14 de Agosto de 2014
OPINIÓN
Requiem a Eduardo Campos
Resulta extremadamente difícil escribir sobre la influencia del retiro de un candidato a la presidencia de un país por su fallecimiento, más aún si su muerte sucedió hace algunas horas. Sin embargo, previas condolencias a la familia de Eduardo Campos, un politólogo no debe esquivar la tarea.
Resulta extremadamente difícil escribir sobre la influencia del retiro de un candidato a la presidencia de un país por su fallecimiento, más aún si su muerte sucedió hace algunas horas. Sin embargo, previas condolencias a la familia de Eduardo Campos, un politólogo no debe esquivar la tarea.
En tal sentido, cabe aclarar que la candidatura de Campos por el Partido Socialista Brasileño (PSB) implicaba plasmar electoralmente el alejamiento de la coalición de gobierno de un aliado histórico del Partido de los Trabajadores (PT). A partir de los buenos resultados electorales que esta fuerza había obtenido en las elecciones pasadas, el socialista no aceptaba el segundo plano que le otorgaba el oficialismo.
Más aún, previo al Mundial, muchos especulaban con que las movilizaciones sociales anti copa pudiesen allanarle el camino a un posible ballotage con Dilma Rousseff. Sin embargo, a pesar del 7 a 0 de Alemania, la mandataria salió sin grandes pérdidas del megaevento y el candidato socialista no logró crecer en las encuestas.
Otro elemento a tener en cuenta es que Marina Silva es su compañera de fórmula. La ex ministra de ambiente de Lula, que había logrado un 19% en las elecciones de 2010 con el Partido Verde, no pudo obtener la personería jurídica de su agrupación (Redes) y por esa razón se sumó a la coalición liderada por Campos, con la paradoja de tener mejor intención de voto.
Y este no es un dato menor porque, oficializadas las listas, Marina Silva podría reinstalar a la alianza en una mejor disputa si es que el PSB decide sostenerla como candidata. Esto afectaría inmediatamente a la candidatura de Rousseff, ya que la alianza oficial pierde votos a manos de esta alternativa, por lo que forzaría necesariamente a un ballottage.
Desde los medios de comunicación, la derecha siempre posicionó a las rupturas por izquierda del PT (como a Heloisa Elena y Cristovam Buarque en 2006 o a la misma Marina Silva en 2010) para forzar la instalación de una segunda vuelta con el candidato del PSDB de turno (Geraldo Alckmin en 2006 y José Serra en 2010). Pero ahora la situación cambia, porque post mundial los medios de comunicación estaban instalando la idea de "empate técnico" entre Dilma Rousseff y Aécio Neves, el actual candidato Tucano.
La reacción inmediata de los candidatos, como de la presidenta, fue saludar a la familia de Campos y dar su pésame, incluso con palabras de tristeza como las que realizó Ignacio Lula Da Silva: "Campos era un hombre público de rara y extraordinaria cualidad"¸ sostuvo sobre su ex ministro de Ciencia y Tecnología. Pero aunque la muerte causa consternación, lo cierto es que ya se están realizando análisis sobre los movimientos en el tablero político que generó el fallecimiento del dirigente, dejando con mayor incertidumbre los resultados de octubre.
En tal sentido, cabe aclarar que la candidatura de Campos por el Partido Socialista Brasileño (PSB) implicaba plasmar electoralmente el alejamiento de la coalición de gobierno de un aliado histórico del Partido de los Trabajadores (PT). A partir de los buenos resultados electorales que esta fuerza había obtenido en las elecciones pasadas, el socialista no aceptaba el segundo plano que le otorgaba el oficialismo.
Más aún, previo al Mundial, muchos especulaban con que las movilizaciones sociales anti copa pudiesen allanarle el camino a un posible ballotage con Dilma Rousseff. Sin embargo, a pesar del 7 a 0 de Alemania, la mandataria salió sin grandes pérdidas del megaevento y el candidato socialista no logró crecer en las encuestas.
Otro elemento a tener en cuenta es que Marina Silva es su compañera de fórmula. La ex ministra de ambiente de Lula, que había logrado un 19% en las elecciones de 2010 con el Partido Verde, no pudo obtener la personería jurídica de su agrupación (Redes) y por esa razón se sumó a la coalición liderada por Campos, con la paradoja de tener mejor intención de voto.
Y este no es un dato menor porque, oficializadas las listas, Marina Silva podría reinstalar a la alianza en una mejor disputa si es que el PSB decide sostenerla como candidata. Esto afectaría inmediatamente a la candidatura de Rousseff, ya que la alianza oficial pierde votos a manos de esta alternativa, por lo que forzaría necesariamente a un ballottage.
Desde los medios de comunicación, la derecha siempre posicionó a las rupturas por izquierda del PT (como a Heloisa Elena y Cristovam Buarque en 2006 o a la misma Marina Silva en 2010) para forzar la instalación de una segunda vuelta con el candidato del PSDB de turno (Geraldo Alckmin en 2006 y José Serra en 2010). Pero ahora la situación cambia, porque post mundial los medios de comunicación estaban instalando la idea de "empate técnico" entre Dilma Rousseff y Aécio Neves, el actual candidato Tucano.
La reacción inmediata de los candidatos, como de la presidenta, fue saludar a la familia de Campos y dar su pésame, incluso con palabras de tristeza como las que realizó Ignacio Lula Da Silva: "Campos era un hombre público de rara y extraordinaria cualidad"¸ sostuvo sobre su ex ministro de Ciencia y Tecnología. Pero aunque la muerte causa consternación, lo cierto es que ya se están realizando análisis sobre los movimientos en el tablero político que generó el fallecimiento del dirigente, dejando con mayor incertidumbre los resultados de octubre.
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