Es común leer en muchos lugares
ciertas frases hechas como “Argenzuela”, o la teoría de que la
embajada cubana manejaría Venezuela, y otras tantas variantes de ejercicios
muchas veces de imaginación que suelen ante todo representarse como defensas de
la democracia. Lo que podemos considerar es que de allí se desprenden saberes,
maneras de ver el mundo que tienen conexiones entre sí. Contra lo que se puede
pensar, la idea de cooperación de países que estarían enemigos del orden
mundial, dice más del orden mundial que de los países en sí. Considerar esto es
importante porque se trata de una obsesión bastante recurrente, una obsesión
que al final de cuentas sólo muestra una frustración de sectores distintos que
han preferido huir de sus propios problemas antes que abordarlos de forma
exhaustiva.
Podemos ver primero que la idea
de que se combate a una idea de socialismo muchas veces la cual no se termina
de definir desde Obama hasta Chávez serían socialistas, este “socialismo”
poco tiene que ver con las variables clásicas de lo que alguna vez se llamó
socialismo, ni la socialdemocracia, ni el leninismo ni las formas que podrían
haber derivado a todas las experiencias históricas que de alguna u otra manera
estaban en medio de una historia bastante simplificada. Esto es importante
porque lo que se llama “liberalismo” ha degenerado y la
comprensión de estos problemas termina por ser la negación cómoda de nuestro
tiempo. Juguemos un poco con el sentido de las palabras, lo que se pone en
discusión no es qué quieren decir los regímenes políticos sino si son buenos o
malos. Esta pregunta sobre el bien, el supremo bien, que no siempre es el bien
común sino los principios en abstractos sobre los cuales se podría edificar la
sociedad, yendo en forma corta la idea de un “conflicto” entre el Estado
y el Mercado. Esta oposición si la puso en evidencia cierta forma de
neoliberalismo pero sobre todo la reforma del Estado es decir el
“desmantelamiento” del Estado de Bienestar, en este sentido el enfrentamiento
siempre estuvo presente y lo único que cambio en la práctica fue quién tenía la
hegemonía. En este sentido el autoritarismo y la democracia en América Latina
nada tuvieron que ver en sí misma con la idea de Mercado y Estado. Podemos
pensar entonces que; el pos-neoliberalismo tiene consecuencias que preocupan
más a los gobiernos latinoamericanos y a los neoliberales que a muchas de las
condiciones generales por ejemplo de la globalización que hasta el día de hoy
se antojan irreversibles.
Podemos considerar sin embargo
que una sucesiva pérdida de valor de las preguntas ha llevado a una pérdida del
valor de las respuestas, luego de una experiencia “pos-neoliberal” que va a
llegar a su fin eventualmente, ¿Cuánto tiempo los mismos candidatos, los mismos
partidos y las mismas políticas podrían estar en el poder y mantenerse la
democracia? Democracia tal cual la conocemos hoy sin pedirle ni darle nada, tal
cual quiso alguna vez imaginar que podría ser el plebiscito perpetuo Laclau. La
respuesta como siempre será ambigua, en este sentido, quién haya visto la
experiencia de los populismos latinoamericanos se dan cuenta que estos en sí
mismos no insumieron más que una década y que en el único país donde un
gobernante gobernó con tranquilidad más de ese tiempo fue el Paraguay de
Stroessner, la Nicaragua
de Somoza, y la Cuba
de Fidel Castro. Esto hay que decirlo no para entrar en una discusión de
principios sino para ser realistas en el punto de vista de las longitudes de
los espacios de tiempo, incluso Chávez murió pero el chavismo sigue, aunque no
haya una biblia de que es eso y no va existir una. Maduro hoy con su “sacudimiento”
en puerta parece ser un poco la muestra un lento ocaso, ¿Acaso el PSUV podría funcionar
como estructura de partido único?- muchos de lo que comparan muchas
veces lo hacen exagerando la oposición en Venezuela se comporta en formas en
que los países de Europa del Este bajo el control de la URSS habría sido imposible.
Es decir una novela por demás interesante y en esto debemos tener una parte de
la atención porque de esto se deriva la posición en Argentina, y muchas de
relaciones que se tejen hoy en día.
La idea clásica de Ley como orden
del mundo es mucho más importante que la ley como forma constitucional, los
clásicos concebían el mundo de los hombres y el mundo humano como una realidad
única, como microcosmos y macrocosmos, es decir como una idea de justicia que
equivale de alguna forma a la naturaleza humana. Hoy en día esto en el caso de
las constituciones liberales del siglo XIX las predominantes en América Latina
serían un absurdo. Se trata de otra cuestión, por eso mismo para tirar un muro
debajo de “Argenzuela”, la constitución que tiene la Argentina la de 1853
reformada en 1994 es completamente distinta a la que tiene Venezuela para la
V República que este escandaloso hecho no
se tenga en cuenta muestra ignorancia, si la constituciones de estos países se
cumplen, no son los mismos países, no tienen los mismos destinos y no pueden
funcionar de forma parecida. Si estas constituciones no se cumplen no podría
haber necesidad de una coincidencia. Esto ocurre antes que nada por sociedades
con problemas comunes, por alianzas tácticas de los gobernantes y por
situaciones del orden general que han hecho tener ciertos problemas con Estados
Unidos pero nunca los que tuvieron Irak, Irán, o Corea del Norte, ¿basta decir
que armas nucleares no se ha acusado nunca tener a Argentina, Venezuela o
Ecuador? Pero este hecho muchas veces es despreciado frente a lo que sí fue
para Estados Unidos la crisis realmente seria de misiles rusos en Cuba.
La idea de un tirano mejorado,
tiene una serie de promotores, nadie pensaría que un país gobernando por Chávez
tiene un gran defecto para gran parte del poder dominante que no es ser un fiel
seguidor de Estados Unidos para eso vale pensar en Arabia Saudita, pero en este
sentido basta pensar en otros socios, estos socios muestran que la idea de
democracia tiene dos caras, la neoconservadora, aliados incondicionales
autoritarios, o democracias en la forma de Estados Unidos, o la demócrata,
democracias “cuestionan” a Estados Unidos pero sólo en el plano verbal.
Obama con sus intervenciones sin declaraciones de guerra, sus no invasiones
pero que terminan por serlo, sus intervenciones a medias, su ida y vuelta con
la relación Israel-Palestina son muestra de ello. ¿Podría ser de otra forma?
Hay en esto una medida verdad, los luchadores de la democracia venezolana como
les gusta llamarse a sí mismos sufren muchas veces de objetivos que son
contradictorios entre sí y han variado mucho en sus formas de proceder con
éxito diverso. Uno de ellos el más importante a sido sin duda FEDECAMARAS, en
este sentido, Venezuela, se a aislado en su propia lógica interna y Maduro es
sin duda el “Tirano” pasible de ser aconsejado, en este sentido sería
plebiscitario, y en esta forma moderna, sería distinto que los autoritarismos,
y sería distinto que su pares totalitarios del pasado. Sí podría tener gruesos
errores de administración pero en este sentido ¿sería tanto peor que Carlos
Andrés Pérez?- a esta pregunta se la ha contestado estúpidamente, sobre todo
por quienes no son precisamente los intelectuales más brillantes pero que
juzgan y creen que tienen que ser conciencias morales, Jorge Asís y Tomás
Abraham muestran una decadencia de las auto percibidas aristocracias.
Son muestra necesaria de la “vida bajo el Tirano” sea este real
o no, no queriendo formar parte de la política imaginan ante la nada, posibilidades
que no ocurren. En la ausencia de la búsqueda del honor se nota, se conforman,
en una lenta decadencia y en este sentido, los problemas de Venezuela, no serán
muy distintos gobierno o no Maduro, por lo menos en ciertos puntos, por ejemplo
el que muestra que PDVSA sí o sí tiene problemas de productividad, otro más sin
duda es que la salida de millones de personas de la pobreza parece exceder al
gobierno y a la oposición de Venezuela consideren como consideren las acciones
de Chávez. En este sentido la idea de que los pobres serían conflictivos porque
han recibido más de lo que deberían, y que demandarían porque sí, pese a que
nadie haría una política estatal para hacer pobres conformistas simplemente
basta dejar las cosas como están muestra que – la ciudad- tenga o no tiranos
estaría presa de una decadencia, en este sentido, si el Tirano es el resultado
de la degeneración de la democracia, son los adecos los culpables, y serán
ellos seguramente los que conseguirían mejores tiranos al final del nuevo
proceso que pretenden imaginar.
China y la no democracia, los gigantes de Asia y sus democracias a
medias:
No es tan cierto que la libertad
y la democracia sean valores que amen las clases medias amen la democracia en
sí, muchas veces la clase media puede formar feliz frente a un líder
autoritario mientras puedan formar parte de la burocracia gobernante. En este
sentido, incluso dentro del chavismo hay chavistas que viven mejor que otros.
¿Acaso decir esto sería ser ingenuo? Claro que no, pero lo que es cierto es que
las condiciones de la democracia, y quién decide qué es son muy importantes. En
este sentido, Argentina y Venezuela no se ajustan a los mejores ejemplos de “barbarie”
que hoy se imputan a los árabes o a los recelos del poder que impone China o a
la civilizada Corea del Sur, o Japón, hay que considerar que gran parte de la
vida política del siglo XX de Portugal y España la recorriendo con procesos
autoritarios que tienen herederos que incluso hoy gobiernan como el PP,
justamente esto molesta, incluso el día de mañana el PSUV con un marco distinto
podría sobrevivir y ser parte de otra realidad venezolana. En este sentido,
será claro que lo que hoy se dice pretenderá ser efímero, podemos ser cínicos y
pensar que si bien hay problemas, el mundo no se preocupa lo suficiente por
catástrofes humanitarias. Mientras los talentos del PDVSA triunfan y ganan
millones en la cercana Colombia extrayendo petróleo ¿por qué este no podría ser
el destino de un futuro no muy lejano en pleno “sacudimiento en marcha”?
Lo que sí podemos mostrar es que
las élites en Argentina y Venezuela tienen una crisis que no han resuelto y
jamás resuelvan ya que esta crisis es permanente y forma parte de regímenes
políticos donde la democracia liberal no puede dar respuestas, y no las va a
dar, nada cambia votando en esos casos. El realismo del pos-neoliberalismo será
tan efímero como lo fue el neoliberalismo en Fujimori, Menem, y otros, es decir
el fetiche por la palabra se irá pero las herencias continuarán. Lo que podemos
decir es que la transición en Venezuela se ha mostrado más sólida de lo que
creían muchos analistas. El conflicto dentro del chavismo se vio irreductible
esto hasta ahora no ha pasado. Ni la política exterior ni la política interior
han cambiado demasiado sobre el tema pero se ve la decadencia de la política
petrolera de Chávez la cual fue efectiva pero ya no es más viable. En este
sentido el Tirano como Hierón (el aludido por Strauss)
podría lamentarse que no tiene un amor total de todos sus ciudadanos, que las
fuerzas que lo mantiene el poder fundamentalmente el ejército son muy
importantes, lo mismo se podría decir de la fase final del kirchnerismo con la CGT , el PJ tradicional, las
fuerzas de seguridad-Gendarmería y policía. En suma los poderes del orden de la
sociedad, y podría ver como el empresariado, presencia importante en estos
países que no son “socialistas” a la “soviética”, presionan y pueden
salirse con la suya, una variante de ello es en parte la inflación. El estado
pretende supervisar la actividad privada y no puede y en muchos casos no puede
tampoco reemplazar al privado aunque lo intente. Podemos considerar que
entonces las relaciones son complejas, primero porque sin duda que se trata de
un giro sobre sí mismos, en estos años los cambios exteriores han cambiado las
políticas en América Latina, la pulsión al conflicto para con los medios se dio
en los mejores momentos, donde el dinero sobraba y la lucha por la visión del
mundo podría valer la pena mucho más que la supervivencia hoy es más bien al
revés.
Simónides, es un personaje
importante como consejero de Hierón sería el encargado de poner en guardia a
este sobre sus propios defectos como gobernante antes de funcionar como
opositor. En este sentido las reformas incluso en la URSS fueron idas y venidas
sobre estos puntos, en Venezuela parece que este péndulo también ocurre, Chávez
era un nacionalista que fue al socialismo y luego ¿Será Maduro un “socialista”
que irá hacia el nacionalismo? En este sentido en Argentina y en Venezuela el
problema sigue siendo a la administración del Estado burgués. En este sentido,
la salida de grandes ciclos de América Latina se basa en esto. Poco importa la
democracia para unos y otros, menos aún para Estados Unidos. La seriedad o no
de estos tiene que ver con su supervivencia en el poder. Pecamos entonces de
entender que la propia práctica de estos gobernantes determina el destino de la
región. Brasil, Venezuela y Argentina en parte como los actores más
fundamentales, otros como elementos que lleven las políticas que lleven no
condicionarán a la región en forma total. La salida del Frente Amplio en
Uruguay acusado de los enamorados del populismo de moderación inconfesable
combinados con el Paraguay netamente conservador y la lógica de la política
boliviana como literalmente una isla muestra que Maduro sin socios, va a
cambiar de socios, y que un PJ distinto al kirchnerismo será más de “derecha”
o menos contradictorio, en sus postulados acompañando al ciclo económico
mundial.
En este sentido es revelador lo
que ocurrió en Asia, la democracia allí es una especie de eufemismo, no porque
no importe, sino porque no es un factor que condicione sus relaciones
económicas con el resto del mundo, la seguridad jurídica china parece más seria
que la de Venezuela, y su apertura al Occidente es tanto como la de Venezuela.
Quizá Venezuela administra peor su socialismo que lo que China administra el
suyo, y con esto es claro que se está diciendo una ironía. Argentina en este
sentido si mantiene al PJ en sentido amplio como aquel partido que gobierna
consagrándolo como predominante habrá llegado en “democracia” a una
hegemonía que poco tiene que ver con el pueblo en sí, y si tiene que ver con la
administración del Estado en forma nacional, provincial y municipal. Como
siempre, en este sentido Jenofonte, Stauss, y Platón dan igual, en este sentido
el mejor gobierno es de la aristocracia que hoy en día no puede ser otra cosa
que una burguesía pudiente, y si esta no está a la altura, habrá mejores
democracias que otras, pese a sus bondades de principios. En este sentido,
parece que la evolución ideológica se estancó, y de este estancamiento surge sí
la variante “reformista” en pos de la eficiencia. El capital tiene en este
sentido, la buena sapiencia para hacer razonar a los gobernantes lo que la
ciencia política doctrinaria casi moralista no puede porque justamente no es
relevante. Las cuentas públicas hacen que Maduro vaya al “sacudimiento” como sería
la reforma del Estado que no parece ser la “Revolución Cultural” maoísta sino
un ejercicio de auditoria contable que debería haberse hecho hace tiempo. Con
esto veremos que la ONG
neoliberales desestabilizadoras pueden como se dice hacer propaganda pero son
más bien objeto de propaganda. La banca norteamericana y el gobierno chino
hacen entrar en razón a Maduro con más facilidad que Vargas Llosa, y todas las
fundaciones habidas y por haber. ¿Cómo puede ser que entonces estas cuestiones
tan ajenas a la Opinión Pública
sean las que motiven los cambios y no el consejo de periodistas, intelectuales,
etc.? En este sentido, otra ironía es
que el papel del sabio en el consejo de los gobierno poco tiene que hacer, el
saber hacer es simplemente instrumental y Maduro estará necesitado sin duda de
hombres hábiles para salir de gran parte de su atolladero tome la dirección que
tome. Podemos entender que la administración es lo más importante, las
tecnologías que cree requerir Venezuela para hacer las cosas que pretende, mal
implementadas y con atraso es la que hacen que se desgaste en sí mismo. Esto muestra
que en Argentina y en Venezuela, incluso cuando muestran apoyo, la renovación
del material ferroviario vía compra a China, y el apoyo a Florencio Randazzo no
son por sí mismos éxitos de gestión sino fracasos. Fracasos que se acumulan en
suma, fracasos que muestran cuán tensa está la base de sustentación de su
propio proyecto político. Mientras que Maduro no tiene otra escapatoria que
sobrevivir, así lo percibe el PSUV en general la situación del kirchnerismo es
ambigua y del Frente Amplio en Uruguay también lo es. ¿Será momento de volver a
pensar? Venezuela tiene problemas de política pública que bien podrían ser
juzgados en sí mismos como las grandes penurias de Venezuela, es decir que poco
tienen que ver con la ideología, sí tienen que ver con deterioro de muchas
facetas del propio gobierno. En este sentido, se juega la carta del
institucionalismo. Pero incluso así, poco importan cuán transparentes sean las
elecciones, cuenta libertad de expresión exista, lo que termina por ser el
problema clave es la supervivencia de millones de venezolanos, la inflación en
Argentina y en Venezuela, la falta de crecimiento en Brasil y la deficiencia
clara en infraestructura, estos problemas traumáticos pueden bien forzar
cambios políticos que no los resuelvan, no hay conexión entre partidos
gobernantes y soluciones. Negar esto ha sido la parte más curiosa de esta nueva
ola democrática, sería inverosímil pensar que habría eventos del orden de la
restauración de una vaga realidad pre-populista, pre chapista, pre kirchnerista,
etc.
Esto mismo pasa con China y su
influencia global que cuestiona a Estados Unidos y transforma el mundo, que
guste o que no guste puede llegar a ser irrelevante que el capitalismo tenga o
no que ser “democrático” puede resultar irrelevante cuando los resultados
desafían claro está esas imposiciones.
El “Populismo”, el Estado de
Bienestar y otras formas comparten un cierto destino común, estar
sujetas a presiones múltiples, a giros inéditos, a transformaciones no claras,
cuando se piensa en estados que hablan de seguridad, vemos que la derecha
necesita desarrollar tecnologías, para aplicar en la discriminación y exclusión
y que en muchos casos la inclusión forzada y tecnocrática por parte del Estado
tiene una forma autoritaria que depende de las mismas tecnologías. En este
sentido la máscara de la técnica del Estado en el gobierno de la vida de
millones de personas persevera en formas bien distintas a las esperadas. Tiranía,
Seguridad y Estado, este tridente, con sus implicancias, con sus políticas para
ganar elecciones con sus presiones internacionales cuajan en todo el abanico de
experiencias de América Latina donde termina por legitimarse que el pasado
neoliberal “quedo en suspenso” más que fue eliminado del horizonte.
El neoliberalismo es una serie de variantes que han tenido una
revolución teórica en América Latina:
Ahora bien este liberalismo con
el tiempo no debate, tiene escritores más concientes como Benegas Lynch –
centrado en la definición de los valores liberales antes que la suposición de
su universalidad prescripta por el fin de la guerra fría como Vargas Llosa- que
se mantiene en un liberalismo a ultranza que por lo tanto tienen una coherencia
dentro de su discurso, tiene a los oportunistas como Vargas Llosa que
intentaron ir y venir de la política real a la republica ideal (El
liberalismo en Latinoamérica no siempre reniega del autoritarismo muchas veces
lo defiende como en el caso de Chile y con notable éxito). Es
sinceramente importante distinguir, el liberalismo, del liberal-conservador, y
esto no es menor, primero porque no siempre son lo mismo, segundo porque si
bien el liberalismo no es neoliberalismo y el neoliberalismo ha sido
generalizado como tantas otras cosas en una serie de conceptos de lo más
errados. La reforma de los Estados, son sólo un episodio, y no tienen por qué
ser el fin y la contradicción fundamental de este sistema de pensamiento.
Podemos ver por ejemplo las miles
de notas de Chávez como un dictador (masas y dictadores son los objetos
preciados de una intelectualidad recalcitrante a los cambios en América del
sur), otras tantas de otros tantos presidentes de Latinoamérica, lo
cierto es que la ausencia de originalidad entre ellas peca muchas veces de lo
que pretende supuestamente tener, un análisis original sobre el problema,
primero hay que asumir que el lugar donde más se ha profundizado sobre la
propia naturaleza del chavismo por ejemplo es Venezuela, y que la creación del
termino “Argenzuela”, es una consigna, lo divertido aún más es que distintas capas
intelectuales lo utilizan, tenemos expertos en instituciones que sin ser
expertos en nacionalismo, usan estas creaciones como eslóganes (¿Cómo
puede pretender negarse la experiencia nacionalista como una simple declaración
de principios antes que un fenómeno social? es algo que peca de torpeza antes
que de profundidad de análisis- su reverso es claro que también). Esto
es un error, un error que no quieren asumir cuando se les pide que piensen en
condiciones reales, cuando en el fondo se desesperan por declaraciones como las
de Jimmy Carter el cual dijo que las elecciones de Venezuela eran democráticas
y que Hamas debería ser reconocido como una organización no terrorista. Carter
sería una traidor pero en el fondo no es más que una frase menor de la prensa
de la semana- eso jamás cambia un continente.
a)
La
crítica clásica a la Tiranía
versus la dictadura:
Leo Strauss, hace una
revalorización de las cuestiones clásicas en torno a la Tiranía en este sentido se
hace una diferencia entre la
Tiranía mejor de las posibles y el papel de los gobiernos
republicanos y correctos de acuerdo a la ley. ¿Acaso esta no es la pregunta que
estaría necesariamente en el medio de adeptos y opositores a los gobiernos
latinoamericanos de la última década? La respuesta es sencilla, es así,
no poder decir qué fue el mejor de los gobiernos y órdenes fue en parte porque
el éxito de la década anterior dio una hegemonía poderosa pero frágil por la
cual nada podría salir mal, antes del populismo hubo una serie de variopintas
versiones del neoliberalismo, hasta el socialismo- si se quiere que cree en la
mano del mercado y las ONG que algún día harían todo lo que el Estado de
Bienestar hacía.
La respuesta es engañosa pero es
tentadora, no tanto por el valor de su respuesta sino por el escándalo que
suscita, podemos ver elaboraciones variadas en torno a la idea de “Líderes
nacionales” versus la idea de “Tiranos sea: Stalin, Hitler, Mao”,
las fáciles y otras más refinadas cuando se piensa que el lector sabe un poco
más del tema. Claramente esta idea de que la democracia liberal se puede
sacrificar, más que modificar sería el directo necesario reverso de la idea de
un libro como “Sobre la
Tiranía ” de Leo Strauss frente a la Razón Populista de Ernesto
Laclau, es claro que se trata de una modificación del objeto de la pregunta. Mientras
que el Populismo termina por ser la promesa de una “democracia radical” donde
el bien, lo bueno, lo útil no se discuten pese a que son preguntas que tienen
por lo menos tres milenios de vida, la obra de Strauss, era sin dudas esa
pregunta. Justamente por eso, cuando se considera esta pregunta, se asume que
no han sido capaces de pensar, qué forma y en qué manera, el tirano podría ser
mejorado, como la autocracia podría mutar siempre sobre sí misma, y si bien el
capitalismo sería eterno en estos análisis en sus variantes porque no hay otro
sistema nada dice que la democracia tenga que serlo, y esto en el fondo suscita
escándalo, pero tiene las consecuencias necesarias, primero cuando se impugna
que los más empobrecidos quedan fuera de la política,- crítica a la democracia
liberal contemporánea cuando se llega al extremo de la indigencia- su contra
parte que no hay progreso ni futuro sin individuos, empresas, libre empresa,
mercado y consumo. En este sentido la democracia como tal como institución y si
deben o no tener representantes el pueblo no se cuestiona. No se trata de
suprimir los presidentes, ni suprimir muchas cuestiones sino en la forma en que
las consecuencias de sus políticas ponen límites al sistema en general.
No es lo
mismo decir que el chavismo o el kirchnerismo son dictaduras, son tiranías o
son totalitarismos (Aguinis nunca lo entendió). Pese a que la voluntad de híper
simplificar, hace que esto sea algo que venda, y que auto convenza a personas
que puedan creer que vivimos en algo parecido a Europa Oriental. Ahora bien
esta suerte de fanatismo por la ficción tiene consecuencias, se ha tomado como
válidos que las Teorías de la Democratización tendrían alcance infinito. Esta
ficción termina por ser un resultado claro, se olvidado que la pregunta por el
régimen político desviado o no, poco tendría que ver con el progreso
indefinido. Justamente por eso, cuando esto ocurre, la idea del totalitarismo
parece una mala lectura de Hayek, el cual nunca estuvo de acuerdo con la idea
de fin de la historia. ¿Será por esto que ciertas visiones pretendidamente
neoliberales terminan por enamorarse de los regímenes pasados a los que
critican? Claramente esto ocurre cuando se cae en la tentación de hablar de los
intelectuales de izquierda como los que justifican la realidad de distintos
relatos en torno al papel “peligroso de las ideas”, Leo Strauss el cual era un
“conservador” miraría con escepticismo a este papel, justamente una ciencia,
una definición, que abarca todas las formas políticas, y una búsqueda por el
régimen mejor, no hace que se quiera “mejorar” porque sí todos los gobiernos,
no hay razones para creer que los antiguos creían en progreso indefinido,
¿acaso no fue eso lo que desgasto estas realidades en la región?- a la pregunta
del progreso indefinido- neoliberales y populistas sólo pueden hacer grandes
declaraciones de principios porque la totalidad desgarrada termina por aparecer
no por voluntad de los sujetos sino por simples fracasos. Que la política gaste
demás sólo para mantener a sus elementos en el Estado, que la economía devore
las relaciones sociales sólo por el afán de lucro no hace que: a) no hace que
el apoyo veloz no sea la clave para poder hacerse con el poder- el pago, la
respuesta- termina por ser una forma de presentarse como aquello (Schumpeter).
Lo cual fue visto como virtud. B) El papel de gobiernos que no pueden vencer
las contradicciones de sus transformaciones fallidas de sus propios Estados.
Venezuela tiene una herencia contradictoria como Argentina, y el poder se
construyo efectivamente sobre esa contradicción que esa contradicción lleve al
poder mismo, hace que el problema se profundice. Los Estados no terminan de
alterar estas formas, no obstante no existe una formulación que evite los
problemas críticos.
Chávez
mismo fue subestimado, y en este sentido, la idea de la realidad última de los
gobiernos, y la idea de un destino claro, no dista mucho de las supuestas
críticas a quienes serían los que creando utopías habrían justificado regímenes
políticos de izquierda ¿Acaso la idea de una utopía de la democracia venezolana
anterior no era un absurdo? Lo era y lo era en tanto que la crisis que devino
después fue inevitable. En este sentido es revelador pensar que las críticas a
la oposición venezolana tal vez hayan sido lo menos importante desde el punto
de vista de quienes pretender “resistir” al chavismo desde el exterior.
Strauss es
elocuente, considera que no se trata de una pregunta ni buena ni mala, a
diferencia de quienes pensarían en términos de (libertad o no libertad)-
libertad individual en el sentido moderno, cuando hace su lectura de
Jenofonte, el pretende que, la idea misma de la ciencia que mejora cualquier
gobierno- la pregunta de la técnica que tuvo su efecto sugestivo durante la
reforma del Estado (prescindir de la ideología)- o forma de gobierno puede
aplicarse incluso en la
Tiranía. Escándalo sería esto hoy, a quienes intentaran esto
serían acusados de cómplices (Los medios de los “tiranos” como Chávez o
Néstor Kirchner impedirían cualquier beneficio- esto frente a la mala fe que
acepto formas brutales de dominación en el pasado y las justifico desde una
derecha sin espacio para el debate), por eso mismo, ¿Cuál sería la
diferencia entre justificar al chavismo por ejemplo y criticarlo
constructivamente? ¿Cuál sería la diferencia entre quienes quieren erradicar el
chavismo y quienes quisieran gobernar con lo que quede del chavismo? Esta
pregunta obviamente está por sobre quienes se oponen al chavismo pero porque es
más compleja, que las otras, que las acusaciones, se trata antes que nada de
renunciar a la forma más clara de intervención. Cuando se considera que el
golpe del 2002, fue la forma más organizada, y compacta de oposición a Chávez,
queda claro que no fue la variante –democrática- la más exitosa. Con todo,
incluso cuando lo consideran hoy, este golpe ha sido tomado como una cuestión
irrelevante, como lo fue la caída de AD antes de Chávez, o las fugaces etapas
de enamoramiento entre María Corina Machado, Capriles y Leopoldo
alternativamente. Termino por ser la forma concreta en que se diluye la misma
transformación. Las crisis son contra modelos ideales supuestos, y no se quiere
aceptar que los orígenes de la gobernabilidad tienen raíces profundas en los
regímenes que los antecedieron.
-Revisando
la formulita simple-: [Dictadura/ cansancio y resistencia de la
sociedad civil/ democracia]- esta formula puede tener larga vida como en el
caso de Salazar o Franco o corta vida en el caso de Aramburu, o la Junta Argentina. Pero el
formato es más bien sencillo, la sociedad aspira a la libertad, y al
autoritarismo se desgasta y deriva en democracia, el Totalitarismo en cambio
no, por eso las dictaduras de los países del Este, serían en este sentido
peores que las anteriormente nombradas aunque no haya una diferencia tal clara
entre Salazar, Franco y Alemania Oriental, o Rumania en este sentido. Ahora es
evidente, que ninguno de los gobiernos latinoamericanos, acusados de
totalitarismo tiene esta formula, ninguno de ellos genera ese estado de cosas,
entonces, la tan lenta creación de la dictadura totalitaria que nunca termina
de realizarse no da paso a esta fórmula. Aquí es donde entra Leo Strauss, la Tiranía es sin duda una
forma de gobierno sin ley (¿Ley de mercado, seguridad jurídica, constitución?),
por lo que podríamos comprender que se trataría de los abusos que se hacen, o
que se dice que se hacen en muchos de los gobiernos que se los califican de
totalitarios. Pero claro, estamos hablando de realidades bien distintas, mientras
que en Grecia, convivían casi por “naturaleza”, Tiranías, Democracias,
Monarquías, si tal cosa cabe, en el mundo moderno, es “Democracia o Nada” / “Estados
Unidos o Nada”; claro que por eso mismo, se pierde una idea importante,
que es, ¿Tiranía de la mayoría? La tentación con Tocqueville suele llegar
inmediatamente, peor que la tiranía de un hombre la tiranía de la sociedad-
nación y pueblo serían sus máscaras-, aunque esta idea jamás sería
vista así en Grecia, si la democracia es el gobierno de pobres, en sentido
clásico, Atenas sería “la tiranía” de la mayoría, pero es evidente que estas
citas a los clásicos suelen oscurecer más que acercar, pero hay algo
importante- la dictadura suele ser vista como una realidad ajena y distinta al
“populismo” en la región, Chávez y todos sus mecánicos imitadores serían
Tiranos, porque de alguna manera querrían tener el pueblo con ellos (para
hacer lo que quisiesen). Ahora bien, se trata necesariamente de las
clásicas críticas que se han hecho a los gobiernos como el nazismo o la URSS , claramente no, este
supuesto de la tiranía al ser más humilde, y al ser menos científico de hecho,
Strauss confía en la ciencia de los clásicos, porque su comprensión correcta
deberían indicarnos cuánto hemos avanzado en la comprensión de la política nos
daría la respuesta final a qué es la ley, la legitimidad y el orden político.
Ahora bien cuando esto se pone en acción, se ve que el objetivo de Strauss, es
antes que nada mostrar como la ciencia es capaz de acceder a todos los regímenes
y pretender entenderlos, y mejorarlos, y demostrar que el sabio no tiene
ideología que lo condicione. ¿Acaso los críticos liberales sobre Latinoamérica
pueden entrar en esta categoría? La respuesta es no. Más bien se trata de otra
cosa, no se trata más que de la falta de sabios, de personas capaces de la
persuasión. Esto tiene que ver con la idea misma de la opinión pública, la
libertad de expresión sería una libertad negativa, mientras que la
potencia de la argumentación, la retórica sería despreciada.
-La
formula de Strauss- [Tiranía/ Tiranía benefactora- distinta de la dictadura
romana]- ¿Qué hace posible que se pueda mejorar una dictadura? Esta
pregunta, sería escandalosa hoy, primero porque quitaría fuerza a la idea de
democracia en abstracto. (Los mejores gobiernos posibles para ciertos países
realmente existentes) Curiosamente, esto lleva a la pregunta ¿mejores o peores
democracias? La pregunta es evidente suele ser respondida en abstracto, pero
claro para una pregunta más corta y simple: ¿Puede la democracia liberal ser
mejor de lo que es?, se llega a la idea de que es otro escándalo. Estado es una
realidad, régimen otra realidad, y la crítica del liberalismo maso menos es
esta, mientras que, a la hora de contar votos, la masas creerían por ejemplo
que la ayuda del Estado es más rápida y útil que la ayuda voluntaria de los
particulares en la sociedad civil. ¿Acaso este argumento no se revisa? Frente a
la idea de que habría un régimen al cual no se le ve beneficio posible porque
en última instancia, es el mal, hay un régimen donde se perciben beneficios, a
esta idea se suma el escándalo de que el “Tirano” debe dar los premios, y no
los castigos: creo que en las críticas, que se suelen verter, es más sencillo
hablar de demagogia- la cual no es tratada en forma científica en la
actualidad/ la democracia es tan perfecta que la demagogia sólo podría provenir
por parte de la autoritarismo-, y no del deseo de grandes sectores de la
sociedad de consumir en igual forma que los sectores privilegiados ( la
demagogia se daría en parte por el consumo y no por parte de la producción la
amenaza marxista de los 70´ estaría muy lejos de mostrarse como amenaza).
Es decir siguiendo el clásico argumento, todo sería prenda de dádivas,
¿moralizar el estado acaso? Es evidente que no, porque gran parte de los
críticos por ejemplo en Argentina o en Venezuela no ven mal cierta convivencia
de privados en el Estado como el problema principal, sino el abuso del poder
del Estado, el “Tirano” podría dar los premios a aquellos que al fin de cuenta,
le ayudarían a permanecer en el poder (empresarios nacionales por ejemplo, y
sobretodo multinacionales). Esto es más escandaloso cuando se considera que los
medios de comunicación que muchas veces quieren y dependen de la pauta del
Estado necesitan premios incluso de los tiranos para criticarlos en nombre de
la libertad. Es decir que bien pueden los medios aceptar que la antipolítica es
un negocio y no la desestabilización, pueden convivir el tirano y el medio de
comunicación pueden convivir las dictaduras y la ganancia millonaria por los
medios de comunicación que pueden o no hacer propaganda.
Hay una
diferencia entre el Dictador romano, fruto de la crisis el que ordena la situación
el cual ha sido elogiado por un sector liberal conservador en América latina, y
el Tirano
el cual sería una figura que llega para quedarse por siempre en el poder por
encima de la ley. Para peor, cuando se considera las dos variantes, en ambas
las sociedad estaba peor en el momento del inicio de su gobierno, es decir,
¿Cómo fue posible que la crítica a todos los gobiernos latinoamericanos
considerados “totalitarios” no tenga la crítica más dura de los momentos
políticos inmediatamente anteriores? Los
“Weimar latinoamericanos”. La respuesta es sencilla, debilidad teórica. Las
camadas intelectuales amaestradas para hablar de democracia por encima de todo,
no hablan de política, y en muchos casos hacen carrera, negándose a marcar si
hay errores en los razonamientos, poco les importa el destino de los países de
los que son parte. Lo cual es un escándalo para Strauss, porque implícitamente
Simonides, el sabio tutor del Tirano, que es extranjero, se centra antes que
nada en el gran problema, el Tirano que gobierna en acto, cómo gobernar; y no
en si el Tirano es o no Tirano. Claramente que el sabio de Strauss es lo menos
relacionado al “intelectual comprometido”, orgánico, o militante que puede
haber. Este sabio sabría como llegar al gobernante, y hacerle entender qué
ocurrirá en sus términos, y no pretender discutir con elementos irrelevantes
que al vivir bajo una tiranía o son cobardes, o simplemente no entienden.
Este
acercamiento se trata de revisar antes que nada, que el idealismo como una
oposición débil muestra que los cambios del neoliberalismo se dieron por la
crisis misma del Estado en los 70´-80´. Esta crisis dio una hegemonía que no
desarrolló una ciencia, esta ciencia que no tuvo respuesta fue la que generó
este desencanto y esta respuesta irracional, el populismo quedo como una
esperanza blanca, digna de la respuesta “progresista” luego del
posmodernismo. Por resultado- se genera este balance, ha pasado el mejor
momento de la experiencia alternativa al neoliberalismo tal cual se la entendía
pero en la base misma del extractivismo y la eterna dependencia al sistema
financiero internacional derivaron en que un retorno a la ortodoxia declarada o
no. En este sentido, podemos pensar que se tratan de variantes, siendo la más
lejana la venezolana pero no se trata sin duda de una forma tal, tan ajena, tan
distinta que escape a la contingencia del resto de los gobiernos
latinoamericanos.
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