La pregunta es sencilla, sus consecuencias no son sencillas.
China es una curiosa objeción a ciertos valores, y una confirmación de ciertas
tesis que no estaban previstas como válidas desde hacía mucho tiempo o que se
creían simplemente “superadas”. Los lugares comunes para hablar de China son
que tiene la población más grande del mundo, que posee un gran territorio y que
es la segunda economía mundial camino a la primera. Con esto no basta, tiene
otras particularidades que la hacen más interesante aún, en ella existe el
partido único más grande que vio la historia, el PCCH, el cual es una red muy
compleja que la mayoría de nosotros no conocemos bien. Además China tiene un
extraño proceso de “reformas” que nadie comprende del todo, como en su momento la URSS puede además dar su
interpretación de los acontecimientos y ser tenida en cuenta.
China es un
Estado rico- rico en serio no en sus “potencialidades”-, en una economía
transnacionalizada, además mantiene su moneda barata para ser un exportador
neto- vender siempre más que lo que se compra no importa quién caiga. China
presiona a otras economías del mundo, y lo hace a base del volumen. Esta fue en
gran parte la tarea de China durante la globalización, sus habitantes consumen
relativamente poco, y justamente por eso no serían el tipo occidental adecuado.
Su vía a la industrialización es compleja, tardía, y demuestra que el proceso
de creación asiática de un área económica de 1500 millones de habitantes, China
más sus vecinos es algo de temer, por lo menos para nuestra cabeza euro
céntrica, incluso cuando se piensa el latinoamericanismo, China no es Europa
pero no por eso deja de ser etnocéntrica- China quiere imponer su manera de ver
el mundo y no es alternativa de nada, es un Amo nuevo en dominios
viejos. Esta consideración es importante China tiene las condiciones extrañas
que alguna vez hicieron de Estados Unidos, un ejemplo y una amenaza, ser el
lugar de la historia donde parece que todo puede suceder.
Mientras
que caricatura ha quedado en Corea del Norte; Corea del Sur y Japón son otros
dos gigantes que “limitan aún”, y demuestran que es Asia la gran presión frente
a otras regiones del mundo, el ALCA que no se realizó, la UE en un lento proceso de
fraguado, y todos los intentos alternativos de organización del globo. Mientras
que la idea de un choque de civilización se diluye, no es “Oriente contra Occidente”
sino el Yuan contra el Dólar, el Euro está sumergido en una terrible y dulce
espera, otros países como la
India , no pueden liberarse aún de sus muchos problemas- por
lo que los briCs, tienen un
actor capital. Los BRICS, si bien son un grupo importante no tienen las
condiciones parecidas al “Pacto de Varsovia”, no son un eje
que se enfrenta a Occidente pero si son algo más peligroso un eje que compite
con Occidente. En este sentido América Latina quedó rezagada, Brasil, es una
muestra acorde a un proyecto que no termino de ser. América Latina no eligió ni
la unión bajo la forma de la UE-
unión monetaria, económico y política, Brasil siendo el gendarme económico del
continente, América Latina ni se unió a Estados Unidos sin más, tampoco se ha
integrado a nivel infraestructura, los prestamos entre países latinoamericanos,
tienden a no ser; las monedas entre los países locales compiten entre sí. No
obstante, vemos avances en los TLC con Estados Unidos, y con apuestas
contradictorias. ¿Qué moneda fuerte sería la base de ahorro en Sudamérica? La respuesta
sería el Real, hoy Argentina va a optar por el Yuan, es una elección que
se da en medio de una crisis. La moneda argentina, su crecimiento, su orden en
sí mismo, y la inversión son la gran piedra ausente. Argentina ahora pretende
apostar por YPF, curiosamente en este sentido va encontrar contradicciones a la
par que intenta hacer esto. ¿Por qué entonces China? ¿Por qué entonces Rusia?-
uno necesita petróleo, el segundo sabe extraerlo a niveles que nosotros ni
podemos soñar.
Podemos
pensar variantes, la de China es clara, como contamos China compite en todo el
mundo por influencia y poder, compite esencialmente por mercados, y compite por
la primacía pero no le interesa ya tener gobiernos que sean calco y copia de su
sistema. Sí le interesa hacerse con los minerales, petróleo, proteínas, tal vez
agua, suponemos que materiales para el desarrollo militar. Todo esto, hace de
China una potencia clásica, sin ilusiones ni ideologías que vender. China tiene
en este sentido un parecido importante a Inglaterra y al mismo Estados Unidos,
su papel ahora mismo, es buscar “amigos”, la pregunta es: ¿Por qué nos hacemos
amigos de China? China tiene sin duda todo por ganar y no demasiado que perder.
China sin duda está esperando a Estados Unidos, y Estados Unidos no espera
emboscar a China. Es decir coloquialmente hablando, su dependencia aumenta y la
relación entre ambos se hace siniestra.
Argentina
es un actor de segundo plano, no tiene capacidad militar, no es en sí mismo un
aliado de primer orden, lo que tiene Argentina es un sistema claramente
organizado y complementario a China, sus necesidades, son claras, -espacio,
tiempo, paz- América Latina es “pacífica”, Estados Unidos sienta su presencia
militar vía Comando Sur, Cuba, Venezuela son sus polos más lejanos pero en
muchos casos impotentes, pero Estados Unidos no puede “sobre-exigirse en América
Latina”, Estados Unidos tiene sin duda con Obama un planteo distinto;
el neoconservadurismo lo odia con razón, pero el neoconservadurismo también
está en crisis en su propio “keynesianismo militar”, Estados
Unidos, prefiere ganar espacio sobre la fuerza de las armas que sobre la fuerza
del dólar, esto es algo inédito, dos guerras mundiales, lo vieron jugando el
papel de China, vencer económicamente antes que políticamente. Argentina y
China están “aislados” del mundo, pero el mundo se juega una partida
interesante, Estados Unidos tiene conflictos clave, y Europa también, Alemania
está uniendo a Europa a la fuerza, la debilidad de Francia, España, Portugal,
Grecia, y un largo etc., es innegable, es la última brazada de la Europa poderosa, y es la
primera vez que Alemania es liberal, y la Alemania liberal está ganando. Esto suele ser
olvidado por quienes han tomado al keynesianismo y lo han deformado, la
política monetaria en Europa tiene que ver con la sociedad qué es, su odio a no
aceptar a los árabes dentro de su sociedad, “su virtual” proletariado- y esto
es una gran licencia sociológica, no en sentido estricto.
Argentina,
está haciendo una política de Estado pero en el camino no dispone de otra
alternativa, la crisis en la inversión es seria. Sobre este punto, quizá
Argentina fue lenta para “incorporarse” a China. Por otra
parte, el resto de los conflictos en el globo muestran que los intereses
argentinos, termina por ser los de china por las razones que argentina ha
optado por “elegir”, entre ellas, la dependencia de la renta petrolera y
sojera, la política expansiva en la economía, y la promesa de un “desarrollo
acelerado” aunque esto no se cumpla. Argentina tiene la misma crisis del Estado
Agroexportador de 1880, su crecimiento en base a la renta de la tierra, la
ausencia de capitales propios, la fuga por parte de sus clases dominantes, y el
atraso entre la metrópoli Buenos Aires y su Área Metropolitana y el resto del
país. Argentina no hace el esfuerzo suficiente por incorporarse a China, no se
adelantó y puede que termine teniendo consecuencias singulares las mismas que
por su participación Getulio Vargas en la Segunda Guerra Mundial hicieron
de Brasil el “mejor aliado” en la región, en ese extraño lugar gris llamado
realismo periférico. Argentina no se preparó suficientemente para los BRICS,
primero en parte porque culturalmente nos cuesta pensar que India y China sean
“pautas de nuestra forma de vida”, y por segundo lugar porque no hemos
estrechado nuestras relaciones con Brasil hasta lo –irreversible-.
Ahora bien,
China promete pocas cosas, inversiones para Argentina en áreas que Argentina no
quiso invertir, ni con su dinero ni con prestamos, una de ellas la energía,
otra de ellas los sistemas de transportes. Con esto sabemos que Argentina no
cambia su rumbo, que puede si que amplíe su –frontera agroexportadora-
Argentina no va impulsar al menos por ahora, una “orientalización” de sus
élites culturales, no apuesta por conocer a China, ni apuesta a darle a China
cuestiones y servicios como el turismo, u otras, lo que sí asegura es una tensa
relación como la que tuvo con Inglaterra y Estados Unidos, tiene sus
“detractores” y sus enamorados. Esto nuevamente hace aplazar la cuestión
regional, China ha salido a ver a Latinoamérica pero no fue Latinoamérica la
que en una gira conjunta por Asia, no la quiso ir a buscar es realidad. Esta
pasividad entonces tiene un costo. Primero porque sabemos que las democracias
son distintas a las formas autoritarias del capitalismo chino, China avanza
porque su Estado se pone encima de cualquiera que quiera impedirlo. Argentina
no puede ni quiere intentar tal cosa. Entendemos que Europa, en cambio sí opta
por el autoritarismo, su “debilidad” parece ser la imitación de China,
austeridad y pobreza para periferia en pos de un estado Europeo rico aún no
nacido. Estados Unidos, intenta poder ser un país además de un imperio, y ser
viable, a la vez necesita pisar fuerte en su propio pequeño espacio que no es
más que el intermedio entre Europa y China es decir, cabalga como Rusia entre
dos alas, una clásica, Europa, sus valores, su cultura, y China, su negación, o
por lo menos, su cuestionamiento, no porque los chinos quieran ser diferentes
sino porque efectivamente son diferentes pero adquieren poder. Argentina sigue
mirando al atlántico, sus críticos, piensan en problemas propios de Estados
Unidos y Europa, no por mal, es su papel, saber inglés, consumir grandes marcas
norteamericanas y graduarse allí. El poco recelo que se tiene a China recuerda
la pueril imagen que se tuvo de Inglaterra, Roca en este sentido considero que
se iba a rumbo de la civilización. Sabemos que China es eso, la “civilización”
del siglo XXI, el capitalismo creciendo contra toda posibilidad, presionando,
desafiando, creando la clase obrera más numerosa de la historia. No son una
democracia, no quieren serlo, quieren ser un país importante, poderoso y rico,
sin pretender ser un ejemplo moral, porque no son “cristianos”, si bien fueron
Occidentalizados, en ellos la barbarie no existe, o mejor dicho es la barbarie
de la civilización, la más poderosa, la que deja marcas en la historia
universal.
Argentina,
como Edipo, tiene que repetir su esquema, no por nacionalismo, no por
aislamiento, comparte el destino de naciones como Egipto, Indonesia, Sudáfrica,
Pakistán, y gran parte de Latinoamérica, formar parte de un coro, el coro que
alrededor de este orden, trata de no llevar la peor parte. Esto es titánico sin
duda, en parte porque demuestra lo desesperadas de nuestras ilusiones, de China
esperamos lo que podemos esperar de una potencia, presión, dominio, una
sociedad donde Argentina tiene que tener ante todo recelo, pero que no “puede”
rechazar, ¿Acaso que otro camino queda? Por lo menos en este sistema tal cual
parece aventurarse el pragmatismo. Argentina es un optimista crónico, su
optimismo tiene como frontera el propio triunfo de las potencias sucesivas en
este sentido la amargura por China puede llegar a ser prematura pero si “precaución”
puede que sea segura y además desencantada. ¿Fue el presidente de China un
nuevo Roosvelt cazando bestias exóticas? En parte sí, sus espejos, no son más
que la promesa de un capitalismo que no es más que el mismo capitalismo de
siempre, pero con la efigie de Mao atravesado por Deng, el pensamiento absurdo
de Aguinis fue crucial, esta “Casandra” peco como siempre de exageración, la “reforma
del Estado” de Deng, sólo creo una casta capitalista de partido único, que sabe
convivir con multinacionales, y que produce todo lo que Occidente puede amar.
Un poco la distopía se realizó, el gobierno que no era el “adelantado” de
Occidente se quiere adelantar, saltear pasos, y ser- primero en el capitalismo
de mañana que no sabemos bien qué es del todo.
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