Una de las claves para poder el papel de la crisis brasileña es entenderla dentro del marco en que se la pensó, y en este sentido hay visiones contrapuestas, en Europa y Estados Unidos, se toma el gobierno del PT como un gobierno más, en parte porque se lo considera en muchos aspectos moderado en lo político, lo social y lo económico y en este sentido “populista”, irresponsable en suma. The Economist y Bloomberg por citar dos medios norteamericanos se mostraron pro Aecio Neves, no obstante otros diarios se mostraron pro Marina Silva o no apostaron directamente por el papel de Aecio como el salvador del país.
Brasil tiene una serie de contradicciones en el juego de poder que son ignoradas desde el punto de vista local, es decir el Argentino y del Latinoamericano en general, a medida que la crisis aumenta en la región la cooperación regional no funciona en los parámetros que venía funcionando. Este sentido, a medida que las recesiones se presentan o los problemas en el tipo de cambio, o la caída de los precios de los recursos naturales, las relaciones se resienten. En Brasil hoy podemos ver que la prudencia si se la quiere llamar de alguna manera del PT fue no apostar a que el “golpe palaciego” era imposible, por eso el control, y la negociación sucia con el PMDB, en este sentido, el PMDB no es la FEDECÁMARAS de Venezuela, un bloque mucho más compacto el cual hizo el golpe de 2002, con apoyo de Estados Unidos por las incuestionables credenciales pro-norteamericanas, ni tampoco es el factotum que termina siendo el Partido Colorado en Paraguay. En este sentido, porque no se hizo seriamente una observación de los contextos no es cierto que haya algo más progresivo en los golpistas paraguayos colorados que en la alta burguesía venezolana o brasileña. Lo que es cierto es que cada uno tenía un fondo distinto. Para quien analice lo que pasó en Paraguay, puede entender que todo estaba armado para un juicio exprés. mostrando el papel del vicepresidente del partido liberal Paraguayo, hombre que no tendrá una gran trascendencia histórica. Gran parte del lobby estaba dado por los sojeros y por otros sectores atados al capital y alineados con el partido Colorado. En Brasil y esto demuestra el petrolao los empresarios tuvieron un nicho muy cómodo, tanto es así que la crisis a largo plazo de Brasil tiene que ver con el Real, la actividad, y Petrobrás.
En todos los casos críticos, vemos como caen las figuras menores del esquema. En esta guerra, hay pesos pesados del PT y de la oposición que parecen no ponerse en juego, y esto muestra que Cunha, Neves y Rousseff o Da Silva tienen un peso suficientemente importante para no ser tocados directamente, la caída más importante del PT fue Dirceu, el monje negro del PT, Cunha que opera en gran parte a cara descubierta no tiene ese problema, y el PT tiene que ganar tiempo, y esto se ve en el presupuesto dónde los intereses de la nación se cruzan. Se puede comprender que este camino medio entre el ajuste, más ortodoxo y el ajuste fáctico de recesión más inflación, más suba de tarifas de servicios públicos tiene un fin claro que es ganar margen. Brasil se reprimariza y se hace exportador nuevamente y el índice de consumo de los hogares al caer, muestra que la vía del desarrollo del PT especialmente durante el primer gobierno de Dilma se está volviendo exiguo. Esto tiene consecuencias, la oposición en las calles no tiene mucho más crecer. Red O globo quiere mantener en la diferencia a la base electoral del PT, los opositores quieren salir pero no son muchos más, y su “necesidad de salir” es relativa. Esta diferencia se hace vital y muestra el presupuesto gris de Dilma es decir, saber que si aprieta en lo esencial, las protestas van a ser violentas en serio porque simplemente va contra la supervivencia de miles de personas.
Lo cierto es que la derecha brasileña es compleja, y las teorías que van al golpe y al desgaste bien conviven, se trata en todo caso de un Bloque Histórico en el sentido Gramsciano no de una hegemonía laxa, esta burguesía paulista, tiene claro cuál es el norte, y en este sentido, vemos a la Unión Europea tanto para Argentina como para Brasil en una nueva referencia, las razones aún son desconocidas. En parte podemos suponer que podría tener que ver con la forma en que se financian muchas nuevas obras de infraestructura.
Por eso, pese a que esta crisis tenga picos, no tiene cambios esenciales, después del gran fracaso del Mundial, el cual anticipaba las contradicciones entre partido de gobierno y el empresariado se juegan otras cartas, entre ellas las olimpiadas una serie de grandes concesiones. Todo esto a la par de una importante transferencia de ingresos. Podemos entender que una de las economías más grandes del planeta tiene contradicciones muy importantes, y en ella se puede ver por ejemplo la licitación de las plataformas petroleras, Petrobras abandonó el monopolio en 1998, y como PEMEX convierte a estos pozos en una vía de entrada rápida de capitales mediante licitaciones. En este sentido, nuevas formas de negocio petrolero, van a cambiar los flujos en los sistemas políticos. La “transparencia” es la que hace adelgazar Petrobras, pero no mucho más que esto. Por otro lado, Lula tiene una complicada manera de arbitrar de cara a 2018, y en esta espera tiene como resultado no poder formar parte del gobierno, lo que pasa en el resto de los niveles del PT será aún difícil de adivinar. Para esto habrá que entender el papel futuro del sindicalismo y de las figuras del PT en el resto del país.
Por esto, la diferencia fundamental con Collor y la diferencia con el líder marxista nacionalista Joao Goulart es evidente, primero consideraciones fácticas, la debilidad de Collor siendo un presidente populista pero vacío en este sentido cuando Correa llegó con un débil partido político mostró que con astucia y con ideología, se puede sobrevivir y gobernar, segundo que Collor proponía una osada reforma del Estado mediante una ataque a la burocracia estatal en medio de la inflación galopante, y el vicepresidente Itamar Franco se vio a sí mismo muy superior a Collor y además sí en ese momento un apoyo militar explícito. Hoy en el caso, de Temer, no se cree mejor que Dilma, su eventual gobierno de Unidad Nacional sería precario, porque las bases del PT podrían volver, y presionar por una salida por derecha por parte del PSDB, y en este sentido, Temer, tiene que esperar. Cunha que está por detrás se encuentra con igual defecto y hasta se podría decir que sería más odiado por la misma base del PSDB, y por lo tanto por O Globo, Folha, etc. El PT es el partido del orden en muchos sentidos, y el Mensalao y el Petrolao, muestran el grado de profundidad de una línea política de gran alianza fáctica de todos los diputados posibles. En este sentido, un Nicolás Maquiavelo podría decir que como príncipe nuevo el PT fundó sobre bases sólidas su dominio y su gran problema es que sus propias tropas no son suficientes y que el PMDB es mercenario. Los grandes el PSDB aspiran a quitarlos del medio, y el favor del pueblo en términos clásicos pende de un hilo. Por último vale decir un par de cosas, la estrategia de Estados Unidos en el siglo XX para con América Latina nada tiene que ver con el siglo XXI, en este sentido los ataques a Allende y Goulart, fueron pergeñados por la CIA en un nivel que cualquier operaciones de protesta de hoy parecería un juego de niños, y en este sentido los ejércitos y bandas fascistas, salieron a atacar a la clase obrera que era el muro de contención y condiciones de posibilidad de estos gobiernos. La cuestión de la legalidad en Allende con los militares y la oposición nada tiene que ver con la cuestión de la gobernabilidad en la actualidad por parte del PT, y madurar esta diferencia si muestra cómo el siglo XXI, las burguesías locales tienen mucho más peso en el control de la sociedad, y no se sienten amenazadas como se sintieron en los 60´y 70´.
En este sentido, la crisis actual si se desarrolla parecerá mucho a la crisis asiática de finales de los 90´ con el temor de la burbuja tecnológica de 2000 y 2001 en Estados Unidos considerando que hoy las empresas tecnológicas de los Estados Unidos son mucho más importante es preocupante, Brasil con su nivel de deuda es preocupante pero su nivel de reservas, hace que todo el tiempo tenga que esperar a lo que ocurra afuera, lo que sabremos es que el Brasil aspirante al Consejo de Seguridad, hermano mayor de Latinoamérica está diluyéndose, no sabemos si el par Obama-Clinton tomarán a Brasil como estado pivot para su política en parte porque no lo consideran vital en su seguridad, y puede que Colombia de manera inverosímil tome ese lugar.
Esto muestra a un Brasil que tiene una crisis de élites, una crisis económica y un miedo a que la crisis sociales se expanda por derecha y por izquierda, esta no es una crisis de representación sino una clara crisis de intereses, las alas más de izquierda del PT son contenidas, y las alas de extrema derecha, son superfluas, y puede que derrotas culturales de corte punitivo por parte de esa derecha fueran sus conquistas históricas, y base de la represión en medio del ajuste en forma inédita. Por eso, el centro político diluyéndose da para entender que la “Gran Política” en el PT es superar el gran ciclo económico que se dió y que pone a Brasil a re-sentar las bases del crecimiento la siguiente década y media. Lo que es cierto es que estrangulamiento progresivo quitará gran parte del brillo del PT en su supervivencia y por lo tanto hará del horizonte de posibilidades de la sociedad brasileña algo más exiguo, con maldad, el fallecido Gore Vidal explicaba, parafraseando nosotros: “Brasil es el eterno país del futuro”. El futuro en Brasil está en su desarrollo en torno al resto de las naciones, y puede que sea más posible que el desarrollo ruso o sudafricano, pero es incierto. La crisis resuelta por arriba muestra que el Lula Da Silva contra todos los pronósticos ha sido el político latinoamericano que mejor pudo manejar la lógica gobierno oposición, y que desde la debilidad comunicacional, sí pudo usar todas las “instituciones republicanas” para compensar todo lo que en teoría serían cajas vacías. En este sentido, el PT de Lula nada tiene que envidiar a otras coaliciones gobernantes en otros países, ya sea el CDU alemán, el PP español, el Conservadurismo inglés, el FPV en Argentina o los mismos demócratas en Estados Unidos. Este detalle suele perderse en las ideas más sencillas de catastrofismo, y si se quiere ver como juegan los tiempos de la política y las épocas, el hecho de que Lula perdiese en el momento en que Collor fue presidente configura un poco la historia de estos equilibrios, la reforma del estado, y el control de la inflación por parte del PSDB, el primer gobierno de Lula primero como asistencialista y el de Dilma como desarrollista y la relación cada vez más complicada, relativa y distante con los movimientos sociales.
Brasil tiene una crisis orgánica, de ciclo económico y política pero el PT contra todo pronóstico está mejor adaptado al sistema, a las instituciones e incluso con poco espacio se mantiene en el poder. Queda claro que esta forma de ver los asuntos no es la dicotomía clásica de progresismo y de procesos progresivos constantes y esto se hace por honestidad intelectual y no por animosidad contra el PT.
Esto muestra a un Brasil que tiene una crisis de élites, una crisis económica y un miedo a que la crisis sociales se expanda por derecha y por izquierda, esta no es una crisis de representación sino una clara crisis de intereses, las alas más de izquierda del PT son contenidas, y las alas de extrema derecha, son superfluas, y puede que derrotas culturales de corte punitivo por parte de esa derecha fueran sus conquistas históricas, y base de la represión en medio del ajuste en forma inédita. Por eso, el centro político diluyéndose da para entender que la “Gran Política” en el PT es superar el gran ciclo económico que se dió y que pone a Brasil a re-sentar las bases del crecimiento la siguiente década y media. Lo que es cierto es que estrangulamiento progresivo quitará gran parte del brillo del PT en su supervivencia y por lo tanto hará del horizonte de posibilidades de la sociedad brasileña algo más exiguo, con maldad, el fallecido Gore Vidal explicaba, parafraseando nosotros: “Brasil es el eterno país del futuro”. El futuro en Brasil está en su desarrollo en torno al resto de las naciones, y puede que sea más posible que el desarrollo ruso o sudafricano, pero es incierto. La crisis resuelta por arriba muestra que el Lula Da Silva contra todos los pronósticos ha sido el político latinoamericano que mejor pudo manejar la lógica gobierno oposición, y que desde la debilidad comunicacional, sí pudo usar todas las “instituciones republicanas” para compensar todo lo que en teoría serían cajas vacías. En este sentido, el PT de Lula nada tiene que envidiar a otras coaliciones gobernantes en otros países, ya sea el CDU alemán, el PP español, el Conservadurismo inglés, el FPV en Argentina o los mismos demócratas en Estados Unidos. Este detalle suele perderse en las ideas más sencillas de catastrofismo, y si se quiere ver como juegan los tiempos de la política y las épocas, el hecho de que Lula perdiese en el momento en que Collor fue presidente configura un poco la historia de estos equilibrios, la reforma del estado, y el control de la inflación por parte del PSDB, el primer gobierno de Lula primero como asistencialista y el de Dilma como desarrollista y la relación cada vez más complicada, relativa y distante con los movimientos sociales.
Brasil tiene una crisis orgánica, de ciclo económico y política pero el PT contra todo pronóstico está mejor adaptado al sistema, a las instituciones e incluso con poco espacio se mantiene en el poder. Queda claro que esta forma de ver los asuntos no es la dicotomía clásica de progresismo y de procesos progresivos constantes y esto se hace por honestidad intelectual y no por animosidad contra el PT.
¿Cuánto tiempo van a durar los pactos entre cúpulas? ¿Puede haber un winset diferente? ¿Existe un movimiento social amplio sin representación, con una tentativa de programa y aspiraciones políticas aunque sea contradictorias? Estas son las tres preguntas que combaten el impresionismo de la cobertura televisiva constante y la entrevista a los distraídos que muchas veces protestan sin saber por qué pero que cuentan en cuánto número porque efectivamente protestan combatiendo el psicologismo más rancio, y mostrando que las democracias son mayorías formales, y que el pueblo “Nunca se equivoca”, menos cuando el poder pasa de manos, y a “Rey muerto, rey puesto”. Una apertura a las masas en este momento sí implicaría un movimiento de riesgo para toda la clase dominante brasileña y parece que esta es la “verdadera línea roja de la sociedad brasileña”.
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