En Latinoamérica se han construido una gran diversidad de
relatos. Entre ellos uno de la democracia, curiosamente queda claro que la
pregunta por el régimen político no siempre fue definida por los propios
latinoamericanos.
Pese a que
esta imagen no sea la más agradable, diversos actores globales como la UE , Rusia, Estados Unidos y
China, intentan conquistar todas las plazas posibles a la hora de tomar su
puesto en la influencia regional. No se trata de una simple “maldición” sino
que se trata de la relativa debilidad de la región. Mientras que la OTAN , Rusia y China tienen
importantes capacidades para mantener y desarrollar conflictos, América Latina
una región de “paz” como la han querido llamar, mantiene un relativo bajo peso
específico. El caso más emblemático en este sentido es Colombia con la gran
presencia de bases militares norteamericanas. China por su parte, busca tratar
de introducirse en Venezuela, Cuba, Argentina, y Brasil. Brasil mismo tiene una
encrucijada, y sabe que no puede aún tener la capacidad militar para poder
contener al resto de sus socios del MERCOSUR. Brasil no puede ser el
paternalista protector de América Latina. Gran parte de los otros países van
alternando posiciones muy complejas, entre ellos Uruguay, en lo que podría ser
un “realismo
periférico” como el que alguna vez propuso Escudé.
Frente a
esto hay que decir, América Latina es integrada a la fuerza a los manejos de
actores del exterior antes citados. China y Rusia justamente son por su
naturaleza regímenes que no tienen nada que ver con la democracia
estadounidense, ni con las “democracias europeas” y Alemania; la primer
democracia Europa, y “custodia del Euro”. Lamentablemente, América Latina
muchas veces es considerada simplemente como unidades pequeñas e irrelevantes y
su papel se mide en si tienen o no corrupción y de quién son aliados. Esto se
nota muchas veces en el papel de la influencia que podría tener Cuba o Irán en
países como Argentina o Brasil. Como podemos darnos cuenta, los problemas de
defensa, comunicación, no integración monetaria- no hay moneda única-,
conforman una realidad importante dentro de lo que son los capitalismos de
estos países.
Considerando
esto podemos darnos cuenta que la crisis del 2008 fue una bisagra, América
Latina no tiene la importancia que tiene Asia en el futuro de la historia
mundial. África por su parte no es un aliado fuerte de América Latina. El resto
de los países del orbe son contenidos por organizaciones regionales y
extra-regionales. So pretexto de hacer política interna, la situación general
de América Latina no cambiado ahora sustancialmente de lo que era el final del
siglo XX. La no presencia de una moneda internacional para las transacciones,
la no introducción de varias monedas en las reservas de nuestros países por los
problemas de conversión subsiguientes. Todo ello genera de por sí una mala
situación dentro de América Latina, la cual tiene como resultado devaluaciones
crónicas, las cuales cuanto más fuerte son más tienden a forzar a los Estados a
frenar todos sus proyectos tecnológicos, de integración y de inversión en
armamentos que no producen. Esto demuestra que el maniqueísmo que se maneja en
los medios de comunicación, no le ha servido a ningún actor específicamente.
Brasil y Argentina son casos bastante similares en su pendular en el favor de
grandes superpotencias. ¿Acaso la política interna va a negar la continuidad de
relaciones entre Latinoamérica y los Estados Unidos? La respuesta es sí, pero esto es
fundamentalmente en vano.
Ahora
considerando esto saltan a la vista problemas insólitos a los que no siempre se
toma en cuenta cuando se piensa en Estados Unidos, primero de ellos es que
Estados Unidos, como la UE
son capaces de subsidiar y proteger sus mercados produciendo alimentos, y ahora
Estados Unidos petróleo a niveles más baratos de lo que era los 70´ cuando fue
la era dorada de la OPEP. Por
eso mismo, no hay una ventaja tan fundamental de la región en la posesión de
esos recursos naturales.
Claves
para entender esto:
1-
La larga puja entre el Yuan y el Dólar, y entre el Euro
y el Dólar. Esta puja es clave porque define quién impone a quien el comercio y
que entidad monetaria es la más importante del mundo. En este sentido como un
dato de color es hoy el ICBC de
China, el banco privado más importante del mundo frente a lo que había sido el Bank
or America y otros. La puja dentro del FMI y el Banco
Mundial, es una pelea más profunda en un mundo que ya fue globalizado y
donde los grandes procesos son mediados por la FED , el BCE, y la entidad monetaria china.
2-
El lento desarrollo del “Banco del Sur”, no
permite que América Latina financie a América Latina, es decir, no le da
autarquía, no permite redistribuir el desarrollo y muchas veces aumenta
reservas que al no poder ser prestadas en la región ni en el exterior, no
generan beneficios a largo plazo.
3-
Brasil tiene una actitud ambivalente a la hora de
ayudar a sus socios menores, léase Paraguay- golpe de Lugo, Chávez/Maduro y la
crisis de 2002 y la actual 2014, y la presencia de Argentina como un socio
comercial problemático al cual nunca se puede “contener”. Uruguay, en este
grupo con su firma del TLC durante el gobierno de Tabaré Vázquez y el conflicto
con las papeleras muestra que incluso en estos asuntos menores Brasil no se
dedica a mantener a la región en una cierta coherencia.
4-
Venezuela ha cerrado un gran ciclo de intervención
regional a través de su política petrolera. Esto se ha finalizado por lo que
una parte de la política regional había encontrado una línea común, el manejo
de la renta petrolera, y la ayuda recíproca de unos países a otros. Las pujas y
el cumplimiento de los países latinoamericanos para consigo mismos en estos
temas es clave.
Muchas veces se dice
sistemáticamente que la relación entre Estados Unidos y Latinoamérica es
tensionada por la segunda, cuando vemos que en la realidad los países del Este
de Europa como Polonia mantienen un a posición de gran recelo hacia Rusia, o el
mismo Vietnam hacia China. Esto a su vez se puede ver con el Japón y su
relación con las dos coreas, con China, Filipinas, y otros países. Por lo que
se puede considerar que esto tiene relación directa no por un simple discurso
anti-imperialista sino por que la presencia misma de Estados Unidos no produjo
un “beneficio” concreto. Esto se puede ver con Grecia, España y Portugal en su
relación con Alemania, la presión exterior, real y concreta, sólo puede generar
cuando menos una resistencia. Pocas editoriales de Clarín y de la Nación considerarían que
los recelos griegos sobre Alemania, o los polacos frente a Rusia, o el de los
Letones son pura venganza. Es curioso que en Latinoamérica se considere que
esto sea así. Estados Unidos en su relación especial con Reino Unido elige por
ejemplo, vulnerar una parte de su relación Latinoamérica, nunca cumplió en este
sentido la Doctrina Monroe.
Para peor hay muchos lugares
comunes:
1-
Latinoamérica es una sociedad especialmente
irresponsable y que por lo tanto ante frustraciones colectivas tendría ciertos
comportamientos negadores de la realidad.
2-
Se mantienen ideas que se han mostrado esencialmente
fracasadas como todos los desarrollismos variopintos que pretenden re-crear la “Alianza
para el Progreso”- es decir una política esencialmente de soft
power para la región. En este
sentido el imaginario latinoamericano no siempre es claro en cómo se maneja
esta compleja relación. La globalización impacto fuertemente en Latinoamérica,
imponiendo más fuertemente el estilo de vida americano. Esto se ve en la forma
en que la política avanza en muchos países en contradicción de las expectativas
de consumo de gran parte de sus sociedades.
3-
Los gobiernos “progresistas” actualmente estarían en
una campaña de venganza, por lo que habría sido la derrota en los
70´. Este argumento se basa fundamentalmente en sostener que los
procesos que se realizan pueden dar algún rédito político partidario y que
desvían de los problemas de la actualidad. Básicamente esto muestra como fueron
los procesos inmediatamente anteriores, en los cuales el capitalismo se
transformó en forma importante y la hegemonía de estos sectores se profundizó.
Sus fracasos en este sentido, principalmente en la reforma del Estado,
fueron los que trajeron, supuestamente
el “advenimiento”
de los resentidos que “buscan venganza”. Este absurdo por
ejemplo permitía colgar a Sadam Hussein pero tratar con reglas especiales a los
líderes de la represión latinoamericana. Lo que ocurrió muchas veces fue realmente al revés.
4-
Se hace una separación entre los gobiernos de izquierda
y de derecha diciendo que las violaciones a los derechos humanos en Cuba y
Venezuela, son una objeción a la honestidad de esta política de derechos
humanos. Esto es justamente tratar de quitar a la política de los DD HH de
Latinoamérica y no justamente por la capacidad de injerencia de Venezuela en el
resto de la región. La defensa por parte de Piñera de Pinochet no es un miedo
fenomenal hacia el chavismo. Podemos decir además que la Concertación fue “el
ideal” y en parte esto fue construido contra-fácticamente; porque la
sucesión chilena fue hegemonizada por el pinochetismo; el resto de los países
no tuvieron siempre un partido militar. Por eso la no presencia de partidos
miliares tan exitosos, pese a por ejemplo el proyecto de Massera de ser “democrático” muestran que la “venganza”
es cuando menos, una muestra de que intereses asociados terminan por ser
inocultables.
A esto se le pueden considerar
respuestas pertinentes:
1- Se
trata de poner como justificación fundamental que existen causas culturales y
luego históricas que sigan el destino de la región. Es decir la consideran
aislada del resto del globo, y que sus resultados han sido las decisiones
aisladas de sus élites políticas y tal vez en segunda instancia económicas.
Claro que sin embargo está la excepción del presidencialismo.
2- Los
gobiernos no progresistas, suelen muchas veces conexiones directas con el
régimen que los precedió como el caso de Piñera en Chile, la relación evidente
de el Partido Colorado con el régimen de Stroessner. Otros casos similares se
suman a estos, por lo que no se trata de que estos partidos se encuentran proscriptos
pero que dependen de su legitimidad en cierta interpretación de la historia.
3- Esto
no tiene sentido a escala nacional. La defensa de los derechos humanos tiene en
primer lugar la defensa dentro del propio régimen en el cual se vive. Estados
Unidos, por ejemplo tiene un doble standard entre sus relaciones con otros
países y la defensa de los derechos humanos. Eso no quita y reclame para si el
ser un Estado de derecho, ni tampoco se invalide el hecho de juzgar causas de
la materia (España lo hizo cuando pidió juzgar a Pinochet y no rever su propia
acción durante el franquismo). La no crítica a la historia de las fuerzas de
seguridad interior y defensa parece ser la clave de sostener este punto de
vista. Se basa en suma en pretender tapar una parte de la injerencia exterior
en el diseño y actuación de estas últimas dictaduras. Hay que decir que eso
favorece a la política estadounidense de la constante militarización de las
fuerzas de seguridad interior, y el papel de las fuerzas armadas latinoamericanas
como supeditadas a las estadounidenses.
4- El
resultado más importante de estas construcciones es mostrar que el
neoliberalismo más exitoso el chileno, tiene una pata económica clara, una
constitución hecha a medida y que además tiene que tener un grado de apertura
necesario para que la influencia de Estados Unidos pueda darse de la manera más
sencilla. Esto no tiene que generar un recelo hacia Chile pero si decir que en
lo fundamental, Chile responde a una situación idílica dentro del orden
institucional que le conviene a Estados Unidos. Incluso México en comparación
sigue siendo un país “difícil” en comparación con Chile.
En esto se
basa en gran parte las ideas o relatos que dicen que se
construyen en el continente pese a que todas las regiones del mundo hacen en
alguna forma el mismo proceso- (La
UE inventa una Europa que nunca existió). Cuando lo
consideramos cuesta pensar en otra lógica que la que se impone en primer lugar;
la primera de ella, es que la geopolítica poco tiene aún de una preocupación
por el régimen. Hitler mismo fue en su momento una prueba de ello, su expansión
fue un tema que resultó controvertido para las otras potencias. Pero esto no
generó necesariamente una imagen permanente de Alemania, pese a que esta se
convirtió en la más importante economía de Europa y su motor. La idea de una
estigmatización sobre la propia Alemania post segunda guerra ha sido relativa,
y lo mismo vale para Japón. Los intereses actuales dentro de los países en
relación con estas dictaduras pasadas es una de las claves de las dificultades
del proceso. La “venganza” no sería más que ese proceso- ¿Qué es América del
Sur? ¿Qué quiere que se piense de ella? El problema de la venganza en sí mismo
tiene de por sí otras razones, la primera de ella, es la que se imputa a un
marxismo fuera de tiempo la búsqueda de una ventaja sobre lo sucedido en
aquellos años, como si el liberalismo más principista no pidiera la misma cosa.
La segunda es mostrar la cara conservadora del liberalismo que formó parte de
las dictaduras latinoamericanas.
Bien se
podría argumentar que no era un liberalismo lo suficientemente principista para
ser “responsable” directo de aquellas situaciones. Esto hasta se lo podría dar
por cierto pero de esa forma a la vez, se estaría aceptando la buena convivencia
de los poderes fácticos de aquella sociedad y quienes fueron los más
perjudicados. En esta división en el nivel de la Iglesia y de los Sindicatos
se puede ver como claramente la purga fue vertical. Este establishment
cristalizado, se ha ido recombinando en toda forma posible. La crisis de este
liberalismo conservador se daría con certeza a fines de los 90 y principios del
2000 porque una parte amplia de ese grupo estaba artificialmente ligada a la
política del FMI. Las democracias que surgieron, todas fueron afectadas por
este hecho económico, con la subsecuente licuación de partidos de clase. Esta
clase de democracias, tuvieron que pensar en las raíces de su legitimidad a
partir de la crisis de representación precedente- la poca participación y la
poca aceptación de la gestión. Una crisis no resuelta aún, en este sentido los
DD HH siempre ha estado en el límite como una base extra de legitimidad, aunque
no siempre en Argentina la convertibilidad y el indulto a los militares
supieron convivir.
Se ha
imputado la no pureza de estos procesos, y hasta se ha exagerado el vuelco en
esta clase de políticas. En el caso de Argentina puntualmente se dice que hay
un deseo de venganza particular. Sobre las condiciones de su prisión, el estado
de su salud y las condiciones de su proceso. Cuando se lo considera esto
fríamente esto es pasible cualquier procesado. Es iluso creer que la justicia
que fue tan dócil en otras épocas con estas personas, y hasta cómplice directa,
ahora fuera mucho más piadosa con el cambio político. La idea de una democracia
que trata a sus enemigos con el máximo de justicia, no se ve en ninguna parte
de Latinoamérica. La idea de una “venganza” que da muerte a los represores casi
en la misma forma en que ellos daban muerte, sin piedad es por lo menos extraña
pero si cuenta con la vida precaria de los presos en cárceles comunes.
Sobre Europa a diferencia de Latinoamérica
queda siempre anclada la idea de la “civilización”, y en este marco
bastante simbólico donde España o Grecia no podrían entrar ni ayer ni hoy
podemos ver qué se ha pensado sobre el papel del régimen político fundante en
cada región del mundo- España asegura la impunidad de los DD HH a propios y
ajenos; y sobre todo esto afecta mientras más sea directa la herencia entre la
violencia de ese Estado y el grupo gobernante, el franquismo y el PP son una
prueba de ello. Este problema no es menor, primero porque la democracia es un
conjunto de instituciones que cuando son analizadas por medio del concepto de “poliarquía”
no se va al origen mismo de la democracia de sus problemas clásicos, los que
muchas veces se ha usado a Platón para considerarlos: ¿Es la democracia buena?,
es decir el paso previo a la demagogia y luego a la tiranía. Pero esta imagen
justamente fue la base sobre la cual muchos autoritarismos se fueron
sedimentando.
En este
sentido Argentina, tiene como en muchos otros países un relato de la
democracia, como el mejor de los regímenes posibles, y como el más
digno de mantener- aunque la totalidad de su historia indique sus clases
dirigentes no pensaron en este sentido. Pero con eso no basta, porque incluso
pensando que la democracia bajo el capitalismo es el “mejor de los peores sistemas
existentes”; poco podemos decir de que la democracia en Argentina, en
Venezuela, Bolivia, u otros gobiernos- simplemente vemos que la violencia según
a quién le ocurre acarrea distintas consecuencias. En este sentido, esta
cuestión se estancó a la par de la expansión de estas democracias- las
democracias triunfaban sólo porque había más democracias.
Recelos han existido desde siempre, con
diversos orígenes y de distintas formas, las acusaciones han sido “graves” de
todos sus detractores y defensores. La primera y evidente; “En la democracia sólo se pueden
llevar a cabo ciertos procesos bajo determinadas reglas” – tenemos en
cuenta que las reglas, la legalidad- “la constitucionalidad” sería la base
definitiva para poder definir una democracia, cuánto más perfecta es una
constitución más perfecta es una democracia. Lamentablemente esto deja grandes
espacios para la manipulación. Primero porque la manipulación electoral no se
trata sólo de manejar redes clientelares, y que en América Latina, África y tal
vez Asia, se considera que ciertas formas de comportarse y consumir, incluso
vidas enteras se rigen bajo redes clientelares. Con esto, los expertos, pueden
ser politólogos, economistas, abogados, artistas, escritores, pueden decir y
exponer muchos puntos de vista más o menos intelectuales trata de no lidiar con
el problema. La segunda: “La democracia es un sistema donde todos
desarrollan una competencia electoral y comparten una ideología democrática
donde comparten intereses similares en sociedades homogéneas.” América
Latina es tan compleja desde el punto de vista del ingreso, y de su relación
con la política, considerando el papel de la importancia del Estado en la
asignación de recursos que esto se vuelve absurdo.
Porque la democracia está atada a ciertas
formas constitucionales, queda siempre en claro pensar si, la constitución se
realizó o no- una suerte de negación de la política real del siglo XIX-, en
realidad una de las grandes sospechas, la gran diferencia, la gran amenaza no
sería otra que: “la eterna re-elección de presidentes” versus el autoritarismo
que recorrió gran parte del siglo XX o Mario versus Sila, este
autoritarismo que claramente no es clientelar en la forma tradicional del
paternalismo, y si lo hacen nadie lo considera como piedra fundamental del
régimen- lo importante para el autoritarismo es sacar del sistema a la
actividad política antes que las masas. Cuando se piensa en esto se considera
que la idea se basa en la presuposición que se debe custodiar cierta verdad que
tiene un sentido anterior, es decir, primero –enunciamos- los derechos
y luego tratamos de hacerlos cumplir ejemplo: el derecho del consumidor,
si fallamos pensamos que hemos fracasado por alguna cuestión esencial.
Curiosamente esto se da en forma clara, en casos concretos de represión por
parte de los gobiernos, a esto se suma en muchos casos- ¿quién la instrumenta?,
¿cómo? y ¿por qué?, cuando el Estado tiene que juzgar lo que pasó en un pasado
relativamente reciente o no- las preguntas se vuelven interesadas, no son pocos
los que en el nombre del anticomunismo justifican lo que sea necesario.
Justamente allí parece que alguna
especie de maldición se cerniera sobre nosotros. Descartemos esto de plano,
ninguna transición a la democracia, sea en España, Grecia, Argentina, Brasil,
Uruguay, Chile, y otras tienen una granaría de ser perfectas. Más bien eran
transformaciones políticas complejas que avanzaban más rápido que las
sociedades a las cuales pertenecían. El Estado sin golpes de estado, Estados
Unidos no sirve como un buen modelo, primero por el alto número de magnicidios.
Segundo porque Estados Unidos nunca transito de un autoritarismo a una
democracia sino de una monarquía a una democracia limitada (censo)- luego de
expandió el derecho al voto no obligatorio con el predominio de mayorías
simples y no minorías representativas. Todos los estados antes citados pasaron
de autoritarismos de Estados “burocrático-autoritarios” a
democracias de audiencia si se quiere de baja intensidad ideológica.
Claro que
se las ha vendido como tales, es demasiado peligroso no decir “es
lo mejor que pudimos conseguir”. Pero claro que sociedades como España,
Argentina, Brasil o Venezuela, tienen pactos o transiciones fundantes. El Punto
Fijo, el gobierno de Raúl Alfonsín, la constitución chilena y el referéndum
sobre Pinochet, la larga transición en Brasil. Solamente el PRI en toda América
latina, nunca tuvo que justificar demasiado su existencia pese a su permanencia
inmutable en México. Ahora sabemos que los grados de represión y la gran gama
de cuestiones que estamos abordando cuando tomamos en cuenta estos gobiernos
pero podemos considerar algunas cuestiones:
1)
El cambio de régimen político no cambio el rumbo
económico sino que lo profundizó- ya que las deudas contraídas por dictaduras
se dejaron inalteradas- por lo que en los hechos, la llegada a la democracia en
todas estas regiones fue una aceptación racional sobre los hechos irreversibles
que se habían realizado sobre los procesos autoritarios. Los procesos
autoritarios favorecieron capitalistas locales y multinacionales. Además
reforzaron la dependencia al capital internacional porque lo estaban
virtualmente peor desde el punto de vista de su soberanía que en etapas
anteriores.
2)
Se tomo a la violencia política, y a actores que no
sabían vivir en democracia como el problema principal, por lo que la democracia
procedimental pudiera funcionar ya era un logro tan importante que los otros
logros- “ideológicamente difusos”- salud, educación, vivienda, trabajo,
son dejados de lado en la práctica [Las reformas fiscalistas muestran eso]. El
estadista es el que sabe preservar lo procedimental. Curiosamente cuando muchos
pretenden impugnar al sistema toman que la “sociedad” es manipulada porque
simplemente puede votar sobre todo los pobres y luego los ricos. “Simplemente
poder votar” fue el clave de toda la transición democrática en todos
los países, Argentina en este plano no es distinto que España, y Venezuela en
el Punto Fijo, tampoco difiere porque podemos decir que ni Videla, ni Franco y
es claro que Pérez Jiménez tampoco dejaban votar [los otros derechos los “respetaban”
muchos así diferencian el autoritarismo del totalitarismo o fungían hacerlo de
acuerdo a su política para mantenerse en el poder]. Es decir que la idea de
poder votar protegía a las libertades elementales, aunque luego esto se podría
en duda cuando se dice que actualmente hay autoritarismos más peligrosos como
los de: “Ecuador, Brasil, Argentina y Venezuela”, pero en España y
Grecia por ejemplo en estos días- gobiernos que pueden tener más o menos apoyo
gobiernan con amplia libertad. Esto es claro que tiene que ver con una
ideología. Cuando pensamos en casos mucho más ajenos a estos esquemas como
Turquía, queda claramente desfasada la idea de un voto igual a derechos. La
expresión incluso no siempre es igual a derechos. La libertad de prensa aunque
no perfecta existió en muchas sociedades antes que el voto masivo.
3)
La idea de que los medios de comunicación que en muchos
casos eran empresas privadas, es decir estamos excluyendo la democratización en
Europa del Este, los autoritarismos tuvieron medios controlados pero que fueron
lucrativos. Es decir, pudieron existir empresas que pudieron pasar del umbral
democrático al autoritario como si fueran meros reflejos de la sociedad [El
no considerarlos colaboracionistas es de por sí grave]. Este es el
problema de la libertad de expresión en su máxima expresión: no se trata
simplemente de la libertad de los periodistas sino de la responsabilidad de los
medios de comunicación. ¿Los medios están realmente obligados a defender la
democracia? Esta pregunta se va diluyendo en la medida que se supone que la
prensa al defenderse a sí mismo asegura la libertad de expresión pero incluso
eso no da garantías que un sistema no colapse. Esto se pudo ver en el gobierno
de Allende y de Illia, la prensa no se auto-obliga a defender la democracia.
4)
La mayor parte de las caídas de las “nuevas
democracias” fueron por problemas en sus clases dirigentes, no fueron
revoluciones en el sentido clásico del término. Los colapsos no fueron de la
misma forma en la que podrían haber sido en el siglo XX, justamente por eso,
Hugo Chávez cuando falla en su golpe de Estado muestra que las democracias
pueden soportar las formas clásicas de golpe de Estado. Pero lo que es cierto
es que la crisis en el sistema político continúo. Lo mismo se puede decir en
España o Grecia, pero es claro que en estos países, la crisis no afectó a todos
los partidos de la misma manera, y esto mismo pasó en otros países como México
con el PRI, y en Argentina con el peronismo. Es decir, si Acción Democrática
hubiese sido un partido más fuerte tal vez jamás habría ocurrido gran parte de
los procesos que se dieron en Venezuela.
Cuando
entendemos esto, podemos avanzar: los procesos a mediano y largo plazo en
Latinoamérica; mostraron la internacionalización progresiva del capitalismo y
la globalización, en sus idas y venidas, muestran una firma continuidad, y que
incluso hoy cuando caen gobiernos como en Honduras y Paraguay, se abre la
puerta a una forma mas o menos predecible. Esto tiene que ver con la dificultad
que tienen los países de romper rápidamente con sus condiciones materiales de
existencia. Es decir el sistema democrático como funciona hoy en muchas partes
del mundo no puede, desde el punto de vista de las elecciones cambiar
drásticamente el rumbo económico sino que al revés; las grandes crisis, pueden
cambiar constituciones, modificar el régimen político, alterar el plano de las
relaciones internacionales pero difícilmente cambie el rol de estos países en
la economía internacional. ¿Cuán amenazante puede ser un país como Argentina o
Venezuela para superpotencias como China o Estados Unidos cuando ninguno de
ellos tiene armas tácticas?
Curiosamente
esto es lo que no suele ser interrogado, bien se puede sospechar que una
potencia económica puede financiar grandes organizaciones terroristas y eso en
última instancia es resultado de su “razón de Estado” esto es inadmisible para
los países latinoamericanos, o de Europa del Sur, o de Europa del Este. Esto se
puede entender en muchos casos particulares, se puede entender por ejemplo
cuando se considera el papel de los juicios en Camboya al respecto del Pol Pot,
porque el partido actual es el continuador natural del partido de la Kampuchea Democrática ,
la esperanza de un juicio tradicional o como se considera en torno a los derechos
humanos se vuelve inverosímil. ¿Pero qué hace que el partido reciclado de Pol
Pot tenga menos enemigos que Venezuela, o Afganistán o Libia? En este sentido
debemos considerar no lo que los venezolanos, camboyanos, o afganos “merecen”
porque esto es una abstracción. Sabemos por ejemplo que los CONTRAS
fueron financiados por Estados Unidos contra los sandinistas. Conocemos
los distintos papeles que tuvieron ciertos militares entrenados en las
dictaduras del cono sur en la represión en Latinoamérica y especialmente en
Centroamérica. Ahora rápidamente podemos saber cuáles son los peligros clave
que se manejan entre estos países; el primero de ellos es que China se ha por
ejemplo una importante capacidad de intervención sobre la región. China por
primera vez está dispuesta a tener sus propios países “satélite”, y si Nicolás
Maduro es o no, un buen presidente poco le importa a China [Cosa que no es
analizada porque se prefiere pensar en sólo se trata de una puja:
democracia/autoritarismo]. Esto por ejemplo no ocurrió con Honduras o Paraguay.
¿Lugo habría caído si China hubiese trabajado mucho más por su continuidad?
Porque la diplomacia china es para nosotros latinoamericanos algo difícil de
entender sólo podemos ver el juego de los grandes actores mundiales. Pero
podemos estar muy seguros que la idea de “soberanía” sea en Venezuela, en
Ucrania o Irak, tiene que ver con la permanencia de los regímenes vigentes
mientras que la “democracia” es el valor para analizar los posibles regímenes
que pudieran reemplazar a los vigentes. En este sentido Egipto es muy claro, su
evolución ha sido una muestra clara de las frustraciones de los
democratizadores espontáneos. Si consideramos el peso que tiene el ejército en
Egipto o en Venezuela, rápidamente podríamos dejar de lado a María Corina
Machado o a Nicolás Maduro. ¿Acaso estos son líderes indiscutibles del
ejército? Lo trillado sería creer que sí. Egipto mostró como el ejército sigue
siendo el factor del Estado. En muchos países pueden ser las cámaras
empresariales, o los sindicatos.
Un ejemplo de
ello fueron las mismas contradicciones en la política de DD HH: Fujimori es un
caso poco citado por los críticos de cómo pensar los DD HH, primero porque fue
un implacable aniquilador de Sendero Luminoso, segundo porque su auto-golpe es
mucho más burdo que cualquiera imputación que se haga de lo que fue el proceso
constitucional de Evo Morales o Hugo Chávez, tercero porque Fujimori no logró
como Pinochet crear un sistema a medida para poder volver a la democracia. Por
eso cuando pensamos en Fujimori podemos ver un autoritarismo que no es
“bolivariano” y que su vida estuvo determinada por ideas bastante ajenas a lo
que se imputa a un Correa por ejemplo. En este sentido parece que se olvida que
la democracia en el continente nunca ha estado a “salvo” cuando un presidente
no caía por un juicio político, podría ser desplazado por un golpe de mercado y
cuando esto no pasaba, el golpe de estado, e incluso cuando se pone el término
de “golpe
de estado blando” queda claro que no hay gobierno que este cien por
cierto a salvo desde los ochenta a la fecha.
Cuando esto
se tiene en cuenta, deberíamos pensar que lo raro fuera que la llegada de un
gobernante en particular fuera capaz de terminar con estas típicas crisis de
los presidentes y sus sistemas. La democracia bolivariana podría sufrir golpes
blandos como la democracia chilena podría ser ataca por terroristas, es decir,
cuando se piensa en como los gobiernos dicen- es aquí donde se tiene que poner
el límite dentro del régimen dentro de un estado concreto; nos damos cuenta que
basta entender que la democracia no es una definición unívoca, sino que la
democracia de un estado en particular. A excepción de Cuba donde el partido
comunista es “invencible”, por todos los medios posibles, todo régimen
político en el continente podría sucumbir. En este sentido, las potencias no
piensan en gobiernos de larga duración en América Latina, esto es un desafío
único de los latinoamericanos, si lo creen importante. Justamente por esto en
las reformas del Estado, necesarias según las exigencias de Estados Unidos poco
importa, qué gobernante le va bien, o cual le va mal, cuando Menem, logró la
reforma del Estado en una forma en que Carlos Andrés Pérez no pudo Estados
Unidos no creyó que esto pudiera ser la base de lo que podría explicar porque
Venezuela y Argentina divergen tanto en crisis que llevaron sus regímenes de
partidos al colapso.
1) Estados
Unidos no tiene en la actualidad como centro América Latina, cuando
consideramos que Estados Unidos aún es la mayor superpotencia, Oriente Medio,
el Mar de China Meridional, Ucrania, y el resto de los conflictos de su agenda
la han mantenido muy lejos de América Latina.
2) Venezuela
es descripta según el observador como una crisis larga, en la cual el gobierno
va a tener que ir deglutiendo el frente opositor por los medios más o menos
democráticos, otros que consideran que se trata de una crisis corta que tiene
que ver con la administración de cuentas públicas porque esencialmente la
política venezolana no se ha modificado sustancialmente. Por último que la
crisis es terminal y que llevaría necesariamente a una nueva etapa porque la
oposición es irreductible.
La gran
diferencia que hay con otras regiones del mundo es que la crisis del gobierno
depende de muchos factores. Muchas veces los gobiernos que fracasan son los que
colapsando abren paso a una etapa. Se ha preferido pensar que el régimen como
tal en muchos países latinoamericanos no tiene un reemplazante o continuador es
decir esta formula: “No hay sucesor para los Correa, Chávez, Kirchner, Morales” –
se considera que países como Uruguay o Chile, si cuentan con esta forma de
poder seguir evolucionando institucionalmente. Ahora, si cualquiera de ellos
puede crear una descendencia exitosa, el fracaso de estas teorías sería
rotundo.
3) Podemos
decir rápidamente el futuro del Partido Justicialista en Argentina, el futuro
del PSUV en Venezuela, el partido “Alianza País” en Ecuador y del PT en Brasil.
Ellos son pese a todo la base del poder, porque se mezclan dos grandes
problemas, se supone a priori que el gobierno es de una personalidad que le da
consistencia a todo el sistema y que si esta, el sistema muerte por un simple
fenómeno carismático. Esto claramente puede ser negado en la historia del PRI,
hay un partido en la América Hispana
que se resiste a esto, pero claro tiene la famosa cláusula de no re-elección.
Es más bien la re-re-re elección como se dice vulgarmente o la reelección
indefinida lo que hace caer al régimen y no, lo contrario. Si el PJ o el PSUV
pudieran hallar una formula tal cual creo Cárdenas, virtualmente no tendrían
realmente competidores. Esto hoy parece ser un problema menor, sobre todo para
aquellos que dicen que “Muerto el perro se acaba la rabia”
tal cual concibió Pinochet sobre Allende. Pero como sabemos que los opositores
no dicen querer modificar las constituciones, y que los sucesores o delfines
dentro de la mismas fuerzas no lo harían. ¿Cómo evitar que el juego continúe
dentro de los mismos parámetros?
Luego se puede considerar que desde un lugar no muy feliz,
se imputa una venganza en Latinoamérica de algo que se cree “necesario”, es
decir, la justicia contra estos hombres que en tiempos difíciles habrían hecho
lo que hicieron, es mostrarse excesivamente indulgentes con ellos aunque sobre
todo pensar que lo otro, la expansión socialistas hubiera sido el peor
escenario posible aunque no se lo declame a los cuatro vientos. Banalizar el número
de víctimas, en una región geopolíticamente tan poco relevante como fue Latinoamérica
para las dos superpotencias, la
URSS que no apoyó tan fuertemente a los enemigos de Estados
Unidos, y Estados Unidos que con una gran ventaja simplemente violó su propio
discurso manteniendo toda dictadura que fuera “hostil” a la URSS. Desde ese punto de vista,
los socios locales de Estados Unidos fueron sin duda grandes fracasados en muchas
de sus políticas y muy exitosos en otras. El gran fracaso de estos agentes que
hoy se consideran perseguidos, fue el No al ALCA y la no dolarización de la
región. Estados Unidos, comprende que la dolarización es la forma definitiva de
anexión. En este sentido la transición a la democracia en los 80´ no afecta
este objetivo. Una y otra vez, Estados Unidos quiere lograr que el libre
comercio según sus parámetros, ponga en un estado de postración a todas las
otras unidades políticas, como en la
UE en la actualidad, esto ocurre pero con una diferencia,
Estados Unidos respeta menos a Paraguay que lo que Alemania tal vez “respeta” a
Grecia. Esto no es medida de escándalo alguno, los estrechos caminos de Latinoamérica
en el escenario internacional, muestran que la región es presionada por
distintos proyectos, y que la soberanía se va erosionando a la par de las
crisis económicas.
Curiosamente
los partidos como el PSUV, Alianza País, el Partido Justicialista, el PT parecen
la caja de Pandora, donde podrían estar contenidos todos los males y temores, sus
dirigentes máximos, serían las caras visibles de esos procesos, Paraguay con el
Partido Colorado y México con el PRI son excepciones pese a que le podrían caber
juicios de este tipo, pero no convienen a Estados Unidos. La caprichosa línea ha
sido tan burda, que los fracasos en la integración virtualmente América Latina está
dividida entre la Alianza
del Pacífico y el MERCOSUR, la CELAC
por lo menos por ahora no ha sido capaz de hegemonizar. En este sentido la decadencia
de la OEA , de su lógica
paternal, muestra que los Estados Latinoamericanos, buscan: a) evitar la intervención
militar, b) tratar de obtener el máximo de los beneficios incluso cuando
pierden frente a un poder exterior. c) Buscan también maximizar cuando les
resulta provechoso ciertas relaciones regionales, y más cuando pueden ser free riders,
es decir, no perder casi nada en pos de la integración, eso se puede ver en la
no existencia de una moneda latinoamericana, y en la no unión de las FF.AA de
todos los países en una alianza común. La “venganza” si tal cosa cabe, en vez
de una ofensiva, se trata del papel de los medios de comunicación particulares
que han asumido de forma paranoica que su papel como cuarto poder, podría ser
similar a lo que ocurre en Estados
Unidos, podemos darnos cuenta que incluso aunque todo fuera una manipulación,
estos medios al intentar sacar provecho de las crisis de gobierno, al querer se
ellas árbitros entre los políticos como las FF.AA en la mitad del siglo XX, han
ganado una preponderancia que sería absurda en otros casos. La relación de zigzag
en estos procesos y su defensa por estas líneas editoriales, muestran que la
crisis no los afecta tan directamente. Si podemos decir que hay grandes
partidos y grandes medios de comunicación que cuando se enfrentan ponen en
riesgo la gobernabilidad.
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