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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Desafíos de la oposición



Desafíos de la oposición

(Foto: AFP)
18 de Noviembre de 2018

Es claro que la victoria de Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales de Brasil consuma el golpe institucional perpetrado contra el gobierno de Dilma Rousseff, bajo la hegemonía del PT (Partido de los Trabajadores), colocando al poder fáctico militar y evangélico en lo más alto del mismo. Sumado a eso, redefine el escenario político reordenando la composición parlamentaria, con una fuerte fragmentación que alcanza a 30 partidos en Diputados y 21 en Senadores. Con el dato relevante de que los partidos tradicionales redujeron su participación en el Congreso.
El MDB (Movimiento Democrático Brasileño), del presidente Michel Temer, pasó de tener 51 diputados y 18 senadores a 33 y 12 respectivamente. En tanto que el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, pasó de 49 representantes en la Cámara Baja a 34, en tanto que en la Cámara Alta pasó de 12 a 8. Y el PP (Partido Progresista) de derecha pasó de 49 en Diputados a 34, aunque mantuvo los 6 Senadores.
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En tanto que el PSL (Partido Social Liberal) de Jair Bolsonaro se reposiciona en el Parlamento brasileño, consiguió 4 lugares en el Senado donde no tenía representantes y de 8 diputados a 52 bancas. Situación que le permite articular una base aliada, especialmente a partir de los vínculos de los casi 70 militares y 80 evangelistas representados en los diferentes partidos del Congreso, lo que daría sustentabilidad y gobernabilidad al nuevo presidente.
Frente a la consolidación de la derecha, el interrogante que surge es qué sucederá con la oposición, especialmente con el PT, que si bien fue el más atacado en las elecciones y con pérdidas, pasó de 61 a 56 diputados y de 9 a 6 senadores, y termina siendo el partido con mayor representación en el Congreso brasileño. Además, cabe destacar que el PT obtuvo cinco estados, junto a sus aliados que ganaron en 18 gobernaciones de las 27 en disputa, dándole un peso regional para contraponer la política de Bolsonaro, donde se puede señalar que de los 10 millones de votos diferencia con Fernando Haddad, 7 de ellos los obtuvo en el oscilante estado de San Pablo.
Sin embargo, la gran incógnita es pensar un PT sin Lula. La cruda realidad es que se especula en que el establishment político no le concederá la libertad y que el líder petista continúe en prisión, donde podría morir a voluntad de Bolsonaro. Así, crujen las internas en el partido, con la duda de si Haddad tendrá la capacidad de erguirse en el nuevo conductor. Más aún, un interrogante mayor: ¿podrá el PT mantener la capacidad de liderazgo de una oposición?
Existen posiciones radicales en el mismo PT, que ante el desgaste y preponderancia antipetista del electorado plantean en formar una nueva agrupación, pasando por quienes sostienen la necesidad de formar un Frente, al estilo uruguayo o más de izquierda como el argentino, hasta los más estoicos que quieren sostener la identidad partidaria.
Al respecto, Tiempo conversó con Ana Prestes, politóloga y nieta de Luis Carlos Prestes –legendario fundador del Partido Comunista de Brasil, quien sostuvo "ya está en proceso de formación en el Congreso Nacional una oposición, aun con una configuración un poco compleja para los partidos de izquierda para ver cómo se van a organizar en un bloque de oposición, aunque veo con dificultad que todos los partidos estén en un mismo bloque, aquellos partidos que harán oposición a Bolsonaro". A su vez, Prestes sostuvo: "Si bien no es probable un bloque de todos los partidos opositores, el PT sigue siendo el mayor partido de la izquierda y habrá un frente amplio en la sociedad, bastante mayor que los partidos".
Siguiendo el planteo de Prestes, el PT deberá profundizar los lazos sociales con las organizaciones de masa, como la CUT (Central Única de Trabajadores) o el MST (Movimiento de los Sin Tierra); o la UNE (Unión Nacional de Estudiantes) y la UNES (Unión Nacional de Estudiantes Secundarios), federaciones de donde surgió Manuela D'Avila, otra dirigente que quedó posicionada en la oposición. «


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lunes, 29 de octubre de 2018

Se inicia la democradura de Bolsonaro



Se inicia la democradura de Bolsonaro

Por Ricardo Romero - desde Porto Alegre
29 de Octubre de 2018

En una presentación súbita, las urnas brasileñas sentenciaron lo preanunciado por las encuestas: Jair Bolsonaro es el nuevo presidente de Brasil. Con ésto, se consuma el golpe abierto con la destitución de Dilma Rousseff en 2016, dejando en el gobierno al poder fáctico de las Fuerzas Armadas y el multimedio Record de la Iglesia Universal.
Se cierra un ciclo abierto en 1980, con las huelgas de los metalúrgicos y el surgimiento del PT-Partido dr los Trabajadores con el liderazgo de Inacio Lula Da Silva. Desde la democratización, el PT siempre estuvo en ascenso, participó con chanches de todas las contiendas presidenciales, incluso ganó cuatro y hoy pierde con su principal referente en la cárcel.
Sobreviene una especie de Democradura en Brasil, donde peligran todos los derechos civiles y conquistas sociales alcanzadas. De hecho, Michel Temer ya avanzó con una reforma laboral que retrotrae al siglo XIX las obligaciones del empleador, y congeló el gasto social por 20 años, provocando una tendencia de exclusión al acceso a la educación, la salud o la vivienda. Ahora, la principal agenda es la privatización del sistema de previsión social, dejando a las ciudadanía sin derecho a la jubilación.
Se suma la entrega de las reservas de petróleo a capitales privados que, expectante de ganancias siderales ante un aumento del precio del barril, principal foco de la disputa contra la política inclusiva de los gobiernos del PT, es capaz de.recurrir inescrupulosamente a cuanta maniobra sea necesaria. Medidas que serán sustentadas desde un autoritarismo racista, xenófobo, misógino, y homofóbico; para desguarecer a la mayorias de sus derechos sociales.
Y si bien el PT logró el apoyo del 45%, unos 45 millones de.votos, siendo la bancada más grande en el parlamento, y logró 5 gobernaciones, a lo que se suman casi 400 intendencias obtenidas en 2016, pareciera no alcanzar. Porque, hace cuatro años, cuando los dirigentes del PT, en plena reelección de Dilma decían que habría un golpee parecía una exageración, ahora sostener que se abre una etapa de autoritarismo en Brasil no parece descabellado.
Porque el escenario se hace cada vez más sombrío, con la amenaza de encarcelar a líderes de oposición, especialmente del PT, como sucede con Lula, que de mantenerse preso prodría significar su muerte en la cárcel y al que podrían sumarse Lindbergh Farias -el influyente senador carioca que ayer quedó sin fueros al no ser reelecto-  o el mismo Fernando Haddad, convirtiendo a Brasil en una verdadera Dictadura.

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domingo, 28 de octubre de 2018

Si Lula hubiera sido candidato, no estaríamos hablando de Bolsonaro

https://www.tiempoar.com.ar/nota/si-lula-hubiera-sido-candidato-no-estariamos-hablando-de-bolsonaro




"Si Lula hubiera sido candidato, no estaríamos hablando de Bolsonaro"

Tiempo reunió a Alcira Argumedo, Monique Lemos, Ricardo Romero y Ariel Basteiro, para tratar de entender cómo llegó el ultraderechista Jair Bolsonaro a estar a un paso de ocupar la residencia presidencial de Planalto en Brasilia.
28 de Octubre de 2018







Tiempo Argentino –¿Cómo se llegó a este escenario en Brasil?
Ariel Basteiro: –Yo creo que hay un nivel de cansancio de la sociedad brasileña en los últimos dos años del gobierno del PT y además se debe analizar que todas las sociedades son fácilmente manipulables a partir de los medios de comunicación. Hubo una tarea muy planificada para imponer otro candidato que no fuera el PT. Llegaron hasta a encarcelar e ilegalizar a Lula. Pudo haber errores en los sectores más progresistas de Brasil pero hay una responsabilidad también de la sociedad. No se entiende ese giro a la derecha cuando hace dos años votaban una propuesta de izquierda y resulta incomprensible que aquellos que votaron con la propuesta de Lula de garantizar cuatro comidas por día para todos los brasileños hoy se trastoque en que hay que meter bala a los pobres. Ese clic no es analizable desde el punto de vista político sino sociológico o psicológico.
Ricardo Romero: –Yo creo que hay que analizar lo que pasó con Petrobras. El descubrimiento del Presal, los recursos petroleros del fondo del mar, convierten a Brasil en un país petrolero, no con petróleo. Ese es el punto neurálgico de acumulación de capital en ese país y creo que el establishment no quiere permitir que esos recursos los apropie el Estado y el esquema de distribución social sino en forma privada y en forma de negocios. Es esos términos están haciendo cualquier cosa para sostener el poder político y el gobierno. Entre eso figura anular a Lula y todas sus políticas incluso de transparencia. Por el Lava Jato fue posible a partir de una ley de ese gobierno que destraba el sistema de corrupción en esa empresa. Lo que al establishment le sale mal es construir un candidato más o menos propio, porque Bolsonaro no es lo que ellos querían. Más allá de que la verborragia de Bolsonaro la van a poder controlar.
Monique Lemos: –Estuve en la primera vuelta en Brasil y lo que más escuché fue "nosotros queremos cualquier cosa, menos el PT". La sociedad está enojada. Desde el golpe a Dilma hasta ahora se construyó un monstruo que es la corrupción y la concentran toda en el Partido de los Trabajadores, aunque en el Lava Jato están casi todos los partidos involucrados. Además vi algo, incluso en mi familia, que la gente se identifica con las cosas que Bolsonaro dice. Mucha gente tiene prejuicios, discrimina, es racista y había una represión a esos sentimientos en un país como el nuestro donde hay 80% de afrodescendientes. Ahora todo eso se liberó, muchísima gente piensa igual que Bolsonaro, sus votantes son fanáticos. No quieren a la comunidad LGBT, no quieren saber nada con los afrodescendientes. Yo los escuché y hablan con emoción cuando escuchan "tenemos que meterle balas a todos". Se identifican ante la aparición de una propuesta extremadamente diferente a una que ellos odian entonces "nace una estrella". Oscura pero estrella al fin. Además él no usa de los medios televisivos, tiene 1500 grupos de WhatsApp y se maneja desde allí, con memes e informaciones, cero contenido. Es una imagen fuerte, una frase de impacto y listo. Además hace campaña en las iglesias evangelistas. Un domingo en San Pablo en una iglesia evangelista hay como cinco o seis mil personas y lo que el pastor dice ahí es ley. Otra cuestión es la de la seguridad. Brasil es uno de los países más violentos de América Latina y esa propuesta de "vamos a dejar tranquilas a las madres brasileñas que sus hijos van a volver de la escuela seguros" cala hondo, a pesar de que es una mentira. Por otro lado, hay una propuesta de impuesto a las ganancias a la gente pobre que es una locura.
Alcira Argumedo: –Yo creo que es producto del espíritu de la época. Estamos en tiempos muy oscuros y la crisis internacional después de 30 años de globalización neoliberal pegó incluso en los países centrales. Entonces, hay una crisis muy similar a la del '30, donde aparecieron Hitler, Mussolini, Franco, las dictaduras y los gobiernos de derecha acá. Porque este fenómeno está creciendo en Europa de una manera muy preocupante. Tenés en Hungría, Polonia, Austria, Italia, gobiernos claramente fascistoides. Lo específico de Brasil, que de alguna manera tiene que ver con Argentina, es que gobiernos como los de Lula, Néstor Kirchner y Cristina se movieron mucho sobre el auge del precio de las commodities. Cuando a partir de 2012 estos vientos de cola  empezaron a caer hay que ver cómo eso impactó. El petróleo cayó de 120 dólares a 34, y más allá de las distancias entre Chávez y Maduro, son condiciones muy diferentes. A ello se une el incremento de la violencia. Los estudios criminológicos señalan que la población en condiciones de pobreza que se vuelcan al delito es el 1 por ciento. En condiciones muy críticas puede llegar al 1,5 o 2 por ciento. Lo cual habla muy bien por el 98 o 99% de estos sectores populares que buscan otro camino. Pero un 2% en Argentina,  con 15 millones de pobres, te da 300 mil personas volcadas al delito. Después, hay una política cultural de largo plazo de EE UU elaborada por los tanques de pensamiento ya en la época de Reagan, que  dice que EE UU no va a tener la hegemonía cultural de América Latina hasta que no logre desarticular los lazos de la religiosidad popular que van desde el umbanda hasta la Teología de la Liberación, y cuya característica es ser fuertemente comunitarista, con valores de cooperación y solidaridad. La estrategia era tratar de promover una religiosidad individualista como la de EE UU. Ojo que estas iglesias evangélicas no tienen nada que ver con las iglesias protestantes. El tema es que trabajan sobre la base de la salvación individual. Esto se vincula con eso que vos decías sobre la manipulación de conciencia. Una de ellas es lo que la neurociencia llama "conciencia reptil", que es la más inconsciente que tenemos: lo que se hace sin pensar. Es ahí donde juegan, con mensajes cortos. Esto se suma a lo que hizo el Papa Juan Pablo II, que en su anticomunismo furioso desarticuló las comunidades de base, desplazó a los sectores más avanzados de la Iglesia de América Latina que fueron los obispos brasileños y habilitaron esta problemática cultural. Porque están en los medios de comunicación, en las entrañas de los barrios más humildes y han desarrollado una política de cooptación que ahora tienen 40 millones de fieles en condiciones de votar. A todo esto se le suman niveles de violencia mucho mayores en ese país y eso explica la idea de la mano dura con el agregado de que la dictadura militar en Brasil fue muy distinta. Ellos, en la segunda etapa no intervinieron universidades. Todo esto más allá de los errores y el cansancio que puede haber existido.
RR: –Yo sumo dos cositas. Una es que a pesar de los pesares sobre los partidos políticos el único que sobrevive con una bancada importante, 52 diputados, el 10%, es el PT. Los otros partidos del establishment se desplomaron y surge esta banda rearticulada de Bolsonaro. O sea que hay una rearticulación de los partidos políticos que habrá que ver cómo quedan. Por otro lado, hay 80 y pico de diputados de la bancada evangelista pero los que van a jugar fuerte son los 74 diputados que vienen del Ejército. Y el Ejército jugó un papel importante en la logística de WhatsApp. No llegaba cualquier mensajito. A mí me sugerían votar a Ciro (Gomes) diciendo que Haddad no ganaba. No me iban a sugerir que votara a Bolsonaro. Esta logística de servicio de inteligencia la proveyó el Ejército.
AB: –Me genera inquietud pensar que si Lula hubiera sido candidato no estaríamos hablando de Bolsonaro y estaríamos diciendo que el pueblo brasileño reconfirmó su visión de izquierda y progresista. Por eso pienso que las estructuras políticas tienen muy poco que ver en Brasil de hoy.  Que el votante es más proclive a ir detrás de grandes líderes que detrás de algo más ideológico.
TA: –A propósito de eso queríamos preguntarles cuánto creen que incide la campaña judicial mediática, la llamada lawfare.
AB: –Creo que fue fundamental en el hecho de sacar a Lula de la cancha, sabiendo que era el que tenía el mayor nivel de apoyo en todos los sectores. El juez Moro y acá Bonadio son proyectos armados en laboratorios de los grandes centros de inteligencia norteamericanos. Moro fue a prepararse, le bajaron línea de cómo hacer el proceso. De hecho Bolsonaro lo propone para la Corte de Justicia. Ese es un elemento que también se esta viendo en Argentina, en Ecuador y se verá en todos los lugares donde haya líderes molestos para el poder.
ML: –Es un plan que viene desde hace por lo menos tres años. Porque tenés que articular el Congreso, el Senado, sacar a Dilma, articular el Lava Jato para que en tiempo récord se consume el proceso de Lula  y sea preso justo antes de anotarse en la lista de candidatos. Eso se ve, está muy bien armado, quién va preso, quién no va. El plan fue sacar a Dilma y a Lula, si no Bolsonaro no llegaba.
RR: –A mí me tocó estar en San Pablo el día que Dilma ganó la reelección y la gente del PT ya decía que el PMDB (el partido de Michel Temer) estaba preparando un golpe. El mismo día.
AA: –Yo creo que eso se enmarca además con la situación de EE UU a nivel internacional, porque creo que está perdiendo aceleradamente la disputa hegemónica con el bloque chino-ruso. Ha perdido su hegemonía en los países menores de Asia, en África con la Ruta de la Seda, que propone inversiones cuantiosas en autopistas e infraestructura. Yo veo un repliegue muy similar a la época de los '70 después de perder la guerra de Vietnam, que llevó a la ola sincrónica de golpes militares en América Latina. Acá hay una nueva estrategia de golpes blandos con otros instrumentos, esta cosa de la ingeniería social, la utilización de los principios de la propaganda de Goebbels, como el de la contraposición, que es achacar al enemigo los propios defectos. Por ejemplo, la lucha contra la corrupción, que en Argentina pretende encarar justo Mauricio Macri.
TA: –Una de las declaraciones de Bolsonaro era que no descartaba una intervención militar en Venezuela. ¿Ven alguna posibilidad de que América del Sur termine sumida en una tragedia como esos países de Medio Oriente?
AA: –En los hechos se ha militarizado América Latina. Por un lado está la cuestión del calentamiento global y la escasez de agua potable y por el otro un arco de bases militares estadounidenses rodeando la Amazonia y acaban de poner una en la Triple Frontera, por el acuífero Guaraní; otra en Tierra del Fuego, que es para el control de los glaciares y la Antártida; y otra en Neuquén, para control de los yacimientos de petróleo. Hay un esquema de bases importante. El gran problema que tienen con Venezuela es el apoyo de las Fuerzas Armadas al gobierno de Maduro.
AB: –Yo creo que Bolsonaro se va a posicionar con EE UU y si le piden que vaya va a decir que sí, aunque va a acompañar. De todos modos, hace un par de días me quedé tranquilo de una manera muy particular. En un reportaje con (Andrés) Oppenheimer, el presidente chileno Sebastián Piñera, le contaba abiertamente la conversación que venía de tener con Trump en la que el mandatario de EE UU comentaba que cuando habían invadido Panamá había un ejército muy chico del otro lado, pero que en Venezuela hay 300 mil militares armados y otros 300 mil de reserva. Nadie sabe en qué puede terminar una invasión a Venezuela. Me llamó la atención que lo dijera abiertamente.
RR: –Acciones internacionales puede haber, pero hay cierto nacionalismo en el Ejército que me produce cierta reserva, porque mantienen cierta visión desarrollista. Tienen ciertos esquemas de autonomía sobre una visión más internacionalista. Porque todas las bases que hay en la región están rodeando a Brasil pero no están allí. Un detalle en esta cuestión geopolítica.
AA: –(Henry) Kissinger tenía el concepto de "satélite privilegiado". La India en Asia, Nigeria en África y Brasil en el sur. En ese contexto Argentina debía desindustrializarse, por un lado por una cuestión de eficiencia empresarial, y por el otro para quebrar la resistencia de los trabajadores. Esto se inicia con la dictadura, se consolida con el menemismo y Cavallo, y ahora vuelven.
ML: –Yo creo que hay que mencionar al candidato a la vicepresidencia de Bolsonaro, que es (Hamilton) Mourão, un general del Ejército, yo tengo más miedo de él como militar con su discurso, que de Bolsonaro. No le creo nada a Bolsonaro, es una máquina de hablar pavadas, se olvida de lo que dijo la semana pasada y si no se lo señalan dice otra cosa, es un títere. Está porque su imagen convence y va. Pero yo tengo más miedo de Mourão. Y entre ellos mismos tienen conflictos en sus ideas autoritarias y militares, entonces si esos dos llegan al Palacio y entre ellos no logran tener una mínima sensatez yo creo que pueden intervenir Venezuela, Uruguay, apoyar proyectos de intervención.
AB: –Mourão es general, rango mayor a Bolsonaro, hay que ver si no le respeta el grado.
ML: –Claro, Bolsonaro era capitán. Mourão fue expulsado del Ejército y desde ahí hace 28 años es diputado y consiguió en ese tiempo insertar sólo dos proyectos insignificantes. Uno de ellos es de congelar por 20 años toda la inversión en educación y salud en Brasil.
AA: –Al mismo tiempo se corría la idea de que si llegara a ganar Haddad ellos planeaban hacer un golpe militar.
ML: –Y sí, es que van a estar estas dos posiciones.
TA: –Brasil siempre se caracterizó porque las cúpulas, las elites fueron capaces de negociar, ¿de qué manera ese establishment podría frenar los impulsos más irracionales de Bolsonaro y Mourão?
ML: –Yo creo que si se juntan con la gente de Ciro Gomes, que es más de centro, de Marina Silva, que tiene su importancia y ahora finalmente salió de la neutralidad y también con PSOL que es el partido de (Guilherme) Boulos, en un diálogo sin diferencias y de un proyecto en común, podríamos llegar a frenar algo, al menos algunas propuestas más serias, como por ejemplo poner una tasa al impuesto a las ganancias a quien gana dos sueldos mínimos, que es una locura.
AA: –¿Cómo está jugando Fernando Henrique?
ML: –Al principio estaba neutral, después se sumó al "Él no", y eso supuestamente era que iba a apoyar a Haddad, pero ahora dice que no apoya a ninguno de los dos. Pero también es interesante ver cómo el PSDB y el MDB fracasaron, perdieron fuerza. La disputa tradicional entre el PT, PSDB y el MDB no existe más, hay una nueva disputa. Y la gente ahora está empezando a entender. Yo escuchaba en Brasil a la gente preguntar qué es fascismo, qué es socialismo, qué son esos ismos. Ahora la gente se despertó a la política de una manera increíble, por un lado negativa, porque apoyan a un candidato innombrable, y por el otro es como despertar una conciencia política que no había en las bases.
RR: –Hasta hace poco se decía que si llegás al gobierno en Brasil tenés que armar el poder a partir de una coalición, y además, que no gobernás sin el PMDB, ahora llamado MDB. El tema es justamente que el MDB hoy se desestructuró.
TA: –Más que nada la pregunta refería a esa idea que hay en EE UU del Estado Profundo o la influencia del establishment empresarial, que muchos de ellos están en el Lava Jato también.
RR: –Ahí apunto, cuando (Fernando) Collor de Melo intentó hacer un esquema por encima de lo que quería establishment, le hicieron el impeachment. Cuando Dilma estaba gobernando por encima del establishment, por izquierda, vino el impeachment. Entiendo que acá se reconfigura el Parlamento. Bolsonaro tiene un esquema cruzado no de partidos políticos sino de bloque…
TA: –Dice que 350 diputados son suyos.
RR: –Sí pero concentrados en una articulación de militares y la Iglesia Universal, que darían cierta posibilidad de gobernabilidad de coalición. Ahora, cuánto le van a limitar algo que salga más allá de la lógica de lo que quiere el establishment, es una discusión. Sí obviamente lo van a condicionar desde el Parlamento, porque es la caja de resonancia de la política brasileña, ni siquiera la dictadura militar lo pudo cerrar, tiene mucho peso.
AB: –Y una muestra de eso es que Lula quizá fue el único que, por su condición de sindicalista, pudo entender que en una mesa de negociación se pueden conseguir acuerdos, fue el único que le dio gobernabilidad por tejer esas relaciones de todos con todos y era Lula el único que lo pudo hacer y que lo podría haber hecho a futuro. Con Bolsonaro posiblemente explote todo en poco tiempo.
AA: –¿Creen que Bolsonaro podrá hacer una política más similar a Menem?, porque tengo la sensación de que en el marco de este repliegue de Estados Unidos y su reindustralización, no sé si no quiere consolidarse como el proveedor industrial de todo el continente. Entonces sería como eliminar el "satélite privilegiado", incluso eliminar el potencial industrial de Brasil de manera tal de hacer una nueva estructura neoloconial de producción industrial.
RR: –Es una buena diferencia con Collor de Melo, que tenía una burguesía industrial paulista en auge, que es la que lo desplaza, junto con una oligarquía terrateniente nordestina en decadencia. Con el PT esa oligarquía dejó de estar en decadencia, son los agrobusiness, y en términos económicos pasa a ser una clase importante en los procesos de negociación y que puede ser una tensión hacia qué modelo de Brasil se está orientando: al modelo industrialista o a un esquema de inserción internacional en la lógica de proveer productos agrícolas.
ML: –Las propuestas económicas del plan de gobierno de Bolsonaro son de Paulo Guedes, quien será el supuesto ministro de Economía, un Chicago Boy, un tipo con formación en EE UU, que va a la privatización a full. Tiene como 30 a 35 propuestas de privatización inmediatas.
TA: –Uno diría que ese Brasil desarrollista generó un Lula y ellos no van a querer a otro Lula nunca más. Y para eso lo mejor es no tener industria.
AA: –Paradójicamente los dos países que se han vuelto más proteccionistas y críticos son EE UU y Gran Bretaña, que fueron los reyes del neoliberalismo, con (Margaret) Thatcher y Reagan. Yo no sé hasta dónde EE UU quiere ser el polo industrial y tener a América Latina como retaguardia estratégica.
TA: –¿Un triunfo de Bolsonaro revitaliza a Macri? ¿Cuánto influye en la política argentina?
AB: –En la previa decíamos que un eventual triunfo del PT abría la posibilidad de que los sectores populares en la Argentina volvieran a rearmarse para ganar la elección en el 2019. Una derrota del PT no es la mejor noticia para nosotros ni para la región.
AA: –No sé porque es un poco grosero. Juntarse a Bolsonaro con las barbaridades que dice, para un tipo que es igualmente facho pero más hipócrita… ¿te imaginás que diga las cosas que dice Bolsonaro? Las chicas del 8M lo cuelgan. No lo puede decir.
AB: –De todos modos la Cancillería argentina en la primera vuelta ya felicitó al ganador.
TA: –¿Hay posibilidad de que el PT revierta este panorama o ya se considera imposible?
AB: –Yo creo que es muy difícil, las encuestas más optimistas están dando 57 a favor de Bolsonaro. Había alguna alegría porque mejoró 4 o 5 puntos, pero hay que levantar 14 puntos.
RR: –El mejor escenario era 55 a 45 (a favor de Bolsonaro). Hoy está en 14.
AB: –Yo creo que no hay tiempo material para poder revertir esto. Sobre todo en una sociedad no politizada, que recién ahora se empieza a interesar.
RR: –Ojo, el PT retuvo el 30% histórico, es un partido con una banca de 50 legisladores, va a transitar un recomienzo. Además tener un líder muy fuerte y centralizar todo en Lula limitaba al PT, la crisis política tiene que ver con esa lógica de coaliciones que tuvo el lulismo, muy centrista en el armado con el MDB, que es el que llevó a la corrupción y es el que se termina llevando puesto al PT y a Dilma.
AA: –Hay que ver si esto es viable históricamente, puede durar cuatro o cinco años de tiempos oscuros, pero no tiene viabilidad histórica por la restricción de derechos. Da la sensación de que es inviable. Fijate que la salida de la crisis del '30 tuvo dos vertientes: una el New Deal de Roosevelt, acompañado por empresarios que no eran precisamente buenas personas, como Henry Ford, pero eran inteligentes y vieron que había que redistribuir la riqueza a gran escala. La otra salida fue la de Hitler. Yo no sé cómo estamos entre estos dos niveles. Hay que ver si la situación de EE UU es de un imperio consolidado o está viviendo lo que (Arnold) Toynbee llamaba "el espejismo de la inmortalidad", y es que los grandes imperios y los poderes mundiales acostumbrados a ejercer el poderío durante un cierto tiempo no pueden percibir que se están desarticulando sus bases de sustentación. Mi sensación es que esto no tiene viabilidad histórica y que hay un imperio en decadencia.
AB: –Hoy al PT lo agarró mal parado todo este momento. Yo estuve hace un mes en San Pablo en el encuentro de la CUT y me sorprendió la falta de militancia, de movilización, el desapego a la participación de la gente, quizás ibas hace 20 años y veías al PT moviendo cuadras y cuadras de gente, la CUT necesitaba una cancha de fútbol para hacer una asamblea. Hoy está todo muy adormecido. Esto va a jugar contra la posibilidad de levantar esos 10, 12 puntos y no solamente eso, sino el después, porque Lula seguramente va a seguir preso siete u ocho años, hagámonos a la idea de que probablemente pueda morir en la cárcel. Y en el tema de quién rearma el PT tampoco hay capacidad de alguien que pueda convertirse en continuador. El problema de los procesos latinoamericanos es la falta de delegación de los líderes hacia otros.
ML: –Sí, es muy difícil que Haddad gane, pero hace pocas semanas arrancó una campaña que se llama "vira (cambia) voto", cada votante del PT tiene que conseguir cinco votos, y eso está increíble, en menos de tres semanas tenemos 3 millones de seguidores de la página de Instagram.
AA: –Puede ser que de pronto ocurra, porque en las encuestas bajó tres o cuatro puntos.
AB: –Qué linda sorpresa sería.
ML: –Las encuestas vienen siendo muy sospechosas. En primera vuelta daban a Dilma primera en el Senado, quedó cuarta. Esperaban que el puntaje de Ciro Gómes fuera altísimo y subió apenas un punto. Yo tengo esperanza y además creo mucho en Haddad y en su equipo, en Manuela (D’Avila). Está muy preparado, tiene una maestría en Filosofía, un doctorado en Economía, fue uno de los mejores intendentes de San Pablo.
RR: –Es que Bolsonaro tampoco es exactamente lo que quiere el establishment y a Haddad lo verían con más capacidad de negociación, en el buen sentido, de acuerdo y coalición, que a Bolsonaro, que puede ser impredecible.
AA: –Si hubiese tres semanas más, sería distinto el panorama, podría darse.
AB: –Si la elección hubiese sido en un mes más, creo que se llegaba.
RR: –Algunos creen que fue un error demorar tanto el retiro del nombre de Lula.
TA: –Pero apostaban a que Lula pudiera encabezar…
RR: –Apostaban y también estaba la discusión sobre quién era el relevo.
ML: –Había mucha discusión dentro del PT. «

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domingo, 21 de octubre de 2018

"Someterá a Brasil a la voluntad del mercado" Eduardo Rolim de Oliveira




"Someterá a Brasil a la voluntad del mercado"

Eduardo Rolim de Oliveira, dirigente de los profesores universitarios brasileños hace un análisis descarnado de lo que le espera a su país en un eventual gobierno de Bolsonaro.
21 de Octubre de 2018

En el marco del Congreso Ordinario de Conadu, Tiempo conversó con Eduardo Rolim de Oliveira de la PROIFES (Federación de Profesores de la Educación Superior), representante de la organización brasileña de trabajadores de la enseñanza universitaria.
–¿Qué esperan de las próximas elecciones?
–Nosotros esperamos que no haya un gobierno de Bolsonaro, aún tenemos diez días para hablar, conversar y demostrar al pueblo que él es un retroceso hacia la dictadura, es la vuelta de todas las cosas que pensábamos que estaban perdidas en el pasado.
–¿Y qué perspectiva se abre con la victoria?
–No podemos tapar el sol con las manos, será muy complicado, porque Bolsonaro representa una conjunción de factores que están unidos para su victoria. La oligarquía extremadamente desnacionalizante, que impulsa una política de vender todo, de privatizar todo. Es algo que comenzó con el gobierno de Michel Temer, no es algo que vaya a iniciarse ahora, pero es una profundización que avanza sobre las reservas de petróleo en el mar; la privatización de las tierras para los extranjeros, algo que está prohibido en Brasil; la venta de compañías aéreas y aeropuertos.
–¿En línea con el poder económico?
–Más aun, días después del primer turno, Bolsonaro hizo declaraciones que inquietaron mucho al mercado, porque decía que no quería privatizar el Banco de Brasil, ni la Caja Económica Federal, ni la empresa de energía Electrobras. Con eso el dólar disparó, la bolsa cayó mucho, lo que hizo que rápidamente cambie su discurso. Probablemente le hicieron saber que su único camino es el camino del mercado, que no tiene opción. Ahora él mismo dice que la participación del gobierno brasileño en las compañías estatales alcanza algo así como 500 mil millones de reales, valor que podría ser utilizado para acabar con la deuda pública, y así la economía puede comenzar a crecer. Pero el problema es que cuando no tenemos más los bancos, no tenemos más las compañías de energía, ¿cómo se podrá hacer para que el pueblo tenga acceso a estos servicios?
–¿Como trabajadores los afecta también?
–Hicieron una reforma laboral muy complicada que quitó los derechos de los trabajadores de una manera muy profunda. Intentaron la reforma de las jubilaciones pero no lo lograron, pero con un gobierno de Bolsonaro todo eso sería profundizado.
–¿También los afecta a ustedes como trabajadores de la educación?
–Sí, hay que hablar también de derechos sociales, porque Bolsonaro es racista, es homofóbico, y en toda la lucha que tuvimos estos años para garantizar el acceso de los pobres a la universidad y del acceso de los jóvenes al mercado de trabajo tendremos un gran retroceso. La cosa más importante que Temer ha hecho en Brasil contra los derechos del pueblo fue la sanción de la Enmienda Constitucional 95, que durante 20 años va a impedir que el gobierno haga inversiones superiores a las realizadas por el anterior. Dos décadas, lo que implica una generación entera que no va a tener la oportunidad de ver crecer la universidad, de ver crecer el número de vacantes. «

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sábado, 13 de octubre de 2018

Raúl Pont, fundador del PT: "Es una elección muy difícil, pero no imposible"



Romero, Ricardo
Salir

Raúl Pont, fundador del PT: "Es una elección muy difícil, pero no imposible"

El histórico dirigente del partido de Lula hace cuentas para el balotaje y pone de relieve el crecimiento de la base anti-PT.
(Foto: AFP)
14 de Octubre de 2018
La ciudadanía brasileña colocó en segunda vuelta a los actores esperados, aunque con una diferencia inesperada. De cara a la segunda vuelta, Tiempo pudo conversar con Raúl Pont, fundador e histórico dirigente del Partido de los Trabajadores y miembro de su conducción nacional.
–¿Esperaban este resultado?
–Fue una elección singular. Lula, el favorito en las encuestas, está preso y sin derecho de ser elegido. Inédito en Brasil. Total complicidad del Poder Judicial. Los dos grandes partidos de la derecha derrotados. ¡Meirelles hizo el 1 por ciento de los votos! Alckmin el 4,5 por ciento. El MDB (Movimiento Democrático Brasileño) y PSDB (Partido Social Democrático Brasileño) perdieron alrededor de la mitad de sus bancas federales. El PT obtuvo la mayor bancada: 58 diputados federales. El segundo fue el PSL (Partido Social Liberal), que no existía, era minúsculo y eligió a 51 diputados. Es la leyenda de Jair Bolsonaro. El PDT (Partido Democrático Laborista), gracias a Ciro Gomes hizo el 11% de los votos y su bancada creció un poco, los demás partidos del centro, ligados a iglesias o siglas tradicionales, mantuvieron sus bancadas, pulverizando la Cámara Federal. Nadie tiene mayoría. La suma de los partidos conservadores, religiosos y de derecha serán mayoría, pero sin una cohesión programática.
–¿Cómo ve la irrupción de Bolsonaro?
–Bolsonaro creció con base anti-PT, iglesias pentecostales, apoyo de los medios por estar contra la izquierda, federaciones empresariales que abandonaron sus partidos tradicionales y, algo nuevo en Brasil, una avalancha de mentiras, preconceptos, acusaciones personales absurdas pero que encontraban eco en la población dispuesta a votar en contra el sistema, a conciencia y sin programa.
–Y todo eso afectó al PT.
–Como todo el ataque y criminalización de la política era contra el PT, pasamos a ser el chivo expiatorio de todos los males. Un fenómeno sociológico y psicológico que aún tiene que ser estudiado y comprendido. A pesar de todo, resistimos, sobrevivimos, fuimos el partido más votado individualmente y mantuvimos gobiernos importantes como Bahía, Ceará y Piauí del PT; y Maranhão del PCdB (Partido Comunista do Brasil).
–¿Cuál es la perspectiva hacia la segunda vuelta?
–Ahora, vamos a la segunda vuelta entre Bolsonaro y Haddad. La elección terminó con un 46% por el exmilitar, 29% para nuestro candidato, 11% para Ciro. Los demás por debajo del 10%. Marina salió de escena. Boulos hizo el 1 por ciento. Las primeras encuestas dan alrededor del 55% a Bolsonaro y 45% a Haddad. Los grandes partidos de la derecha se quedan neutrales. El centro y la extrema derecha, con Bolsonaro. Es el candidato del orden, contra el PT. El viernes recomenzó el programa vía TV. Tiempo igual para los dos. Bolsonaro huye de los debates y de las entrevistas.
–¿Y qué buscará el PT?
–Estamos buscando unificar al PT, al PCdB (Manuela D'Avila es la vice), el PSOL (Partido Socialismo y Libertad), parte del PDT y del PSB, así como al movimiento sindical (a todas las centrales), a la juventud (creció mucho el apoyo en la juventud estudiantil). El movimiento de las mujeres creció mucho contra Bolsonaro. Ese es el cuadro.
–¿Las cartas están echadas?
–Elección muy difícil pero no imposible. Estamos en las calles, la tensión ha crecido, hay mucha violencia y provocación pero estamos en el juego. El país que salga de eso es imponderable. Ninguno tendrá gobernabilidad. Aunque hay un abismo los que separa a los dos en preparación, formación, razonabilidad y experiencia de gobierno. Por eso tenemos chance. La segunda vuelta será el 28 de octubre, hasta ahí será una guerra. No obstante, ya es evidente una gran reformulación partidaria en el país con un reacomodamiento profundo de las fuerzas políticas.
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