista
como Marina Silva? Como una maldición el PT en vez de maldecir su suerte por no
conseguir sus deseos, ha conseguido sus deseos pero tal vez al costo de
anestesiar a sus propios votantes. A los estadistas se le piden milagros, a los
políticos cercanos a la gente se le piden “relaciones públicas”.
Fuentes:
http://politica.estadao.com.br/noticias/eleicoes,governo-nao-agiu-por-causa-gay-diz-entidade,1553849
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