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domingo, 24 de agosto de 2014

La Tiranía y América Latina:

Es común leer en muchos lugares ciertas frases hechas como “Argenzuela”, o la teoría de que la embajada cubana manejaría Venezuela, y otras tantas variantes de ejercicios muchas veces de imaginación que suelen ante todo representarse como defensas de la democracia. Lo que podemos considerar es que de allí se desprenden saberes, maneras de ver el mundo que tienen conexiones entre sí. Contra lo que se puede pensar, la idea de cooperación de países que estarían enemigos del orden mundial, dice más del orden mundial que de los países en sí. Considerar esto es importante porque se trata de una obsesión bastante recurrente, una obsesión que al final de cuentas sólo muestra una frustración de sectores distintos que han preferido huir de sus propios problemas antes que abordarlos de forma exhaustiva.

Podemos ver primero que la idea de que se combate a una idea de socialismo muchas veces la cual no se termina de definir desde Obama hasta Chávez serían socialistas, este “socialismo” poco tiene que ver con las variables clásicas de lo que alguna vez se llamó socialismo, ni la socialdemocracia, ni el leninismo ni las formas que podrían haber derivado a todas las experiencias históricas que de alguna u otra manera estaban en medio de una historia bastante simplificada. Esto es importante porque lo que se llama “liberalismo” ha degenerado y la comprensión de estos problemas termina por ser la negación cómoda de nuestro tiempo. Juguemos un poco con el sentido de las palabras, lo que se pone en discusión no es qué quieren decir los regímenes políticos sino si son buenos o malos. Esta pregunta sobre el bien, el supremo bien, que no siempre es el bien común sino los principios en abstractos sobre los cuales se podría edificar la sociedad, yendo en forma corta la idea de un “conflicto” entre el Estado y el Mercado. Esta oposición si la puso en evidencia cierta forma de neoliberalismo pero sobre todo la reforma del Estado es decir el “desmantelamiento” del Estado de Bienestar, en este sentido el enfrentamiento siempre estuvo presente y lo único que cambio en la práctica fue quién tenía la hegemonía. En este sentido el autoritarismo y la democracia en América Latina nada tuvieron que ver en sí misma con la idea de Mercado y Estado. Podemos pensar entonces que; el pos-neoliberalismo tiene consecuencias que preocupan más a los gobiernos latinoamericanos y a los neoliberales que a muchas de las condiciones generales por ejemplo de la globalización que hasta el día de hoy se antojan irreversibles.

Podemos considerar sin embargo que una sucesiva pérdida de valor de las preguntas ha llevado a una pérdida del valor de las respuestas, luego de una experiencia “pos-neoliberal” que va a llegar a su fin eventualmente, ¿Cuánto tiempo los mismos candidatos, los mismos partidos y las mismas políticas podrían estar en el poder y mantenerse la democracia? Democracia tal cual la conocemos hoy sin pedirle ni darle nada, tal cual quiso alguna vez imaginar que podría ser el plebiscito perpetuo Laclau. La respuesta como siempre será ambigua, en este sentido, quién haya visto la experiencia de los populismos latinoamericanos se dan cuenta que estos en sí mismos no insumieron más que una década y que en el único país donde un gobernante gobernó con tranquilidad más de ese tiempo fue el Paraguay de Stroessner, la Nicaragua de Somoza, y la Cuba de Fidel Castro. Esto hay que decirlo no para entrar en una discusión de principios sino para ser realistas en el punto de vista de las longitudes de los espacios de tiempo, incluso Chávez murió pero el chavismo sigue, aunque no haya una biblia de que es eso y no va existir una. Maduro hoy con su “sacudimiento” en puerta parece ser un poco la muestra un lento ocaso, ¿Acaso el PSUV podría funcionar como estructura de partido único?- muchos de lo que comparan muchas veces lo hacen exagerando la oposición en Venezuela se comporta en formas en que los países de Europa del Este bajo el control de la URSS habría sido imposible. Es decir una novela por demás interesante y en esto debemos tener una parte de la atención porque de esto se deriva la posición en Argentina, y muchas de relaciones que se tejen hoy en día.

La idea clásica de Ley como orden del mundo es mucho más importante que la ley como forma constitucional, los clásicos concebían el mundo de los hombres y el mundo humano como una realidad única, como microcosmos y macrocosmos, es decir como una idea de justicia que equivale de alguna forma a la naturaleza humana. Hoy en día esto en el caso de las constituciones liberales del siglo XIX las predominantes en América Latina serían un absurdo. Se trata de otra cuestión, por eso mismo para tirar un muro debajo de “Argenzuela”, la constitución que tiene la Argentina la de 1853 reformada en 1994 es completamente distinta a la que tiene Venezuela para la V República que este escandaloso hecho no se tenga en cuenta muestra ignorancia, si la constituciones de estos países se cumplen, no son los mismos países, no tienen los mismos destinos y no pueden funcionar de forma parecida. Si estas constituciones no se cumplen no podría haber necesidad de una coincidencia. Esto ocurre antes que nada por sociedades con problemas comunes, por alianzas tácticas de los gobernantes y por situaciones del orden general que han hecho tener ciertos problemas con Estados Unidos pero nunca los que tuvieron Irak, Irán, o Corea del Norte, ¿basta decir que armas nucleares no se ha acusado nunca tener a Argentina, Venezuela o Ecuador? Pero este hecho muchas veces es despreciado frente a lo que sí fue para Estados Unidos la crisis realmente seria de misiles rusos en Cuba.

La idea de un tirano mejorado, tiene una serie de promotores, nadie pensaría que un país gobernando por Chávez tiene un gran defecto para gran parte del poder dominante que no es ser un fiel seguidor de Estados Unidos para eso vale pensar en Arabia Saudita, pero en este sentido basta pensar en otros socios, estos socios muestran que la idea de democracia tiene dos caras, la neoconservadora, aliados incondicionales autoritarios, o democracias en la forma de Estados Unidos, o la demócrata, democracias “cuestionan” a Estados Unidos pero sólo en el plano verbal. Obama con sus intervenciones sin declaraciones de guerra, sus no invasiones pero que terminan por serlo, sus intervenciones a medias, su ida y vuelta con la relación Israel-Palestina son muestra de ello. ¿Podría ser de otra forma? Hay en esto una medida verdad, los luchadores de la democracia venezolana como les gusta llamarse a sí mismos sufren muchas veces de objetivos que son contradictorios entre sí y han variado mucho en sus formas de proceder con éxito diverso. Uno de ellos el más importante a sido sin duda FEDECAMARAS, en este sentido, Venezuela, se a aislado en su propia lógica interna y Maduro es sin duda el “Tirano” pasible de ser aconsejado, en este sentido sería plebiscitario, y en esta forma moderna, sería distinto que los autoritarismos, y sería distinto que su pares totalitarios del pasado. Sí podría tener gruesos errores de administración pero en este sentido ¿sería tanto peor que Carlos Andrés Pérez?- a esta pregunta se la ha contestado estúpidamente, sobre todo por quienes no son precisamente los intelectuales más brillantes pero que juzgan y creen que tienen que ser conciencias morales, Jorge Asís y Tomás Abraham muestran una decadencia de las auto percibidas aristocracias. Son muestra necesaria de la “vida bajo el Tirano” sea este real o no, no queriendo formar parte de la política imaginan ante la nada, posibilidades que no ocurren. En la ausencia de la búsqueda del honor se nota, se conforman, en una lenta decadencia y en este sentido, los problemas de Venezuela, no serán muy distintos gobierno o no Maduro, por lo menos en ciertos puntos, por ejemplo el que muestra que PDVSA sí o sí tiene problemas de productividad, otro más sin duda es que la salida de millones de personas de la pobreza parece exceder al gobierno y a la oposición de Venezuela consideren como consideren las acciones de Chávez. En este sentido la idea de que los pobres serían conflictivos porque han recibido más de lo que deberían, y que demandarían porque sí, pese a que nadie haría una política estatal para hacer pobres conformistas simplemente basta dejar las cosas como están muestra que – la ciudad- tenga o no tiranos estaría presa de una decadencia, en este sentido, si el Tirano es el resultado de la degeneración de la democracia, son los adecos los culpables, y serán ellos seguramente los que conseguirían mejores tiranos al final del nuevo proceso que pretenden imaginar.

China y la no democracia, los gigantes de Asia y sus democracias a medias:

No es tan cierto que la libertad y la democracia sean valores que amen las clases medias amen la democracia en sí, muchas veces la clase media puede formar feliz frente a un líder autoritario mientras puedan formar parte de la burocracia gobernante. En este sentido, incluso dentro del chavismo hay chavistas que viven mejor que otros. ¿Acaso decir esto sería ser ingenuo? Claro que no, pero lo que es cierto es que las condiciones de la democracia, y quién decide qué es son muy importantes. En este sentido, Argentina y Venezuela no se ajustan a los mejores ejemplos de “barbarie” que hoy se imputan a los árabes o a los recelos del poder que impone China o a la civilizada Corea del Sur, o Japón, hay que considerar que gran parte de la vida política del siglo XX de Portugal y España la recorriendo con procesos autoritarios que tienen herederos que incluso hoy gobiernan como el PP, justamente esto molesta, incluso el día de mañana el PSUV con un marco distinto podría sobrevivir y ser parte de otra realidad venezolana. En este sentido, será claro que lo que hoy se dice pretenderá ser efímero, podemos ser cínicos y pensar que si bien hay problemas, el mundo no se preocupa lo suficiente por catástrofes humanitarias. Mientras los talentos del PDVSA triunfan y ganan millones en la cercana Colombia extrayendo petróleo ¿por qué este no podría ser el destino de un futuro no muy lejano en pleno “sacudimiento en marcha”

Lo que sí podemos mostrar es que las élites en Argentina y Venezuela tienen una crisis que no han resuelto y jamás resuelvan ya que esta crisis es permanente y forma parte de regímenes políticos donde la democracia liberal no puede dar respuestas, y no las va a dar, nada cambia votando en esos casos. El realismo del pos-neoliberalismo será tan efímero como lo fue el neoliberalismo en Fujimori, Menem, y otros, es decir el fetiche por la palabra se irá pero las herencias continuarán. Lo que podemos decir es que la transición en Venezuela se ha mostrado más sólida de lo que creían muchos analistas. El conflicto dentro del chavismo se vio irreductible esto hasta ahora no ha pasado. Ni la política exterior ni la política interior han cambiado demasiado sobre el tema pero se ve la decadencia de la política petrolera de Chávez la cual fue efectiva pero ya no es más viable. En este sentido el Tirano como Hierón (el aludido por Strauss) podría lamentarse que no tiene un amor total de todos sus ciudadanos, que las fuerzas que lo mantiene el poder fundamentalmente el ejército son muy importantes, lo mismo se podría decir de la fase final del kirchnerismo con la CGT, el PJ tradicional, las fuerzas de seguridad-Gendarmería y policía. En suma los poderes del orden de la sociedad, y podría ver como el empresariado, presencia importante en estos países que no son “socialistas” a la “soviética”, presionan y pueden salirse con la suya, una variante de ello es en parte la inflación. El estado pretende supervisar la actividad privada y no puede y en muchos casos no puede tampoco reemplazar al privado aunque lo intente. Podemos considerar que entonces las relaciones son complejas, primero porque sin duda que se trata de un giro sobre sí mismos, en estos años los cambios exteriores han cambiado las políticas en América Latina, la pulsión al conflicto para con los medios se dio en los mejores momentos, donde el dinero sobraba y la lucha por la visión del mundo podría valer la pena mucho más que la supervivencia hoy es más bien al revés.

Simónides, es un personaje importante como consejero de Hierón sería el encargado de poner en guardia a este sobre sus propios defectos como gobernante antes de funcionar como opositor. En este sentido las reformas incluso en la URSS fueron idas y venidas sobre estos puntos, en Venezuela parece que este péndulo también ocurre, Chávez era un nacionalista que fue al socialismo y luego ¿Será Maduro un “socialista” que irá hacia el nacionalismo? En este sentido en Argentina y en Venezuela el problema sigue siendo a la administración del Estado burgués. En este sentido, la salida de grandes ciclos de América Latina se basa en esto. Poco importa la democracia para unos y otros, menos aún para Estados Unidos. La seriedad o no de estos tiene que ver con su supervivencia en el poder. Pecamos entonces de entender que la propia práctica de estos gobernantes determina el destino de la región. Brasil, Venezuela y Argentina en parte como los actores más fundamentales, otros como elementos que lleven las políticas que lleven no condicionarán a la región en forma total. La salida del Frente Amplio en Uruguay acusado de los enamorados del populismo de moderación inconfesable combinados con el Paraguay netamente conservador y la lógica de la política boliviana como literalmente una isla muestra que Maduro sin socios, va a cambiar de socios, y que un PJ distinto al kirchnerismo será más de “derecha” o menos contradictorio, en sus postulados acompañando al ciclo económico mundial.

En este sentido es revelador lo que ocurrió en Asia, la democracia allí es una especie de eufemismo, no porque no importe, sino porque no es un factor que condicione sus relaciones económicas con el resto del mundo, la seguridad jurídica china parece más seria que la de Venezuela, y su apertura al Occidente es tanto como la de Venezuela. Quizá Venezuela administra peor su socialismo que lo que China administra el suyo, y con esto es claro que se está diciendo una ironía. Argentina en este sentido si mantiene al PJ en sentido amplio como aquel partido que gobierna consagrándolo como predominante habrá llegado en “democracia” a una hegemonía que poco tiene que ver con el pueblo en sí, y si tiene que ver con la administración del Estado en forma nacional, provincial y municipal. Como siempre, en este sentido Jenofonte, Stauss, y Platón dan igual, en este sentido el mejor gobierno es de la aristocracia que hoy en día no puede ser otra cosa que una burguesía pudiente, y si esta no está a la altura, habrá mejores democracias que otras, pese a sus bondades de principios. En este sentido, parece que la evolución ideológica se estancó, y de este estancamiento surge sí la variante “reformista” en pos de la eficiencia. El capital tiene en este sentido, la buena sapiencia para hacer razonar a los gobernantes lo que la ciencia política doctrinaria casi moralista no puede porque justamente no es relevante. Las cuentas públicas hacen que Maduro vaya al “sacudimiento” como sería la reforma del Estado que no parece ser la “Revolución Cultural” maoísta sino un ejercicio de auditoria contable que debería haberse hecho hace tiempo. Con esto veremos que la ONG neoliberales desestabilizadoras pueden como se dice hacer propaganda pero son más bien objeto de propaganda. La banca norteamericana y el gobierno chino hacen entrar en razón a Maduro con más facilidad que Vargas Llosa, y todas las fundaciones habidas y por haber. ¿Cómo puede ser que entonces estas cuestiones tan ajenas a la Opinión Pública sean las que motiven los cambios y no el consejo de periodistas, intelectuales, etc.?  En este sentido, otra ironía es que el papel del sabio en el consejo de los gobierno poco tiene que hacer, el saber hacer es simplemente instrumental y Maduro estará necesitado sin duda de hombres hábiles para salir de gran parte de su atolladero tome la dirección que tome. Podemos entender que la administración es lo más importante, las tecnologías que cree requerir Venezuela para hacer las cosas que pretende, mal implementadas y con atraso es la que hacen que se desgaste en sí mismo. Esto muestra que en Argentina y en Venezuela, incluso cuando muestran apoyo, la renovación del material ferroviario vía compra a China, y el apoyo a Florencio Randazzo no son por sí mismos éxitos de gestión sino fracasos. Fracasos que se acumulan en suma, fracasos que muestran cuán tensa está la base de sustentación de su propio proyecto político. Mientras que Maduro no tiene otra escapatoria que sobrevivir, así lo percibe el PSUV en general la situación del kirchnerismo es ambigua y del Frente Amplio en Uruguay también lo es. ¿Será momento de volver a pensar? Venezuela tiene problemas de política pública que bien podrían ser juzgados en sí mismos como las grandes penurias de Venezuela, es decir que poco tienen que ver con la ideología, sí tienen que ver con deterioro de muchas facetas del propio gobierno. En este sentido, se juega la carta del institucionalismo. Pero incluso así, poco importan cuán transparentes sean las elecciones, cuenta libertad de expresión exista, lo que termina por ser el problema clave es la supervivencia de millones de venezolanos, la inflación en Argentina y en Venezuela, la falta de crecimiento en Brasil y la deficiencia clara en infraestructura, estos problemas traumáticos pueden bien forzar cambios políticos que no los resuelvan, no hay conexión entre partidos gobernantes y soluciones. Negar esto ha sido la parte más curiosa de esta nueva ola democrática, sería inverosímil pensar que habría eventos del orden de la restauración de una vaga realidad pre-populista, pre chapista, pre kirchnerista, etc.

Esto mismo pasa con China y su influencia global que cuestiona a Estados Unidos y transforma el mundo, que guste o que no guste puede llegar a ser irrelevante que el capitalismo tenga o no que ser “democrático” puede resultar irrelevante cuando los resultados desafían claro está esas imposiciones.

El “Populismo”, el Estado de Bienestar y otras formas comparten un cierto destino común, estar sujetas a presiones múltiples, a giros inéditos, a transformaciones no claras, cuando se piensa en estados que hablan de seguridad, vemos que la derecha necesita desarrollar tecnologías, para aplicar en la discriminación y exclusión y que en muchos casos la inclusión forzada y tecnocrática por parte del Estado tiene una forma autoritaria que depende de las mismas tecnologías. En este sentido la máscara de la técnica del Estado en el gobierno de la vida de millones de personas persevera en formas bien distintas a las esperadas. Tiranía, Seguridad y Estado, este tridente, con sus implicancias, con sus políticas para ganar elecciones con sus presiones internacionales cuajan en todo el abanico de experiencias de América Latina donde termina por legitimarse que el pasado neoliberal “quedo en suspenso” más que fue eliminado del horizonte.     

El neoliberalismo es una serie de variantes que han tenido una revolución teórica en América Latina:  

Ahora bien este liberalismo con el tiempo no debate, tiene escritores más concientes como Benegas Lynch – centrado en la definición de los valores liberales antes que la suposición de su universalidad prescripta por el fin de la guerra fría como Vargas Llosa- que se mantiene en un liberalismo a ultranza que por lo tanto tienen una coherencia dentro de su discurso, tiene a los oportunistas como Vargas Llosa que intentaron ir y venir de la política real a la republica ideal (El liberalismo en Latinoamérica no siempre reniega del autoritarismo muchas veces lo defiende como en el caso de Chile y con notable éxito). Es sinceramente importante distinguir, el liberalismo, del liberal-conservador, y esto no es menor, primero porque no siempre son lo mismo, segundo porque si bien el liberalismo no es neoliberalismo y el neoliberalismo ha sido generalizado como tantas otras cosas en una serie de conceptos de lo más errados. La reforma de los Estados, son sólo un episodio, y no tienen por qué ser el fin y la contradicción fundamental de este sistema de pensamiento.

Podemos ver por ejemplo las miles de notas de Chávez como un dictador (masas y dictadores son los objetos preciados de una intelectualidad recalcitrante a los cambios en América del sur), otras tantas de otros tantos presidentes de Latinoamérica, lo cierto es que la ausencia de originalidad entre ellas peca muchas veces de lo que pretende supuestamente tener, un análisis original sobre el problema, primero hay que asumir que el lugar donde más se ha profundizado sobre la propia naturaleza del chavismo por ejemplo es Venezuela, y que la creación del termino “Argenzuela”, es una consigna, lo divertido aún más es que distintas capas intelectuales lo utilizan, tenemos expertos en instituciones que sin ser expertos en nacionalismo, usan estas creaciones como eslóganes (¿Cómo puede pretender negarse la experiencia nacionalista como una simple declaración de principios antes que un fenómeno social? es algo que peca de torpeza antes que de profundidad de análisis- su reverso es claro que también). Esto es un error, un error que no quieren asumir cuando se les pide que piensen en condiciones reales, cuando en el fondo se desesperan por declaraciones como las de Jimmy Carter el cual dijo que las elecciones de Venezuela eran democráticas y que Hamas debería ser reconocido como una organización no terrorista. Carter sería una traidor pero en el fondo no es más que una frase menor de la prensa de la semana- eso jamás cambia un continente.

a)      La crítica clásica a la Tiranía versus la dictadura:

Leo Strauss, hace una revalorización de las cuestiones clásicas en torno a la Tiranía en este sentido se hace una diferencia entre la Tiranía mejor de las posibles y el papel de los gobiernos republicanos y correctos de acuerdo a la ley. ¿Acaso esta no es la pregunta que estaría necesariamente en el medio de adeptos y opositores a los gobiernos latinoamericanos de la última década? La respuesta es sencilla, es así, no poder decir qué fue el mejor de los gobiernos y órdenes fue en parte porque el éxito de la década anterior dio una hegemonía poderosa pero frágil por la cual nada podría salir mal, antes del populismo hubo una serie de variopintas versiones del neoliberalismo, hasta el socialismo- si se quiere que cree en la mano del mercado y las ONG que algún día harían todo lo que el Estado de Bienestar hacía.

La respuesta es engañosa pero es tentadora, no tanto por el valor de su respuesta sino por el escándalo que suscita, podemos ver elaboraciones variadas en torno a la idea de “Líderes nacionales” versus la idea de “Tiranos sea: Stalin, Hitler, Mao”, las fáciles y otras más refinadas cuando se piensa que el lector sabe un poco más del tema. Claramente esta idea de que la democracia liberal se puede sacrificar, más que modificar sería el directo necesario reverso de la idea de un libro como “Sobre la Tiranía” de Leo Strauss frente a la Razón Populista de Ernesto Laclau, es claro que se trata de una modificación del objeto de la pregunta. Mientras que el Populismo termina por ser la promesa de una “democracia radical” donde el bien, lo bueno, lo útil no se discuten pese a que son preguntas que tienen por lo menos tres milenios de vida, la obra de Strauss, era sin dudas esa pregunta. Justamente por eso, cuando se considera esta pregunta, se asume que no han sido capaces de pensar, qué forma y en qué manera, el tirano podría ser mejorado, como la autocracia podría mutar siempre sobre sí misma, y si bien el capitalismo sería eterno en estos análisis en sus variantes porque no hay otro sistema nada dice que la democracia tenga que serlo, y esto en el fondo suscita escándalo, pero tiene las consecuencias necesarias, primero cuando se impugna que los más empobrecidos quedan fuera de la política,- crítica a la democracia liberal contemporánea cuando se llega al extremo de la indigencia- su contra parte que no hay progreso ni futuro sin individuos, empresas, libre empresa, mercado y consumo. En este sentido la democracia como tal como institución y si deben o no tener representantes el pueblo no se cuestiona. No se trata de suprimir los presidentes, ni suprimir muchas cuestiones sino en la forma en que las consecuencias de sus políticas ponen límites al sistema en general.  

            No es lo mismo decir que el chavismo o el kirchnerismo son dictaduras, son tiranías o son totalitarismos (Aguinis nunca lo entendió). Pese a que la voluntad de híper simplificar, hace que esto sea algo que venda, y que auto convenza a personas que puedan creer que vivimos en algo parecido a Europa Oriental. Ahora bien esta suerte de fanatismo por la ficción tiene consecuencias, se ha tomado como válidos que las Teorías de la Democratización tendrían alcance infinito. Esta ficción termina por ser un resultado claro, se olvidado que la pregunta por el régimen político desviado o no, poco tendría que ver con el progreso indefinido. Justamente por eso, cuando esto ocurre, la idea del totalitarismo parece una mala lectura de Hayek, el cual nunca estuvo de acuerdo con la idea de fin de la historia. ¿Será por esto que ciertas visiones pretendidamente neoliberales terminan por enamorarse de los regímenes pasados a los que critican? Claramente esto ocurre cuando se cae en la tentación de hablar de los intelectuales de izquierda como los que justifican la realidad de distintos relatos en torno al papel “peligroso de las ideas”, Leo Strauss el cual era un “conservador” miraría con escepticismo a este papel, justamente una ciencia, una definición, que abarca todas las formas políticas, y una búsqueda por el régimen mejor, no hace que se quiera “mejorar” porque sí todos los gobiernos, no hay razones para creer que los antiguos creían en progreso indefinido, ¿acaso no fue eso lo que desgasto estas realidades en la región?- a la pregunta del progreso indefinido- neoliberales y populistas sólo pueden hacer grandes declaraciones de principios porque la totalidad desgarrada termina por aparecer no por voluntad de los sujetos sino por simples fracasos. Que la política gaste demás sólo para mantener a sus elementos en el Estado, que la economía devore las relaciones sociales sólo por el afán de lucro no hace que: a) no hace que el apoyo veloz no sea la clave para poder hacerse con el poder- el pago, la respuesta- termina por ser una forma de presentarse como aquello (Schumpeter). Lo cual fue visto como virtud. B) El papel de gobiernos que no pueden vencer las contradicciones de sus transformaciones fallidas de sus propios Estados. Venezuela tiene una herencia contradictoria como Argentina, y el poder se construyo efectivamente sobre esa contradicción que esa contradicción lleve al poder mismo, hace que el problema se profundice. Los Estados no terminan de alterar estas formas, no obstante no existe una formulación que evite los problemas críticos.  

            Chávez mismo fue subestimado, y en este sentido, la idea de la realidad última de los gobiernos, y la idea de un destino claro, no dista mucho de las supuestas críticas a quienes serían los que creando utopías habrían justificado regímenes políticos de izquierda ¿Acaso la idea de una utopía de la democracia venezolana anterior no era un absurdo? Lo era y lo era en tanto que la crisis que devino después fue inevitable. En este sentido es revelador pensar que las críticas a la oposición venezolana tal vez hayan sido lo menos importante desde el punto de vista de quienes pretender “resistir” al chavismo desde el exterior.

            Strauss es elocuente, considera que no se trata de una pregunta ni buena ni mala, a diferencia de quienes pensarían en términos de (libertad o no libertad)- libertad individual en el sentido moderno, cuando hace su lectura de Jenofonte, el pretende que, la idea misma de la ciencia que mejora cualquier gobierno- la pregunta de la técnica que tuvo su efecto sugestivo durante la reforma del Estado (prescindir de la ideología)- o forma de gobierno puede aplicarse incluso en la Tiranía. Escándalo sería esto hoy, a quienes intentaran esto serían acusados de cómplices (Los medios de los “tiranos” como Chávez o Néstor Kirchner impedirían cualquier beneficio- esto frente a la mala fe que acepto formas brutales de dominación en el pasado y las justifico desde una derecha sin espacio para el debate), por eso mismo, ¿Cuál sería la diferencia entre justificar al chavismo por ejemplo y criticarlo constructivamente? ¿Cuál sería la diferencia entre quienes quieren erradicar el chavismo y quienes quisieran gobernar con lo que quede del chavismo? Esta pregunta obviamente está por sobre quienes se oponen al chavismo pero porque es más compleja, que las otras, que las acusaciones, se trata antes que nada de renunciar a la forma más clara de intervención. Cuando se considera que el golpe del 2002, fue la forma más organizada, y compacta de oposición a Chávez, queda claro que no fue la variante –democrática- la más exitosa. Con todo, incluso cuando lo consideran hoy, este golpe ha sido tomado como una cuestión irrelevante, como lo fue la caída de AD antes de Chávez, o las fugaces etapas de enamoramiento entre María Corina Machado, Capriles y Leopoldo alternativamente. Termino por ser la forma concreta en que se diluye la misma transformación. Las crisis son contra modelos ideales supuestos, y no se quiere aceptar que los orígenes de la gobernabilidad tienen raíces profundas en los regímenes que los antecedieron.

            -Revisando la formulita simple-: [Dictadura/ cansancio y resistencia de la sociedad civil/ democracia]- esta formula puede tener larga vida como en el caso de Salazar o Franco o corta vida en el caso de Aramburu, o la Junta Argentina. Pero el formato es más bien sencillo, la sociedad aspira a la libertad, y al autoritarismo se desgasta y deriva en democracia, el Totalitarismo en cambio no, por eso las dictaduras de los países del Este, serían en este sentido peores que las anteriormente nombradas aunque no haya una diferencia tal clara entre Salazar, Franco y Alemania Oriental, o Rumania en este sentido. Ahora es evidente, que ninguno de los gobiernos latinoamericanos, acusados de totalitarismo tiene esta formula, ninguno de ellos genera ese estado de cosas, entonces, la tan lenta creación de la dictadura totalitaria que nunca termina de realizarse no da paso a esta fórmula. Aquí es donde entra Leo Strauss, la Tiranía es sin duda una forma de gobierno sin ley (¿Ley de mercado, seguridad jurídica, constitución?), por lo que podríamos comprender que se trataría de los abusos que se hacen, o que se dice que se hacen en muchos de los gobiernos que se los califican de totalitarios. Pero claro, estamos hablando de realidades bien distintas, mientras que en Grecia, convivían casi por “naturaleza”, Tiranías, Democracias, Monarquías, si tal cosa cabe, en el mundo moderno, es “Democracia o Nada” / “Estados Unidos o Nada”; claro que por eso mismo, se pierde una idea importante, que es, ¿Tiranía de la mayoría? La tentación con Tocqueville suele llegar inmediatamente, peor que la tiranía de un hombre la tiranía de la sociedad- nación y pueblo serían sus máscaras-, aunque esta idea jamás sería vista así en Grecia, si la democracia es el gobierno de pobres, en sentido clásico, Atenas sería “la tiranía” de la mayoría, pero es evidente que estas citas a los clásicos suelen oscurecer más que acercar, pero hay algo importante- la dictadura suele ser vista como una realidad ajena y distinta al “populismo” en la región, Chávez y todos sus mecánicos imitadores serían Tiranos, porque de alguna manera querrían tener el pueblo con ellos (para hacer lo que quisiesen). Ahora bien, se trata necesariamente de las clásicas críticas que se han hecho a los gobiernos como el nazismo o la URSS, claramente no, este supuesto de la tiranía al ser más humilde, y al ser menos científico de hecho, Strauss confía en la ciencia de los clásicos, porque su comprensión correcta deberían indicarnos cuánto hemos avanzado en la comprensión de la política nos daría la respuesta final a qué es la ley, la legitimidad y el orden político. Ahora bien cuando esto se pone en acción, se ve que el objetivo de Strauss, es antes que nada mostrar como la ciencia es capaz de acceder a todos los regímenes y pretender entenderlos, y mejorarlos, y demostrar que el sabio no tiene ideología que lo condicione. ¿Acaso los críticos liberales sobre Latinoamérica pueden entrar en esta categoría? La respuesta es no. Más bien se trata de otra cosa, no se trata más que de la falta de sabios, de personas capaces de la persuasión. Esto tiene que ver con la idea misma de la opinión pública, la libertad de expresión sería una libertad negativa, mientras que la potencia de la argumentación, la retórica sería despreciada.

            -La formula de Strauss- [Tiranía/ Tiranía benefactora- distinta de la dictadura romana]- ¿Qué hace posible que se pueda mejorar una dictadura? Esta pregunta, sería escandalosa hoy, primero porque quitaría fuerza a la idea de democracia en abstracto. (Los mejores gobiernos posibles para ciertos países realmente existentes) Curiosamente, esto lleva a la pregunta ¿mejores o peores democracias? La pregunta es evidente suele ser respondida en abstracto, pero claro para una pregunta más corta y simple: ¿Puede la democracia liberal ser mejor de lo que es?, se llega a la idea de que es otro escándalo. Estado es una realidad, régimen otra realidad, y la crítica del liberalismo maso menos es esta, mientras que, a la hora de contar votos, la masas creerían por ejemplo que la ayuda del Estado es más rápida y útil que la ayuda voluntaria de los particulares en la sociedad civil. ¿Acaso este argumento no se revisa? Frente a la idea de que habría un régimen al cual no se le ve beneficio posible porque en última instancia, es el mal, hay un régimen donde se perciben beneficios, a esta idea se suma el escándalo de que el “Tirano” debe dar los premios, y no los castigos: creo que en las críticas, que se suelen verter, es más sencillo hablar de demagogia- la cual no es tratada en forma científica en la actualidad/ la democracia es tan perfecta que la demagogia sólo podría provenir por parte de la autoritarismo-, y no del deseo de grandes sectores de la sociedad de consumir en igual forma que los sectores privilegiados ( la demagogia se daría en parte por el consumo y no por parte de la producción la amenaza marxista de los 70´ estaría muy lejos de mostrarse como amenaza). Es decir siguiendo el clásico argumento, todo sería prenda de dádivas, ¿moralizar el estado acaso? Es evidente que no, porque gran parte de los críticos por ejemplo en Argentina o en Venezuela no ven mal cierta convivencia de privados en el Estado como el problema principal, sino el abuso del poder del Estado, el “Tirano” podría dar los premios a aquellos que al fin de cuenta, le ayudarían a permanecer en el poder (empresarios nacionales por ejemplo, y sobretodo multinacionales). Esto es más escandaloso cuando se considera que los medios de comunicación que muchas veces quieren y dependen de la pauta del Estado necesitan premios incluso de los tiranos para criticarlos en nombre de la libertad. Es decir que bien pueden los medios aceptar que la antipolítica es un negocio y no la desestabilización, pueden convivir el tirano y el medio de comunicación pueden convivir las dictaduras y la ganancia millonaria por los medios de comunicación que pueden o no hacer propaganda.

            Hay una diferencia entre el Dictador romano, fruto de la crisis el que ordena la situación el cual ha sido elogiado por un sector liberal conservador en América latina, y el Tirano el cual sería una figura que llega para quedarse por siempre en el poder por encima de la ley. Para peor, cuando se considera las dos variantes, en ambas las sociedad estaba peor en el momento del inicio de su gobierno, es decir, ¿Cómo fue posible que la crítica a todos los gobiernos latinoamericanos considerados “totalitarios” no tenga la crítica más dura de los momentos políticos inmediatamente anteriores?  Los “Weimar latinoamericanos”. La respuesta es sencilla, debilidad teórica. Las camadas intelectuales amaestradas para hablar de democracia por encima de todo, no hablan de política, y en muchos casos hacen carrera, negándose a marcar si hay errores en los razonamientos, poco les importa el destino de los países de los que son parte. Lo cual es un escándalo para Strauss, porque implícitamente Simonides, el sabio tutor del Tirano, que es extranjero, se centra antes que nada en el gran problema, el Tirano que gobierna en acto, cómo gobernar; y no en si el Tirano es o no Tirano. Claramente que el sabio de Strauss es lo menos relacionado al “intelectual comprometido”, orgánico, o militante que puede haber. Este sabio sabría como llegar al gobernante, y hacerle entender qué ocurrirá en sus términos, y no pretender discutir con elementos irrelevantes que al vivir bajo una tiranía o son cobardes, o simplemente no entienden.

            Este acercamiento se trata de revisar antes que nada, que el idealismo como una oposición débil muestra que los cambios del neoliberalismo se dieron por la crisis misma del Estado en los 70´-80´. Esta crisis dio una hegemonía que no desarrolló una ciencia, esta ciencia que no tuvo respuesta fue la que generó este desencanto y esta respuesta irracional, el populismo quedo como una esperanza blanca, digna de la respuesta “progresista” luego del posmodernismo. Por resultado- se genera este balance, ha pasado el mejor momento de la experiencia alternativa al neoliberalismo tal cual se la entendía pero en la base misma del extractivismo y la eterna dependencia al sistema financiero internacional derivaron en que un retorno a la ortodoxia declarada o no. En este sentido, podemos pensar que se tratan de variantes, siendo la más lejana la venezolana pero no se trata sin duda de una forma tal, tan ajena, tan distinta que escape a la contingencia del resto de los gobiernos latinoamericanos. 


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