OPINAN
Ricardo Romero
16 de Mayo de 2015
Estrenando vice en Guatemala
Pareciera ser que los guatemaltecos quieren cambiar algo más que el gobierno en las elecciones programadas para el 13 de septiembre próximo.
Pareciera ser que los guatemaltecos quieren cambiar algo más que el gobierno en las elecciones programadas para el 13 de septiembre próximo. La renuncia de la vicepresidenta de la nación, Roxana Baldetti, es la punta de iceberg del declive del oficialismo que está desnudando una profunda crisis del Estado sumergido en la desidia de la corrupción. En este caso, la designación de un líder robacoches como secretario en la vicepresidencia provocó la salida inmediata de la funcionaria. Por eso, los movimientos de protesta impulsan una profunda reforma electoral que "limpie" el Estado de los corruptos que hoy lo gobernarían.
Ahora, el presidente Otto Pérez Molina intenta recomponer el gobierno, que en principio había presentado una terna compuesta por funcionarios de su gobierno, entre los que se encontraba la comisionaria de la Presidencia de la Reforma Policial, Adela Camacho de Torrebiarte; el secretario ejecutivo del Gabinete de Desarrollo Rural, Adrián Zapata; y el ministro de Trabajo, Carlos Francisco Contreras; procurando así cerrar filas hacia una transición política.
Sin embargo, encontró un tropiezo en el parlamento que le obligó a remplazar a Contreras por el magistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC), Alejandro Maldonado Aguirre, quien terminó siendo nombrado con la mayoría especial del congreso para concluir el mandato Baldetti. La fumata blanca se produjo a contra reloj porque este viernes concluye el período electoral y el parlamento entra en receso hasta agosto.
A pesar de la designación, la crisis política no se detendría, porque Pérez Molina está bajo la presión de EE UU desde el 24 de abril, cuando aprobó la permanencia de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), órgano bajo la órbita de la ONU, que está desgastando la gobernabilidad del oficialismo que tendrá que enfrentar las próximas elecciones cuesta arriba, más cuando la CICIG no accedió a dar inmunidad a la vice y está pidiendo por otros funcionarios. Incluso, pareciera que frenó el avance sobre el presidente para dar cierta estabilidad institucional al país de cara a los comicios.
La crisis da como perspectiva la salida del Partido Patriota (PP) del gobierno, que si bien logró un acuerdo con la bancada de Libertad Democrática Renovada (LDR) para la designación de Maldonado Aguirre, se está desangrando con la renuncia del candidato presidencial Alejandro Sinibaldi y de varios alcaldes y diputados que comenzaron la fuga hacia otros bloques. El interrogante está la articulación política que se produzca desde la oposición, especialmente del centroizquierda Encuentro por Guatemala, que postula al empresario Ángel López Camposeco.
Ahora, el presidente Otto Pérez Molina intenta recomponer el gobierno, que en principio había presentado una terna compuesta por funcionarios de su gobierno, entre los que se encontraba la comisionaria de la Presidencia de la Reforma Policial, Adela Camacho de Torrebiarte; el secretario ejecutivo del Gabinete de Desarrollo Rural, Adrián Zapata; y el ministro de Trabajo, Carlos Francisco Contreras; procurando así cerrar filas hacia una transición política.
Sin embargo, encontró un tropiezo en el parlamento que le obligó a remplazar a Contreras por el magistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC), Alejandro Maldonado Aguirre, quien terminó siendo nombrado con la mayoría especial del congreso para concluir el mandato Baldetti. La fumata blanca se produjo a contra reloj porque este viernes concluye el período electoral y el parlamento entra en receso hasta agosto.
A pesar de la designación, la crisis política no se detendría, porque Pérez Molina está bajo la presión de EE UU desde el 24 de abril, cuando aprobó la permanencia de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), órgano bajo la órbita de la ONU, que está desgastando la gobernabilidad del oficialismo que tendrá que enfrentar las próximas elecciones cuesta arriba, más cuando la CICIG no accedió a dar inmunidad a la vice y está pidiendo por otros funcionarios. Incluso, pareciera que frenó el avance sobre el presidente para dar cierta estabilidad institucional al país de cara a los comicios.
La crisis da como perspectiva la salida del Partido Patriota (PP) del gobierno, que si bien logró un acuerdo con la bancada de Libertad Democrática Renovada (LDR) para la designación de Maldonado Aguirre, se está desangrando con la renuncia del candidato presidencial Alejandro Sinibaldi y de varios alcaldes y diputados que comenzaron la fuga hacia otros bloques. El interrogante está la articulación política que se produzca desde la oposición, especialmente del centroizquierda Encuentro por Guatemala, que postula al empresario Ángel López Camposeco.
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