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miércoles, 21 de diciembre de 2022

Brasil, Lula y el multilateralismo

 

MUNDO

OPINIÓN

Brasil, Lula y el multilateralismo

04/12/2022

Foto: Evaristo Sa / AFP

El cambio político en Brasil ya comenzó, especialmente en política exterior. En tanto que Geraldo Alckmin, vicepresidente electo, está coordinando la transición interna junto al actual vice Hamilton Mourão, el flamente presidente electo Luiz Inácio Lula Da Silva está desplegando su estrategia en el plano mundial junto a su ladero político Fernando Haddad, quien se perfila a ser Canciller en la próxima gestión.

De hecho, Lula tuvo un rol protagónico en la COP27, dónde presentó una agenda radicalmente opuesta a la sostenida por el actual presidente Jair Bolsonaro. En ese evento, se reunió con los representantes temáticos de China, Xie Zhenhua, y de Estados Unidos, John Kerry. Es más, ahora Fernando Haddad está gestionando las invitaciones recibidas por Lula para priorizar una agenda antes de su asunción. Más allá de que Lula tiene intenciones de devolver la gentileza a su par argentino Alberto Fernández, quien lo visitó el día posterior a su elección, de seguro tendrá un encuentro con Joe Biden, dejando en espera otro con Xi Jinping, sencillamente porque no hay tiempo para dos viajes antes de la asunción, afirmó Fernando Haddad.

Es claro que el multilateralismo será el juego global, con un anclaje en el desarrollo regional. Por eso, la visita a Argentina tendría como objetivo reconstruir el Mercosur, un esquema surgido desde los años ochenta entre Raúl Alfonsín y José Sarney, e iniciado con Carlos Menem y Fernando Henríque Cardoso en los noventa.

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Una estructura que resistió al embate de Bolsonaro, quien se opuso a su continuidad, incluso con un viraje en el vínculo con Argentina de hasta modificar el Libro Blanco de seguridad nacional de Brasil, instalando una hipótesis de conflicto vecinal. Los lazos estructurales entre las empresas regionales y una fuerte capacidad diplomática de Daniel Scioli, actual embajador argentino en Brasil, permitieron sostener un vínculo prudente.

Ahora bien, es verdad que el Mercosur será la prioridad de Lula, sin embargo, el contexto regional y global no es el mismo de los años noventa. La impronta, en principio, tendrá un carácter más político que comercial. Algo que ya había tomado como agenda el Mercosur, cuando se aplicó la cláusula democrática a Paraguay luego del Golpe a Fernando Lugo.

Por otra parte, si se toma la experiencia europea, hay mucho por aprender. Mientras cierta visión de izquierda impulsa una moneda única, cabe señalar que el euro encorsetó la política monetaria de los países, impidiendo propiciar consumo en su recesión, lo que podría ser una alerta para seguir ese camino. Es más, llama la atención, que Martín Tetaz, un economista ortodoxo, esté alentando que Argentina adopte el real como moneda común.

Lo que es cierto, es que debería haber una coordinación monetaria, orientada a sostener la política monetaria de los países de la región, con sistemas de reservas de divisas compartidas. Que permita equilibrar capacidades de todos los miembros del acuerdo regional, evitando efectos perjudiciales como en la Unión Europea, expresados en los llamados PIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España).

En ese sentido, el reclamo de flexibilidad de acción por parte de Uruguay es comprensible y no viene solo del neoliberal Lacalle Pou, sino que fue expresado tanto por Tabaré Vázquez como por el Pepe Mujica. Es que una negociación conjunta no puede soslayar los beneficios que podría tener un país pequeño en su accionar individual, más allá que sea un chantaje imperialista proponer líneas de negociación unilateral para quebrar el bloque.

En ese sentido, Lula y Fernández deben poner el desarrollo en infraestructura en la agenda del Mercosur, que permita revertir la situación donde para Argentina es más barato colocar un producto en una góndola en Beijing que en Brasilia. En ese sentido, refortalecer la red fluvial de la cuenca del Plata articulada con el Amazonas e incluso el Orinoco, permitiría un lazo productivo y comercial de mayor envergadura.

Además, resulta importante politizar al Mercosur, dotando de mayores facultades al Parlamento Común. De manera de avanzar a una dinámica que fortalezca los derechos de todos los pueblos y no sólo los intereses de los grupos empresariales. En tal sentido, es necesario coordinar no sólo la macroeconomía, sino también propiciar la ciudadanía de la región.  «

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martes, 13 de julio de 2021

Los outsiders complican a la derecha

 https://www.tiempoar.com.ar/mundo/los-outsiders-complican-a-la-derecha/



Los outsiders complican a la derecha

10/07/2021

Foto: Marvin Recinos / AFP

Por: Ricardo Romero

Politólogo UBA /Analista Internacional

Ante la crisis de los partidos políticos de derecha en el continente, las élites latinoamericanas recurren a incluir a personajes “outsiders” de las estructuras electorales. El esquema cierra si esa figura responde a los designios del poder, como el caso de Mauricio Macri-Argentina o Luis Lacalle Pou-Uruguay. Sin embargo, entran en tensión cuando toman autonomía relativa como en Brasil, o se enfrentan al poder como en Haití o El Salvador.

De hecho, el magnicidio del presidente Jovenel Moise en Haití interroga hasta dónde condicionan los poderes fácticos a los gobiernos, no solo los denominados populistas, sino también, a quienes quieran mantener juego propio. Esta media isla, donde se dio el primer grito de independencia del continente y hoy es el país más pobre de la región, está subsumida en la pobreza e indigencia, castigada por la inclemencia climática y las consecuencias de la pandemia, por lo que vive de crisis política permanente, y se podría afirmar que el asesinato del presidente sería algo esperable, sin embargo, es conveniente indagar su motivo.

Justamente, Moise fue elegido desde su perfil de empresario, siendo un ignoto en la política de ese país hasta que el exmandatario Michel Martelly lo bendijo como candidato de un partido, que él mismo fundó en 2012. Pero, tras sortear un complejo proceso electoral que culminó con su consagración, el complot constante, acompañado por las protestas ante la crisis económica y las acusaciones de corrupción, presionó para que dejara el mandato lo antes posible. La oposición articulada en el Parlamento llevó a Moise a disolverlo y gobernar por decreto, tocando algunos intereses del establishment y que esta muerte permitirá volver a reestablecerlos.

Un caso que también pone en tensión a un establishment local es el de El Salvador, bajo la presidencia de Bukele. Un joven millennial de 39 años, quien se impuso como una superación del bipartidismo salvadoreño, especialmente superando la gestión del FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional) y dejándolo como una nueva derecha.

Sin embargo, el incremento de su popularidad le permite sumar expresiones de izquierda, como la exguerrillera disidente María Ofelia Navarrate, por lo que hoy está bajo la lupa del poder fáctico de ese país y el conflicto está latente y en puerta. «


martes, 16 de febrero de 2021

En Brasil otra vez despunta la primavera

 https://www.tiempoar.com.ar/nota/en-brasil-otra-vez-despunta-la-primavera

En Brasil otra vez despunta la primavera

Opinión
Por Ricardo Romero - Politologo UBA. Analista internacional
14 de febrero de 2021

La primavera parece regresar para la democracia brasileña que está padeciendo un crudo invierno político, con un establishment que dejó en el gobierno a un desbocado neofascista que, si bien no controla totalmente, cumple con el cometido de sostener sus intereses y con el objetivo de impedir el regreso de Luiz Ignacio Lula da Silva a la presidencia con su proyecto de inclusión y ciudadanía para Brasil.

Un establishment político que, impedido de lograr una mayoría electoral, recurrió a los magistrados, encabezados por el ex juez Sérgio Moro, para planificar una “lawfare” (guerra jurídica) a partir de la “Operación Lava Jato”, por el cual se acusó al ex presidente de recibir un departamento como soborno por contrataciones en el Estado. Una imputación sostenida sin ninguna prueba, solo con la “convicción” por parte de los magistrados de su culpabilidad, que llegaron a tenerlo encarcelado 580 días, impidiendo su elección como presidente en 2018.

Pareciera cumplirse la proclama de Lula, momentos antes de su aprehensión, que citaba la frase del fallecido premio nobel Pablo Neruda que decía “podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera”. Es que esa operación de los medios hegemónicos que igualaba al “manu pulite italiano”, deviene más bien en una opereta típica de los servicios de inteligencia de los peores regímenes autoritarios. De hecho, un magistrado que investiga a su artífice, el ex Juez Moro, equiparó sus acciones ilegales con los procedimientos de la Stasi (policía secreta de la ex Alemania oriental).Se avecina un devenir primaveral con el derrumbe de una causa de un lawfare orientada a la persecución política. Es que Lula obtuvo una victoria clave en ese campo de batalla jurídico, logrando que el Supremo Tribunal Federal le otorgue el derecho de acceder a los mensajes filtrados entre Moro y el ex jefe de los fiscales de la Operación Lava Jato, Deltan Dallagnol, donde lo orientaba a juntar pruebas a través de delatores para condenar por corrupción a “9”, la forma en que nominaba a Lula en su mensajes.

Todo indica que Lula volverá a la arena electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2022. Sin embargo, las blancas también mueven, y seguro el establishment buscará alguna treta para impedir su regreso, tal como lo intentaron en otros países latinoamericanos. Quizás el enroque de candidaturas, como hizo en Argentina, Cristina Fernández y siguieron Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador, pueda ser la forma de eludir los ataques futuros.

Además, podría ser la forma de habilitar una renovación generacional y política de las fuerzas de izquierda en Brasil, teniendo presente que el ex presidente Lula ya tiene 75 años y aunque haya incluso superado un cáncer de garganta en 2012 y un contagio de COVID-19 a fin del 2020, no es inmortal. En ese plano, se encuentran nombres como el de Marilina Arraes del Partido dos Trabalhadores; Manuela D´Avila del Partido Comunista do Brasil; o Guillerme Boulos del Socialismo y Libertad.

En ese marco, también será importante corregir errores pasados. En principio el esquema de alianzas, porque los casos de corrupción del gobierno petista (Lula y Dilma Rousseff 2002-2016) tuvieron como epicentro a miembros de partidos aliados, especialmente del MBD -partido ejecutor del Golpe Parlamentario, y sobre todas las cosas aumentar los mecanismos de control, porque también hubieron ex miembros del PT que cruzaron la línea del enriquecimiento personal y son las espinas de las rosas primaverales En ese marco, también será importante corregir errores pasados. En principio el esquema de alianzas, porque los casos de corrupción del gobierno petista (Lula y Dilma Rousseff 2002-2016) tuvieron como epicentro a miembros de partidos aliados, especialmente del MBD -partido ejecutor del Golpe Parlamentario, y sobre todas las cosas aumentar los mecanismos de control, porque también hubieron ex miembros del PT que cruzaron la línea del enriquecimiento personal y son las espinas de las rosas primaverales

domingo, 24 de enero de 2021

Bolsonaro no tardó en olvidarse de Trump y confesar su nuevo amor

 https://www.tiempoar.com.ar/nota/bolsonaro-no-tardo-en-olvidarse-de-trump-y-confesar-su-nuevo

Bolsonaro no tardó en olvidarse de Trump y confesar su nuevo amor

El mandatario de Brasil le envió una carta a su flamante colega de EE UU en la que muestra su pragmatismo y su nuevo alineamiento.
(Foto: AFP)
24 de enero de 2021

El mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, con una carta enviada al flamante presidente Joe Biden, se puso al pie y al orden diciendo: "Sigo comprometido y listo para trabajar por la prosperidad de nuestros países y el bienestar de nuestros ciudadanos". Es más, en este inicio epistolar, le declaró su amor al nuevo jefe de la Casa Blanca, prediciendo: "Una visión de un excelente futuro para la relación Brasil-EE UU". Y concluyó: "Deseo a Vuestra Excelencia pleno éxito en el ejercicio de su mandato, espero que acepte, Señor Presidente, los votos de mi más alta estima y consideración".

La actitud de Bolsonaro muestra un pragmatismo a destiempo, porque fue el último mandatario latinoamericano en reconocer la victoria de Biden, poniéndose siempre hasta último momento como ladero del ahora expresidente Trump. Acompañándolo siempre, desde seguirlo en todos los lineamientos de política internacional, como el ataque a Venezuela, o imitar acciones de política interna, como el negacionismo de la pandemia, dejando a ambos países con un colapso sanitario por la enfermedad. Incluso, hace unos días sostuvo la idea de fraude en las elecciones norteamericanas.

Es más, ahora hasta parece replantear su posición sobre la Amazonia, un tema que había cruzado directamente a Bolsonaro contra Biden. Oportunamente, en plena campaña, el brasileño salió agresivamente contra la propuesta del entonces candidato demócrata, quien en un debate con Trump alertó sobre la destrucción del principal pulmón del planeta y propuso destinar 20 mil millones de dólares al gobierno brasileño para la preservación de la selva. Si bien en ese momento sostuvo que no aceptaba “sobornos” ni “amenazas”, ahora estaría dispuesto a recibir ayuda, poniéndose a disposición para colaborar en el ámbito del “desarrollo sostenible y de protección del medio ambiente, en especial de la Amazonia”. Por eso, con el mismo pragmatismo, es probable que Biden busque tender puentes con Bolsonaro, no solo porque el Amazonas es parte prioritaria de su agenda ambiental, sino también por el vínculo comercial que une a EE UU con Brasil, disputando el primer lugar con China. Así, la estrategia norteamericana buscará utilizar la relación para un alineamiento contra Venezuela en la región y la potencia asiática a nivel global.

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Se espera incluso que sea más amable que el mismo Trump, que no devolvió la entrega de amor: Bolsonaro visitó cuatro veces EE UU y el expresidente no devolvió el gesto. Así, sin más espera, Itamaraty tiene como desafío propiciar el intercambio de visitas entre los presidentes, lo que definiría el tablero político en la región. Para eso, deberá domesticar a su hijo, Eduardo Bolsonaro, quien se quedó con la presidencia de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, algo que no será difícil porque los negocios que propicia la nueva política indicarían un rápido realineamiento.

Es más, también se avizora que este viraje puede ser perjudicial para los sectores progresistas de América Latina, porque el nuevo presidente de EE UU no manifestaría grandes cambios en la relación con países como México, Cuba, Bolivia y Venezuela, donde incluso seguirá reconociendo a Juan Guaidó como su presidente, a pesar de la predisposición de Nicolás Maduro de tender un diálogo. Parecería ser que la estrategia es fortalecer lazos con los gobiernos de Colombia, Uruguay, Chile y Brasil, donde se espera que Biden abra su corazón al garoto.

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El Brasil de Bolsonaro: a confesión de parte...

 https://www.tiempoar.com.ar/nota/el-brasil-de-bolsonaro-a-confesion-de-parte

El Brasil de Bolsonaro: a confesión de parte...

(Foto: Xinhua)
Opinión
Por Ricardo Romero - Politólogo UBA - Analista internacional
10 de enero de 2021

Con todo cinismo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió su decisión de sacarle las ayudas especiales a 68 millones de personas, condenándolas a la indigencia, afirmando que: “Brasil está quebrado y que no puede hacer nada para salir de la crisis generada por la pandemia”.

Y con la misma lógica, del “pasaron cosas” de su amigo Mauricio Macri, alegó: “Yo quería cambiar las categorías del impuesto a las ganancias, vino el virus, potencializado por estos medios de comunicación que tenemos”. Y así, sin inmutarse, los culpó agregando: “Esta prensa sin carácter. Es un trabajo incesante de intentar desgastarnos para sacarnos de aquí (del gobierno) y atender intereses que no pueden revelar".

Su confesión de parte, releva de pruebas a la ciudadanía, que en las redes sociales comenzó a pedirle su #Renuncia. Ese hashtag se hizo viral y una etiqueta alcanzó más de 80 mil menciones en 10 minutos. Inmediatamente se plegaron organizaciones civiles, sociales y políticas, así como dirigentes, entre ellas Manuela D'Avila quien en su cuenta de Twitter le dijo: “Brasil está quebrando y su presidente no hace nada. Dejar que alguien que sepa gobernar y que no quiera la muerte del país entero, sería una cosa buena a hacerse. Renuncia!”.

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Lo que Bolsonaro sí sabe hacer, es ir a contramano del mundo. Mientras rápidamente las naciones están dando del mensaje de reconocimiento a Joe Biden como presidente proclamado de Estados Unidos, Brasil lo hace a regañadientes del mandatario, siendo el último país del G-20 (las naciones más ricas del mundo) en reconocerlo. Más aún, en tanto todo el arco político brasileño, como los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso, condenaban la violenta irrupción de seguidores arengados por Donald Trump al Capitolio, cuando la magna institución constataba el triunfo de Biden, Bolsonaro salió a avalar las acciones de su amigo, siguiendo la idea del fraude.

Con más cinismo, a partir de las denuncias de Trump, avaló la tesitura, sosteniendo: “Yo seguí todo, saben que estoy vinculado a Trump y saben cuál es mi respuesta. Mucha denuncia de fraude. Yo creo que sí, hubo un fraude descarado”.

Peor aún, no sólo se mantiene encolumnado en la agenda siniestra de Trump, sino que enciende las alarmas de cara a su intento de reelegirse en 2022. En declaraciones para Jornal Do Brasil, Bolsonaro comenzó a embarrar la cancha para las próximas elecciones presidenciales, cuestionando la propia de 2018. Afirmó: "Mi elección fue fraudulenta. Tengo pruebas de fraude en mi elección, pude haber ganado la primera ronda", pero sin haberlo denunciado oportunamente.

Quien mantuvo una cuota de racionalidad y que muestra el poder fáctico que gobierna Brasil, fue el vicepresidente Hamilton Mourão, quien tuvo una posición diplomática sobre el tema, al decir que la ocupación del Capitolio norteamericano por trumpistas es un “asunto interno”. Dijo, concretamente: "Son asuntos internos de Estados Unidos que tendrán que ser resueltos por el nuevo gobierno y de acuerdo con la ley". «

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Garoto de Ipanema

 

https://www.tiempoar.com.ar/nota/garoto-de-ipanema

Garoto de Ipanema

(Foto: Estefan Radovicz - AFP)
Opinión
Por Ricardo Romero - Politólogo UBA. Analista Internacional. www.ricardoromero.com.ar
27 de diciembre de 2020


Los diarios de la playa de Ipanema ponían en su tapa que el principal garoto de Río de Janeiro, el intendente Marcelo Crivella, quedaba preso por sospecha de corrupción, a partir de una acción conjunta entre la Policía Civil y el Ministerio Público de esa ciudad. Cómo parte de la "Operación Hades", se realizaron investigaciones que se orientan a desmontar una "QG da Propina" (Central de Sobornos) organizada por la Intendencia, para obligar a los empresarios a pagar montos como retorno para prestaciones de servicios a la gestión municipal. La organización fue expuesta a partir de una delación realizada por el empresario Rafael Alves, hermano del entonces presidente de la Riotur, Marcelo Alves, quienes eran la cabeza del sistema de pagos de las coimas de la empresas participantes. Ante el arresto, Marcelo Crivella alegó ser víctima de persecución política.

Con el mismo argumento, el presidente brasileño Jair Bolsonaro salió a defender a Marcelo Crivella, al criticar al Ministerio Público de Río de Janeiro por la detención y fustigó a los medios de comunicación, acusándolos de perseguir a su familia y a sus aliados. El presidente se victimizó de inmediato. Es que Crivella tuvo un rol decisivo en el Golpe de 2016, que destituyó a Dilma Rouseff, a través de la bancada evangelista del Parlamento, que votó en nombre de Dios la causa armada contra la ex mantadaria. Además, es dueño de la Récord, el grupo multimedia que fue el principal impulsor de la candidatura de Bolsonaro y que hoy defiende con vehemencia su gestión, especialmente cuando se trata de ataques homofóbicos, tan comunes en el presidente. Es más, Crivella recibió el apoyo de Bolsonaro para su intento de reelección en la comuna carioca, que fue frustrado por su derrota ante Eduardo Paes, quien justamente asumirá la Intendencia el próximo 1° de enero.

La corrupción en una gestión municipal no sería noticia si no subyaciera que la misma se produce en los propios pagos del presidente Jair Bolsonaro y que, además, expone a un poder factico de la política brasileña: la Iglesia Universal fundada por Emir Macedo del cual es sobrino Marcelo Crivella. Macedo es el encargado de la Récord, su corporación mediática. Lo que implica una reacción del establishment político que utiliza los mecanismos establecidos por la doctrina impuesta y practicada por el ex Juez Sergio Moro, que dictamina prisiones basadas en declaraciones de arrepentidos bajo el concepto de culpabilidad de la persona por el cargo ocupado, que otorga la veracidad de los hechos. Fue exactamente el inescrupuloso mecanismo que permitió la proscripción de Luiz Ignacio Lula Da Silva y que hoy pareciera poner en el ojo de la tormenta a Bolsonaro y sus aliados. Así, la jueza Rosa Helna Penna Macedo Guita sostuvo que la prisión se dictamina en tanto había riesgo de fuga por el ejercicio del cargo que tenía Crivella.

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En ese sentido, el establishment que utiliza las causas por corrupción -que son endémicas en la mayoría de los partidos políticos brasileños, y es utilizada para garantizar los intereses de la casta  dominante- está expresando el realineamiento en la correlación de fuerzas derivada de los resultados arrojados en las elecciones municipales de hace un mes. En esos comicios, si bien se fortalecieron partidos del centro y de la derecha tradicional, muchos herederos de la Dictadura y que apoyaron el golpe institucional a Dilma Rouseff y la proscripción a Lula, muchos de ellos no son bolsonaristas.

Por lo que parece que el establishment estaría dispuesto a buscar una candidatura más decorosa, corriendo los riesgos ante la casi segura habilitación de Luiz Ignacio Lula Da Silva, que aún conserva la preferencia prioritaria de la ciudadanía aunque tiene el muy pesado desafío de reoganizar el debilitado espectro de la izquierda brasileña, y hacerlo desde su propio partido, el PT, que tampoco salió lo fortalecido que se esperaba de la última votación de noviembre.

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