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sábado, 26 de julio de 2014

Dilma juega al ajedrez

http://sur.infonews.com/notas/dilma-juega-al-ajedrez

miércoles, 23 de julio de 2014

¿Qué podemos esperar de China?- Recordando el Tigre de Papel.

La pregunta es sencilla, sus consecuencias no son sencillas. China es una curiosa objeción a ciertos valores, y una confirmación de ciertas tesis que no estaban previstas como válidas desde hacía mucho tiempo o que se creían simplemente “superadas”. Los lugares comunes para hablar de China son que tiene la población más grande del mundo, que posee un gran territorio y que es la segunda economía mundial camino a la primera. Con esto no basta, tiene otras particularidades que la hacen más interesante aún, en ella existe el partido único más grande que vio la historia, el PCCH, el cual es una red muy compleja que la mayoría de nosotros no conocemos bien. Además China tiene un extraño proceso de “reformas” que nadie comprende del todo, como en su momento la URSS puede además dar su interpretación de los acontecimientos y ser tenida en cuenta.

            China es un Estado rico- rico en serio no en sus “potencialidades”-, en una economía transnacionalizada, además mantiene su moneda barata para ser un exportador neto- vender siempre más que lo que se compra no importa quién caiga. China presiona a otras economías del mundo, y lo hace a base del volumen. Esta fue en gran parte la tarea de China durante la globalización, sus habitantes consumen relativamente poco, y justamente por eso no serían el tipo occidental adecuado. Su vía a la industrialización es compleja, tardía, y demuestra que el proceso de creación asiática de un área económica de 1500 millones de habitantes, China más sus vecinos es algo de temer, por lo menos para nuestra cabeza euro céntrica, incluso cuando se piensa el latinoamericanismo, China no es Europa pero no por eso deja de ser etnocéntrica- China quiere imponer su manera de ver el mundo y no es alternativa de nada, es un Amo nuevo en dominios viejos. Esta consideración es importante China tiene las condiciones extrañas que alguna vez hicieron de Estados Unidos, un ejemplo y una amenaza, ser el lugar de la historia donde parece que todo puede suceder.

            Mientras que caricatura ha quedado en Corea del Norte; Corea del Sur y Japón son otros dos gigantes que “limitan aún”, y demuestran que es Asia la gran presión frente a otras regiones del mundo, el ALCA que no se realizó, la UE en un lento proceso de fraguado, y todos los intentos alternativos de organización del globo. Mientras que la idea de un choque de civilización se diluye, no es “Oriente contra Occidente” sino el Yuan contra el Dólar, el Euro está sumergido en una terrible y dulce espera, otros países como la India, no pueden liberarse aún de sus muchos problemas- por lo que los briCs, tienen un actor capital. Los BRICS, si bien son un grupo importante no tienen las condiciones parecidas al “Pacto de Varsovia”, no son un eje que se enfrenta a Occidente pero si son algo más peligroso un eje que compite con Occidente. En este sentido América Latina quedó rezagada, Brasil, es una muestra acorde a un proyecto que no termino de ser. América Latina no eligió ni la unión bajo la forma de la UE- unión monetaria, económico y política, Brasil siendo el gendarme económico del continente, América Latina ni se unió a Estados Unidos sin más, tampoco se ha integrado a nivel infraestructura, los prestamos entre países latinoamericanos, tienden a no ser; las monedas entre los países locales compiten entre sí. No obstante, vemos avances en los TLC con Estados Unidos, y con apuestas contradictorias. ¿Qué moneda fuerte sería la base de ahorro en Sudamérica? La respuesta sería el Real, hoy Argentina va a optar por el Yuan, es una elección que se da en medio de una crisis. La moneda argentina, su crecimiento, su orden en sí mismo, y la inversión son la gran piedra ausente. Argentina ahora pretende apostar por YPF, curiosamente en este sentido va encontrar contradicciones a la par que intenta hacer esto. ¿Por qué entonces China? ¿Por qué entonces Rusia?- uno necesita petróleo, el segundo sabe extraerlo a niveles que nosotros ni podemos soñar.

            Podemos pensar variantes, la de China es clara, como contamos China compite en todo el mundo por influencia y poder, compite esencialmente por mercados, y compite por la primacía pero no le interesa ya tener gobiernos que sean calco y copia de su sistema. Sí le interesa hacerse con los minerales, petróleo, proteínas, tal vez agua, suponemos que materiales para el desarrollo militar. Todo esto, hace de China una potencia clásica, sin ilusiones ni ideologías que vender. China tiene en este sentido un parecido importante a Inglaterra y al mismo Estados Unidos, su papel ahora mismo, es buscar “amigos”, la pregunta es: ¿Por qué nos hacemos amigos de China? China tiene sin duda todo por ganar y no demasiado que perder. China sin duda está esperando a Estados Unidos, y Estados Unidos no espera emboscar a China. Es decir coloquialmente hablando, su dependencia aumenta y la relación entre ambos se hace siniestra.

            Argentina es un actor de segundo plano, no tiene capacidad militar, no es en sí mismo un aliado de primer orden, lo que tiene Argentina es un sistema claramente organizado y complementario a China, sus necesidades, son claras, -espacio, tiempo, paz- América Latina es “pacífica”, Estados Unidos sienta su presencia militar vía Comando Sur, Cuba, Venezuela son sus polos más lejanos pero en muchos casos impotentes, pero Estados Unidos no puede “sobre-exigirse en América Latina”, Estados Unidos tiene sin duda con Obama un planteo distinto; el neoconservadurismo lo odia con razón, pero el neoconservadurismo también está en crisis en su propio “keynesianismo militar”, Estados Unidos, prefiere ganar espacio sobre la fuerza de las armas que sobre la fuerza del dólar, esto es algo inédito, dos guerras mundiales, lo vieron jugando el papel de China, vencer económicamente antes que políticamente. Argentina y China están “aislados” del mundo, pero el mundo se juega una partida interesante, Estados Unidos tiene conflictos clave, y Europa también, Alemania está uniendo a Europa a la fuerza, la debilidad de Francia, España, Portugal, Grecia, y un largo etc., es innegable, es la última brazada de la Europa poderosa, y es la primera vez que Alemania es liberal, y la Alemania liberal está ganando. Esto suele ser olvidado por quienes han tomado al keynesianismo y lo han deformado, la política monetaria en Europa tiene que ver con la sociedad qué es, su odio a no aceptar a los árabes dentro de su sociedad, “su virtual” proletariado- y esto es una gran licencia sociológica, no en sentido estricto.

            Argentina, está haciendo una política de Estado pero en el camino no dispone de otra alternativa, la crisis en la inversión es seria. Sobre este punto, quizá Argentina fue lenta para “incorporarse” a China. Por otra parte, el resto de los conflictos en el globo muestran que los intereses argentinos, termina por ser los de china por las razones que argentina ha optado por “elegir”, entre ellas, la dependencia de la renta petrolera y sojera, la política expansiva en la economía, y la promesa de un “desarrollo acelerado” aunque esto no se cumpla. Argentina tiene la misma crisis del Estado Agroexportador de 1880, su crecimiento en base a la renta de la tierra, la ausencia de capitales propios, la fuga por parte de sus clases dominantes, y el atraso entre la metrópoli Buenos Aires y su Área Metropolitana y el resto del país. Argentina no hace el esfuerzo suficiente por incorporarse a China, no se adelantó y puede que termine teniendo consecuencias singulares las mismas que por su participación Getulio Vargas en la Segunda Guerra Mundial hicieron de Brasil el “mejor aliado” en la región, en ese extraño lugar gris llamado realismo periférico. Argentina no se preparó suficientemente para los BRICS, primero en parte porque culturalmente nos cuesta pensar que India y China sean “pautas de nuestra forma de vida”, y por segundo lugar porque no hemos estrechado nuestras relaciones con Brasil hasta lo –irreversible-.

            Ahora bien, China promete pocas cosas, inversiones para Argentina en áreas que Argentina no quiso invertir, ni con su dinero ni con prestamos, una de ellas la energía, otra de ellas los sistemas de transportes. Con esto sabemos que Argentina no cambia su rumbo, que puede si que amplíe su –frontera agroexportadora- Argentina no va impulsar al menos por ahora, una “orientalización” de sus élites culturales, no apuesta por conocer a China, ni apuesta a darle a China cuestiones y servicios como el turismo, u otras, lo que sí asegura es una tensa relación como la que tuvo con Inglaterra y Estados Unidos, tiene sus “detractores” y sus enamorados. Esto nuevamente hace aplazar la cuestión regional, China ha salido a ver a Latinoamérica pero no fue Latinoamérica la que en una gira conjunta por Asia, no la quiso ir a buscar es realidad. Esta pasividad entonces tiene un costo. Primero porque sabemos que las democracias son distintas a las formas autoritarias del capitalismo chino, China avanza porque su Estado se pone encima de cualquiera que quiera impedirlo. Argentina no puede ni quiere intentar tal cosa. Entendemos que Europa, en cambio sí opta por el autoritarismo, su “debilidad” parece ser la imitación de China, austeridad y pobreza para periferia en pos de un estado Europeo rico aún no nacido. Estados Unidos, intenta poder ser un país además de un imperio, y ser viable, a la vez necesita pisar fuerte en su propio pequeño espacio que no es más que el intermedio entre Europa y China es decir, cabalga como Rusia entre dos alas, una clásica, Europa, sus valores, su cultura, y China, su negación, o por lo menos, su cuestionamiento, no porque los chinos quieran ser diferentes sino porque efectivamente son diferentes pero adquieren poder. Argentina sigue mirando al atlántico, sus críticos, piensan en problemas propios de Estados Unidos y Europa, no por mal, es su papel, saber inglés, consumir grandes marcas norteamericanas y graduarse allí. El poco recelo que se tiene a China recuerda la pueril imagen que se tuvo de Inglaterra, Roca en este sentido considero que se iba a rumbo de la civilización. Sabemos que China es eso, la “civilización” del siglo XXI, el capitalismo creciendo contra toda posibilidad, presionando, desafiando, creando la clase obrera más numerosa de la historia. No son una democracia, no quieren serlo, quieren ser un país importante, poderoso y rico, sin pretender ser un ejemplo moral, porque no son “cristianos”, si bien fueron Occidentalizados, en ellos la barbarie no existe, o mejor dicho es la barbarie de la civilización, la más poderosa, la que deja marcas en la historia universal.


            Argentina, como Edipo, tiene que repetir su esquema, no por nacionalismo, no por aislamiento, comparte el destino de naciones como Egipto, Indonesia, Sudáfrica, Pakistán, y gran parte de Latinoamérica, formar parte de un coro, el coro que alrededor de este orden, trata de no llevar la peor parte. Esto es titánico sin duda, en parte porque demuestra lo desesperadas de nuestras ilusiones, de China esperamos lo que podemos esperar de una potencia, presión, dominio, una sociedad donde Argentina tiene que tener ante todo recelo, pero que no “puede” rechazar, ¿Acaso que otro camino queda? Por lo menos en este sistema tal cual parece aventurarse el pragmatismo. Argentina es un optimista crónico, su optimismo tiene como frontera el propio triunfo de las potencias sucesivas en este sentido la amargura por China puede llegar a ser prematura pero si “precaución” puede que sea segura y además desencantada. ¿Fue el presidente de China un nuevo Roosvelt cazando bestias exóticas? En parte sí, sus espejos, no son más que la promesa de un capitalismo que no es más que el mismo capitalismo de siempre, pero con la efigie de Mao atravesado por Deng, el pensamiento absurdo de Aguinis fue crucial, esta “Casandra” peco como siempre de exageración, la “reforma del Estado” de Deng, sólo creo una casta capitalista de partido único, que sabe convivir con multinacionales, y que produce todo lo que Occidente puede amar. Un poco la distopía se realizó, el gobierno que no era el “adelantado” de Occidente se quiere adelantar, saltear pasos, y ser- primero en el capitalismo de mañana que no sabemos bien qué es del todo.          

sábado, 12 de julio de 2014

Brasil, decime qué se siente

Tiempo Argentino
http://tiempo.infonews.com/mobile/tiempo/notas/128076.php

Brasil, decime qué se siente

12.07.2014 | MIRADA III - Ricardo Romero | Politólogo uba / unsam
Tener con Argentina qué negociar es el principal desafío de Brasil para lograr consolidar su estrategia de integración regional. Porque parte de un esquema espiralado, que comienza con el Mercosur, sigue en la Unasur y se extiende hasta la CELAC. Incluso, bajo la presión de los fondos buitre, se logró que EE UU y Canadá queden solos en la misma OEA, un espacio que Brasil había convencido a sus aliados de no abandonar y disputar.

Estos países, que si bien comenzaron su vida independiente enfrentándose en una guerra, en 1825-1828, terminaron aliados en otra, en 1865-1870. Desde la emancipación a la actualidad, Brasil y Argentina tuvieron procesos políticos similares. Partiendo de las incipientes luchas democráticas de Joaquim Gonçalves Ledo o Mariano Moreno; las repúblicas conservadoras de Deodora Da Fonseca y Julio A. Roca; los gobiernos populares con Gelutio Vargas y Juan D. Perón; o el desarrollismo de Jusbelino Kubitschek y Arturo Frondizi; hasta la democratización con José Sarney y Raúl Alfonsín y el neoliberalismo de Fernando Henrique Cardoso y Carlos Menem; pueden trazarse un paralelismo de historias que convergen en forma simbiótica. Pero sin duda, la relación entre ambos países se profundizó desde 2003, con Ignacio Lula Da Silva y Néstor Kirchner, y en la actualidad se mantiene con Dilma Rousseff y Cristina Fernández. Cualquier planteo de fragilidad en la relación, a partir de algunos altercados arancelarios y comerciales, no pasa la realidad de comprender la potencialidad de un espacio económico de 250 millones de personas, con una base industrial sólida, acompañada de abundantes reservas naturales y recursos estratégicos en una extensión de 9000 millones de km2. Además, con el ingreso de Venezuela al Mercosur, la región se consolida en espacio territorial y energético, con una población de casi 300 millones de personas, que promete ampliarse con el ingreso de Bolivia y Ecuador, lo que permitiría articular el armado político de la Unasur en un bloque regional de integración. Incluso el nuevo gobierno de México permitió centrar un esquema continental que dota a la CELAC de una base infranqueable a los intereses norteamericanos y del capital financiero. En el plano global, el nuevo estatus de sexta economía del planeta y acreedor en los organismos internacionales, colocaron a Brasil en un nuevo rol en el escenario mundial. En ese marco, la alianza con Argentina, en espacios como el G20, le permite marcar un contrapunto a las directrices ortodoxas y sostener un planteo no monetarista, centrado en la producción y la inversión. A su vez, Brasil sostiene una articulación alternativa, en el marco de los BRICS, y que ahora pareciera sumarse Argentina, que a pesar de la desaceleración China, permitió transitar sin sobresaltos la crisis de los centros financieros. Y este vínculo se profundiza. A pesar del esfuerzo de marcar diferencias por parte de opositores, lo cierto es que el vínculo se potencia en coincidencias políticas que refieren a la visión sobre el multilateralismo y el americanismo.  

Observatorio sobre Política Latinoamericana

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