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martes, 30 de septiembre de 2014

Brasil no logra salir de su dependencia. Entrevista a Gonzalo Rojas.

Brasil no logra salir de su dependencia


Entrevista a Gonzalo Rojas
Profesor e investigador de la Universidad Federal de Campina Grande -Paraíba

“Inserto en la academia brasileña, estudia los límites estructurales de la inserción internacional de un Brasil semi-colonial, afirma Rojas”


Por: Ricardo Romero – Politólogo UBA/UNSAM www.sobrelatinoamerica.com.ar


Los gobiernos “posneoliberales” están buscando consolidar sus proyectos en este mundo global. Desde una mirada crítica, Gonzalo Rojas, un estudioso de las relaciones internacionales conversó con Tiempo Argentino sobre los límites del desarrollo brasileño. Reside hace trece años en Brasil. Politólogo argentino con doctorado en ciencia política por la Universidad de San Pablo y pos doctorado por la Universidad Estadual de Campinas. Actualmente es profesor en el programa de posgrado de la Universidad Federal de Campina Grande (UFCG) en Paraíba.
¿El tema latinoamericano no es muy demandando en Brasil, te costo insertarlo?
No costo insertarlo porque tenes libertad de presentar los temas. En realidad, ese menos interés es de las ciencias sociales en general, no de un programa o de otro, existe ese problema, pero cada vez hay una mayor conciencia de tener que estudiar América Latina, si bien son contenidos relativamente marginales en la academia, si comparas con otros tipos de temas, instituciones políticas, metodología cuantitativa o sistema de partidos; que son temas que rigen a la ciencia política hegemónica, nosotros en el equipo de investigación Praxis nos posicionamos desde una perspectiva contra hegemónica, por lo que discutimos teoría política o coyuntura política latinoamericana y mundial.
¿Con qué enfoque abordan el tema?
Desde el punto de vista de las relaciones internacionales, partimos de una lectura gramsciana, que sostiene que la política internacional es expresión de las relaciones de fuerza entre las clases y de la política de la clase dominante en cada país manifestada en el plano mundial. Trabajamos con este punto de vista, que no es el abordaje tradicional gramsciano de las relaciones internacionales, ni el realismo conservador ni el basado en los Estados en la formación de un “hegemon”. A partir de este marco de comprender las relaciones de fuerza en cada país, utilizamos dos conceptos: “formación económica social” de Marx, para estudiar cada país, y “desarrollo desigual y combinado” de Trosky. Nuestra lectura de Gramsci es una lectura leninista.

¿Cómo se aplica eso?
Y en el marco de ver a Brasil, podemos comenzar afirmando que no puede tener una política interna regresiva y una política externa progresiva, que es uno de los mitos cuando se habla de política internacional en Brasil. Donde podes ser bueno afuera y adentro no tanto. Para nosotros existe una coherencia entre la existencia de un modelo neoliberal, que continúa siendo hegemónico y que se expresa en la autonomía del Banco Central, en el equilibrio macroeconómico, pago de la deuda, la ocupación en Haití, con la política internacional de Brasil. Porque si bien hubo un cambio al interior del modelo, donde un sector de la burguesía interna asociada al capital internacional quedó con más fuerza con más poder que en la era de Fernando Henrique Cardoso, se mantiene la base macroeconómica, y ahora se da más peso al Estado, pero para garantizar el desarrollo de las empresas brasileñas en el plano mundial. Porque la política de Brasil es fortalecer a través del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) a las grandes empresas brasileñas para que actúen en el plano internacional.
Tal como les decía Lula, anímense a ser trasnacionales
Si pero con la plata de BNDES. Que en realidad vos tenes un discurso neodesarrollista que oculta las dificultades estructurales de un país semi-colonial, que es algo que nadie dice. Porque el discurso aparece como neodesarrollista pro eso no tiene relación con una cuestión estructural, donde Brasil se presenta como un país muy rico en recursos naturales, con una cierta estabilidad política, al menos hasta las movilizaciones de junio del año pasado, y este fomento a las empresas brasileñas para que sean “empresas globales”, pero que pasa, es un mito esto que las economías de los países emergentes irían a salvar al capitalismo de la crisis mundial, especialmente desde el 2008 donde se toman a Brasil, India o Rusia, o sea que los BRICS como salvadores del capitalismo. Hay un discurso neodesarrollista, que no hace un balance de por qué el desarrollismo fracasó en América Latina y cómo el neoliberalismo fue una respuesta, de derecha, contra la clase trabajadora, pero fue una respuesta a la crisis del desarrollismo, y parece que porque tenes la crisis capitalista mundial y del neoliberalismo podes volver a Keynes o hablar de desarrollismo sin hacer un balance de por qué fracasó. Y fue por las propias cuestiones estructurales de las burguesías internas por lo menos en nuestros países.
¿A qué te referís con fracaso?
Es que es imposible pensar un desarrollo capitalista autónomo brasileño por fuera de los marcos del imperialismo. Hay una situación muy paradójica, Estados Unidos es la principal fuerza militar, que tiene una crisis de hegemonía, pero que no es una crisis de dominación, porque si bien ya no arenga a todos tan fácil, nadie rompe mucho tampoco, porque nadie cuestiona la división internacional del trabajo impuesta por el imperialismo, los BRICS no cuestionan esta división. Se sueña con tratar de construir un capitalismo autónomo, pero cuál es el problema, en la medida en que países como Brasil tratan de construirlo, parecen olvidarse que entran a partir de sus recursos naturales y con productos sin valor agregado, siendo desde el punto de vista tecnológico una dependencia absoluta, desde el punto de vista cultural ni hablar, y desde lo político también ya que no hay una ruptura con el imperialismo. Entonces se da una situación en que se vive una nueva situación política pero lo que tenemos un Brasil en América Latina con un discurso “neodesarrollista”, tratando de ser líder regional, pero teniendo en cuenta que las características de la inserción de Brasil en el mercado internacional capitalista, hace que sea cada vez más dependiente. Entonces cual es la combinación, recursos naturales con la tasa de interés que en los últimos años fue la más alta del mundo, y eso hizo que los capitales que no tenían rendimiento en los países centrales entren a Brasil, así vos tenes una sobrevalorización del real en ese contexto, donde se beneficia a estas empresas brasileñas que con un dólar barato pueden ir a competir en el mercado mundial capitalista, asociadas al Estado.
¿Cómo acompaña el Estado?
Y esto lleva a la necesidad de acciones en política internacional de Brasil, te doy un ejemplo, como es Haití, allí las principales empresas que están son de capital brasileño. De hecho, el propio José Alencar, ex vicepresidente de Lula, era un empresario que tenía negocios allí. Y lo que pasó con el Tipnis en Bolivia, donde esta creación de infraestructura tiene como objetivo beneficiar a la burguesía brasileña asociada a los grandes capitales imperialistas. Por eso, esta combinación de factores hace, frente a lo mucho que se dice, que la política internacional de Brasil no sea progresista en términos internacionales, sino que es la expresión de las relaciones de fuerza de las clases que existe en el país y que se proyecta.
¿Y cómo se relaciona Brasil con América Latina?
La intención de Brasil en este momento es de presentarse como cabeza de una serie, de América del Sur al menos, y eso lleva también a ciertos conflictos y ciertas categorizaciones, mismo de autores críticos que puede ser mal interpretada. Hay gente que dice que Brasil puede ser sub-imperialista, citando a Rui Mauro Marini que es un intelectual del ala izquierda de la teoría de la dependencia. La profesora Virginia Fontes, historiadora de Río de Janeiro, a quien admiro, afirma que, Brasil es capital-imperialista, más que sub-imperialista. Es real que en términos políticos como la forma en que aparece la defensa de los intereses comerciales de Brasil frente a Paraguay, Uruguay o Bolivia, pero según nuestra interpretación no podemos decir que Brasil tiene condiciones de convertirse en sub-imperialista o capital-imperialista, sino que en realidad expresa estos niveles de explotación y dominación porque es lo que precisa para integrarse de mejor manera al mercado capitalista sin cuestionar la hegemonía.

¿Ni siquiera con una estrategia articulada en los BRICS?

De los BRICS es de lo que más se habla en Brasil, pero es un espacio es muy heterogéneo, no es lo mismo China y Rusia o que Brasil y la India. Porque una cosa son los países de los “socialismos reales” que se incorporan al mercado mundial, que serían países más claramente dependientes, pero en el caso de Brasil detrás de todo esto se presenta una profunda dependencia y aparece como un país típicamente semi-colonial, desde el punto de vista analítico, donde el desarrollo desigual y combinado de Brasil hace que se encuentre un poco de lo más moderno con cosas super atrasadas. En síntesis para los marxistas la dependencia económica y la dependencia política son las características de los países semi-coloniales como Brasil o Argentina, salvando las diferencias.

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