NOVIEMBRE, DIEZ AÑOS DESPUÉS
Ricardo Romero 10 de Noviembre de 2015 | 12:00
A diez años de la Cumbre de las Américas de Mar del Plata 2005, donde la alianza entre el argentino Néstor Carlos Kirchner, el venezolano Hugo Rafael Chávez, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el uruguayo Tabaré Vázquez permitió frenar el avance económico de Estados Unidos sobre toda la América Latina, es conveniente reflexionar la situación del continente ante una eventual victoria del empresario.
A diez años de la Cumbre de las Américas de Mar del Plata 2005, donde la alianza entre el argentino Néstor Carlos Kirchner, el venezolano Hugo Rafael Chávez, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el uruguayo Tabaré Vázquez permitió frenar el avance económico de Estados Unidos sobre toda la América Latina, es conveniente reflexionar la situación del continente ante una eventual victoria del empresario.
Porque decir "Mauricio Macri es volver al ALCA" no es un planteo de una "campaña de miedo" como el propio candidato sostiene a sugerencia del asesor de la alianza Cambiemos.
Cuando se dijo "ALCA al carajo!" se frenó un proceso que había comenzado en 2001 con un tándem de gobiernos neoliberales como los de Fernando Henrique Cardoso, Jorge Battle y Fernando De La Rúa, quienes estaban dispuestos a someterse a la abstracta libertad de mercado que en concreto implicaba el decidido avance de las trasnacionales norteamericanas sobre la economía del continente. Sin embargo, el giro latinoamericano durante los primeros años de este siglo, permitió generar un bloque alternativo.
Esto derivó también en un cambio en el MERCOSUR, una experiencia de integración que data de 1991, y que se amplió y creció, abriendo sus puertas a nuevos integrantes de la región: primero fue Venezuela y próximamente se incluirá a Bolivia. Además, bajo el impulso de Brasil, se articularon nuevos anillos de alianzas estratégicas como la formación de la UNASUR en 2008, una experiencia de acuerdos políticos, y poco después, ya en 2010, de la CELAC, organismo que por primera vez encuentra al continente reunido sin Estados Unidos.
Obviamente, la potencia imperial no se resigna a dominar su "patio trasero", como lo entiende el realismo diplomático norteamericano, y también busca estrategias de fragmentación del continente. De esta forma, conformó durante el 2011 la "Alianza para el Pacífico" de manera de favorecer a gobiernos neoliberales que aún persisten en la región, como Perú, México, Colombia e inclusive Chile.
Pero volviendo al tema de marras, es clara la posición de Mauricio Macri a favor de reorientar la política exterior hacia lo que muy gráficamente se llamó "relaciones carnales", que no fue más que el seguidismo norteamericano, y que implicará la apertura indiscriminada y la sumisión financiera a través de una nueva fase de endeudamiento exponencial, algo que irá a ocurrir indefectiblemente con el déficit comercial que esto conlleva. Y no sólo eso, porque se agravaría al someterse a los designios del capital financiero bajo la presión judicial y los manejos del juez Thomás Griesa.
En tal sentido, cuando Mauricio Macri dice que Argentina está aislada del mundo, pretende volver a un esquema como el ALCA, que indudablemente sería volver a entrar al esquema de sometimiento norteamericano,y es una diferencia sustancial para pensar por parte de aquellos que impulsan el voto en blanco, sin comprender que una América Libre es una diferencia que bien vale la pena sostener y que es uno de los grandes legados de Néstor Kirchner y las alianzas fuera del mundo PRO. «
Porque decir "Mauricio Macri es volver al ALCA" no es un planteo de una "campaña de miedo" como el propio candidato sostiene a sugerencia del asesor de la alianza Cambiemos.
Cuando se dijo "ALCA al carajo!" se frenó un proceso que había comenzado en 2001 con un tándem de gobiernos neoliberales como los de Fernando Henrique Cardoso, Jorge Battle y Fernando De La Rúa, quienes estaban dispuestos a someterse a la abstracta libertad de mercado que en concreto implicaba el decidido avance de las trasnacionales norteamericanas sobre la economía del continente. Sin embargo, el giro latinoamericano durante los primeros años de este siglo, permitió generar un bloque alternativo.
Esto derivó también en un cambio en el MERCOSUR, una experiencia de integración que data de 1991, y que se amplió y creció, abriendo sus puertas a nuevos integrantes de la región: primero fue Venezuela y próximamente se incluirá a Bolivia. Además, bajo el impulso de Brasil, se articularon nuevos anillos de alianzas estratégicas como la formación de la UNASUR en 2008, una experiencia de acuerdos políticos, y poco después, ya en 2010, de la CELAC, organismo que por primera vez encuentra al continente reunido sin Estados Unidos.
Obviamente, la potencia imperial no se resigna a dominar su "patio trasero", como lo entiende el realismo diplomático norteamericano, y también busca estrategias de fragmentación del continente. De esta forma, conformó durante el 2011 la "Alianza para el Pacífico" de manera de favorecer a gobiernos neoliberales que aún persisten en la región, como Perú, México, Colombia e inclusive Chile.
Pero volviendo al tema de marras, es clara la posición de Mauricio Macri a favor de reorientar la política exterior hacia lo que muy gráficamente se llamó "relaciones carnales", que no fue más que el seguidismo norteamericano, y que implicará la apertura indiscriminada y la sumisión financiera a través de una nueva fase de endeudamiento exponencial, algo que irá a ocurrir indefectiblemente con el déficit comercial que esto conlleva. Y no sólo eso, porque se agravaría al someterse a los designios del capital financiero bajo la presión judicial y los manejos del juez Thomás Griesa.
En tal sentido, cuando Mauricio Macri dice que Argentina está aislada del mundo, pretende volver a un esquema como el ALCA, que indudablemente sería volver a entrar al esquema de sometimiento norteamericano,y es una diferencia sustancial para pensar por parte de aquellos que impulsan el voto en blanco, sin comprender que una América Libre es una diferencia que bien vale la pena sostener y que es uno de los grandes legados de Néstor Kirchner y las alianzas fuera del mundo PRO. «