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miércoles, 26 de marzo de 2014

Las “venganzas” en Latinoamérica:

En Latinoamérica se han construido una gran diversidad de relatos. Entre ellos uno de la democracia, curiosamente queda claro que la pregunta por el régimen político no siempre fue definida por los propios latinoamericanos.

            Pese a que esta imagen no sea la más agradable, diversos actores globales como la UE, Rusia, Estados Unidos y China, intentan conquistar todas las plazas posibles a la hora de tomar su puesto en la influencia regional. No se trata de una simple “maldición” sino que se trata de la relativa debilidad de la región. Mientras que la OTAN, Rusia y China tienen importantes capacidades para mantener y desarrollar conflictos, América Latina una región de “paz” como la han querido llamar, mantiene un relativo bajo peso específico. El caso más emblemático en este sentido es Colombia con la gran presencia de bases militares norteamericanas. China por su parte, busca tratar de introducirse en Venezuela, Cuba, Argentina, y Brasil. Brasil mismo tiene una encrucijada, y sabe que no puede aún tener la capacidad militar para poder contener al resto de sus socios del MERCOSUR. Brasil no puede ser el paternalista protector de América Latina. Gran parte de los otros países van alternando posiciones muy complejas, entre ellos Uruguay, en lo que podría ser un “realismo periférico” como el que alguna vez propuso Escudé.

            Frente a esto hay que decir, América Latina es integrada a la fuerza a los manejos de actores del exterior antes citados. China y Rusia justamente son por su naturaleza regímenes que no tienen nada que ver con la democracia estadounidense, ni con las “democracias europeas” y Alemania; la primer democracia Europa, y “custodia del Euro”. Lamentablemente, América Latina muchas veces es considerada simplemente como unidades pequeñas e irrelevantes y su papel se mide en si tienen o no corrupción y de quién son aliados. Esto se nota muchas veces en el papel de la influencia que podría tener Cuba o Irán en países como Argentina o Brasil. Como podemos darnos cuenta, los problemas de defensa, comunicación, no integración monetaria- no hay moneda única-, conforman una realidad importante dentro de lo que son los capitalismos de estos países.

            Considerando esto podemos darnos cuenta que la crisis del 2008 fue una bisagra, América Latina no tiene la importancia que tiene Asia en el futuro de la historia mundial. África por su parte no es un aliado fuerte de América Latina. El resto de los países del orbe son contenidos por organizaciones regionales y extra-regionales. So pretexto de hacer política interna, la situación general de América Latina no cambiado ahora sustancialmente de lo que era el final del siglo XX. La no presencia de una moneda internacional para las transacciones, la no introducción de varias monedas en las reservas de nuestros países por los problemas de conversión subsiguientes. Todo ello genera de por sí una mala situación dentro de América Latina, la cual tiene como resultado devaluaciones crónicas, las cuales cuanto más fuerte son más tienden a forzar a los Estados a frenar todos sus proyectos tecnológicos, de integración y de inversión en armamentos que no producen. Esto demuestra que el maniqueísmo que se maneja en los medios de comunicación, no le ha servido a ningún actor específicamente. Brasil y Argentina son casos bastante similares en su pendular en el favor de grandes superpotencias. ¿Acaso la política interna va a negar la continuidad de relaciones entre Latinoamérica y los Estados Unidos?  La respuesta es sí, pero esto es fundamentalmente en vano.

            Ahora considerando esto saltan a la vista problemas insólitos a los que no siempre se toma en cuenta cuando se piensa en Estados Unidos, primero de ellos es que Estados Unidos, como la UE son capaces de subsidiar y proteger sus mercados produciendo alimentos, y ahora Estados Unidos petróleo a niveles más baratos de lo que era los 70´ cuando fue la era dorada de la OPEP. Por eso mismo, no hay una ventaja tan fundamental de la región en la posesión de esos recursos naturales.

            Claves para entender esto:   

1-     La larga puja entre el Yuan y el Dólar, y entre el Euro y el Dólar. Esta puja es clave porque define quién impone a quien el comercio y que entidad monetaria es la más importante del mundo. En este sentido como un dato de color es hoy el ICBC de China, el banco privado más importante del mundo frente a lo que había sido el Bank or America y otros. La puja dentro del FMI y el Banco Mundial, es una pelea más profunda en un mundo que ya fue globalizado y donde los grandes procesos son mediados por la FED, el BCE, y la entidad monetaria china.
2-     El lento desarrollo del “Banco del Sur”, no permite que América Latina financie a América Latina, es decir, no le da autarquía, no permite redistribuir el desarrollo y muchas veces aumenta reservas que al no poder ser prestadas en la región ni en el exterior, no generan beneficios a largo plazo.
3-     Brasil tiene una actitud ambivalente a la hora de ayudar a sus socios menores, léase Paraguay- golpe de Lugo, Chávez/Maduro y la crisis de 2002 y la actual 2014, y la presencia de Argentina como un socio comercial problemático al cual nunca se puede “contener”. Uruguay, en este grupo con su firma del TLC durante el gobierno de Tabaré Vázquez y el conflicto con las papeleras muestra que incluso en estos asuntos menores Brasil no se dedica a mantener a la región en una cierta coherencia.
4-     Venezuela ha cerrado un gran ciclo de intervención regional a través de su política petrolera. Esto se ha finalizado por lo que una parte de la política regional había encontrado una línea común, el manejo de la renta petrolera, y la ayuda recíproca de unos países a otros. Las pujas y el cumplimiento de los países latinoamericanos para consigo mismos en estos temas es clave.

Muchas veces se dice sistemáticamente que la relación entre Estados Unidos y Latinoamérica es tensionada por la segunda, cuando vemos que en la realidad los países del Este de Europa como Polonia mantienen un a posición de gran recelo hacia Rusia, o el mismo Vietnam hacia China. Esto a su vez se puede ver con el Japón y su relación con las dos coreas, con China, Filipinas, y otros países. Por lo que se puede considerar que esto tiene relación directa no por un simple discurso anti-imperialista sino por que la presencia misma de Estados Unidos no produjo un “beneficio” concreto. Esto se puede ver con Grecia, España y Portugal en su relación con Alemania, la presión exterior, real y concreta, sólo puede generar cuando menos una resistencia. Pocas editoriales de Clarín y de la Nación considerarían que los recelos griegos sobre Alemania, o los polacos frente a Rusia, o el de los Letones son pura venganza. Es curioso que en Latinoamérica se considere que esto sea así. Estados Unidos en su relación especial con Reino Unido elige por ejemplo, vulnerar una parte de su relación Latinoamérica, nunca cumplió en este sentido la Doctrina Monroe.  

Para peor hay muchos lugares comunes:

1-                          Latinoamérica es una sociedad especialmente irresponsable y que por lo tanto ante frustraciones colectivas tendría ciertos comportamientos negadores de la realidad.
2-                          Se mantienen ideas que se han mostrado esencialmente fracasadas como todos los desarrollismos variopintos que pretenden re-crear la “Alianza para el Progreso”- es decir una política esencialmente de soft power para la región.  En este sentido el imaginario latinoamericano no siempre es claro en cómo se maneja esta compleja relación. La globalización impacto fuertemente en Latinoamérica, imponiendo más fuertemente el estilo de vida americano. Esto se ve en la forma en que la política avanza en muchos países en contradicción de las expectativas de consumo de gran parte de sus sociedades. 
3-                          Los gobiernos “progresistas” actualmente estarían en una campaña de venganza, por lo que habría sido la derrota en los 70´. Este argumento se basa fundamentalmente en sostener que los procesos que se realizan pueden dar algún rédito político partidario y que desvían de los problemas de la actualidad. Básicamente esto muestra como fueron los procesos inmediatamente anteriores, en los cuales el capitalismo se transformó en forma importante y la hegemonía de estos sectores se profundizó. Sus fracasos en este sentido, principalmente en la reforma del Estado, fueron  los que trajeron, supuestamente el “advenimiento” de los resentidos que “buscan venganza”. Este absurdo por ejemplo permitía colgar a Sadam Hussein pero tratar con reglas especiales a los líderes de la represión latinoamericana. Lo que ocurrió muchas veces  fue realmente al revés.
4-                          Se hace una separación entre los gobiernos de izquierda y de derecha diciendo que las violaciones a los derechos humanos en Cuba y Venezuela, son una objeción a la honestidad de esta política de derechos humanos. Esto es justamente tratar de quitar a la política de los DD HH de Latinoamérica y no justamente por la capacidad de injerencia de Venezuela en el resto de la región. La defensa por parte de Piñera de Pinochet no es un miedo fenomenal hacia el chavismo. Podemos decir además que la Concertación fue “el ideal” y en parte esto fue construido contra-fácticamente; porque la sucesión chilena fue hegemonizada por el pinochetismo; el resto de los países no tuvieron siempre un partido militar. Por eso la no presencia de partidos miliares tan exitosos, pese a por ejemplo el proyecto de Massera de ser “democrático” muestran que la “venganza” es cuando menos, una muestra de que intereses asociados terminan por ser inocultables.    

A esto se le pueden considerar respuestas pertinentes:

1-     Se trata de poner como justificación fundamental que existen causas culturales y luego históricas que sigan el destino de la región. Es decir la consideran aislada del resto del globo, y que sus resultados han sido las decisiones aisladas de sus élites políticas y tal vez en segunda instancia económicas. Claro que sin embargo está la excepción del presidencialismo.
2-     Los gobiernos no progresistas, suelen muchas veces conexiones directas con el régimen que los precedió como el caso de Piñera en Chile, la relación evidente de el Partido Colorado con el régimen de Stroessner. Otros casos similares se suman a estos, por lo que no se trata de que estos partidos se encuentran proscriptos pero que dependen de su legitimidad en cierta interpretación de la historia.
3-     Esto no tiene sentido a escala nacional. La defensa de los derechos humanos tiene en primer lugar la defensa dentro del propio régimen en el cual se vive. Estados Unidos, por ejemplo tiene un doble standard entre sus relaciones con otros países y la defensa de los derechos humanos. Eso no quita y reclame para si el ser un Estado de derecho, ni tampoco se invalide el hecho de juzgar causas de la materia (España lo hizo cuando pidió juzgar a Pinochet y no rever su propia acción durante el franquismo). La no crítica a la historia de las fuerzas de seguridad interior y defensa parece ser la clave de sostener este punto de vista. Se basa en suma en pretender tapar una parte de la injerencia exterior en el diseño y actuación de estas últimas dictaduras. Hay que decir que eso favorece a la política estadounidense de la constante militarización de las fuerzas de seguridad interior, y el papel de las fuerzas armadas latinoamericanas como supeditadas a las estadounidenses.
4-     El resultado más importante de estas construcciones es mostrar que el neoliberalismo más exitoso el chileno, tiene una pata económica clara, una constitución hecha a medida y que además tiene que tener un grado de apertura necesario para que la influencia de Estados Unidos pueda darse de la manera más sencilla. Esto no tiene que generar un recelo hacia Chile pero si decir que en lo fundamental, Chile responde a una situación idílica dentro del orden institucional que le conviene a Estados Unidos. Incluso México en comparación sigue siendo un país “difícil” en comparación con Chile.

            En esto se basa en gran parte las ideas o relatos que dicen que se construyen en el continente pese a que todas las regiones del mundo hacen en alguna forma el mismo proceso- (La UE inventa una Europa que nunca existió). Cuando lo consideramos cuesta pensar en otra lógica que la que se impone en primer lugar; la primera de ella, es que la geopolítica poco tiene aún de una preocupación por el régimen. Hitler mismo fue en su momento una prueba de ello, su expansión fue un tema que resultó controvertido para las otras potencias. Pero esto no generó necesariamente una imagen permanente de Alemania, pese a que esta se convirtió en la más importante economía de Europa y su motor. La idea de una estigmatización sobre la propia Alemania post segunda guerra ha sido relativa, y lo mismo vale para Japón. Los intereses actuales dentro de los países en relación con estas dictaduras pasadas es una de las claves de las dificultades del proceso. La “venganza” no sería más que ese proceso- ¿Qué es América del Sur? ¿Qué quiere que se piense de ella? El problema de la venganza en sí mismo tiene de por sí otras razones, la primera de ella, es la que se imputa a un marxismo fuera de tiempo la búsqueda de una ventaja sobre lo sucedido en aquellos años, como si el liberalismo más principista no pidiera la misma cosa. La segunda es mostrar la cara conservadora del liberalismo que formó parte de las dictaduras latinoamericanas.

            Bien se podría argumentar que no era un liberalismo lo suficientemente principista para ser “responsable” directo de aquellas situaciones. Esto hasta se lo podría dar por cierto pero de esa forma a la vez, se estaría aceptando la buena convivencia de los poderes fácticos de aquella sociedad y quienes fueron los más perjudicados. En esta división en el nivel de la Iglesia y de los Sindicatos se puede ver como claramente la purga fue vertical. Este establishment cristalizado, se ha ido recombinando en toda forma posible. La crisis de este liberalismo conservador se daría con certeza a fines de los 90 y principios del 2000 porque una parte amplia de ese grupo estaba artificialmente ligada a la política del FMI. Las democracias que surgieron, todas fueron afectadas por este hecho económico, con la subsecuente licuación de partidos de clase. Esta clase de democracias, tuvieron que pensar en las raíces de su legitimidad a partir de la crisis de representación precedente- la poca participación y la poca aceptación de la gestión. Una crisis no resuelta aún, en este sentido los DD HH siempre ha estado en el límite como una base extra de legitimidad, aunque no siempre en Argentina la convertibilidad y el indulto a los militares supieron convivir.

            Se ha imputado la no pureza de estos procesos, y hasta se ha exagerado el vuelco en esta clase de políticas. En el caso de Argentina puntualmente se dice que hay un deseo de venganza particular. Sobre las condiciones de su prisión, el estado de su salud y las condiciones de su proceso. Cuando se lo considera esto fríamente esto es pasible cualquier procesado. Es iluso creer que la justicia que fue tan dócil en otras épocas con estas personas, y hasta cómplice directa, ahora fuera mucho más piadosa con el cambio político. La idea de una democracia que trata a sus enemigos con el máximo de justicia, no se ve en ninguna parte de Latinoamérica. La idea de una “venganza” que da muerte a los represores casi en la misma forma en que ellos daban muerte, sin piedad es por lo menos extraña pero si cuenta con la vida precaria de los presos en cárceles comunes. 

 Sobre Europa a diferencia de Latinoamérica queda siempre anclada la idea de la “civilización”, y en este marco bastante simbólico donde España o Grecia no podrían entrar ni ayer ni hoy podemos ver qué se ha pensado sobre el papel del régimen político fundante en cada región del mundo- España asegura la impunidad de los DD HH a propios y ajenos; y sobre todo esto afecta mientras más sea directa la herencia entre la violencia de ese Estado y el grupo gobernante, el franquismo y el PP son una prueba de ello. Este problema no es menor, primero porque la democracia es un conjunto de instituciones que cuando son analizadas por medio del concepto de “poliarquía” no se va al origen mismo de la democracia de sus problemas clásicos, los que muchas veces se ha usado a Platón para considerarlos: ¿Es la democracia buena?, es decir el paso previo a la demagogia y luego a la tiranía. Pero esta imagen justamente fue la base sobre la cual muchos autoritarismos se fueron sedimentando.

            En este sentido Argentina, tiene como en muchos otros países un relato de la democracia, como el mejor de los regímenes posibles, y como el más digno de mantener- aunque la totalidad de su historia indique sus clases dirigentes no pensaron en este sentido. Pero con eso no basta, porque incluso pensando que la democracia bajo el capitalismo es el “mejor de los peores sistemas existentes”; poco podemos decir de que la democracia en Argentina, en Venezuela, Bolivia, u otros gobiernos- simplemente vemos que la violencia según a quién le ocurre acarrea distintas consecuencias. En este sentido, esta cuestión se estancó a la par de la expansión de estas democracias- las democracias triunfaban sólo porque había más democracias.

 Recelos han existido desde siempre, con diversos orígenes y de distintas formas, las acusaciones han sido “graves” de todos sus detractores y defensores. La primera y evidente; “En la democracia sólo se pueden llevar a cabo ciertos procesos bajo determinadas reglas” – tenemos en cuenta que las reglas, la legalidad- “la constitucionalidad” sería la base definitiva para poder definir una democracia, cuánto más perfecta es una constitución más perfecta es una democracia. Lamentablemente esto deja grandes espacios para la manipulación. Primero porque la manipulación electoral no se trata sólo de manejar redes clientelares, y que en América Latina, África y tal vez Asia, se considera que ciertas formas de comportarse y consumir, incluso vidas enteras se rigen bajo redes clientelares. Con esto, los expertos, pueden ser politólogos, economistas, abogados, artistas, escritores, pueden decir y exponer muchos puntos de vista más o menos intelectuales trata de no lidiar con el problema. La segunda: “La democracia es un sistema donde todos desarrollan una competencia electoral y comparten una ideología democrática donde comparten intereses similares en sociedades homogéneas.” América Latina es tan compleja desde el punto de vista del ingreso, y de su relación con la política, considerando el papel de la importancia del Estado en la asignación de recursos que esto se vuelve absurdo.  

             Porque la democracia está atada a ciertas formas constitucionales, queda siempre en claro pensar si, la constitución se realizó o no- una suerte de negación de la política real del siglo XIX-, en realidad una de las grandes sospechas, la gran diferencia, la gran amenaza no sería otra que: “la eterna re-elección de presidentes” versus el autoritarismo que recorrió gran parte del siglo XX o Mario versus Sila, este autoritarismo que claramente no es clientelar en la forma tradicional del paternalismo, y si lo hacen nadie lo considera como piedra fundamental del régimen- lo importante para el autoritarismo es sacar del sistema a la actividad política antes que las masas. Cuando se piensa en esto se considera que la idea se basa en la presuposición que se debe custodiar cierta verdad que tiene un sentido anterior, es decir, primero –enunciamos- los derechos y luego tratamos de hacerlos cumplir ejemplo: el derecho del consumidor, si fallamos pensamos que hemos fracasado por alguna cuestión esencial. Curiosamente esto se da en forma clara, en casos concretos de represión por parte de los gobiernos, a esto se suma en muchos casos- ¿quién la instrumenta?, ¿cómo? y ¿por qué?, cuando el Estado tiene que juzgar lo que pasó en un pasado relativamente reciente o no- las preguntas se vuelven interesadas, no son pocos los que en el nombre del anticomunismo justifican lo que sea necesario.

Justamente allí parece que alguna especie de maldición se cerniera sobre nosotros. Descartemos esto de plano, ninguna transición a la democracia, sea en España, Grecia, Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, y otras tienen una granaría de ser perfectas. Más bien eran transformaciones políticas complejas que avanzaban más rápido que las sociedades a las cuales pertenecían. El Estado sin golpes de estado, Estados Unidos no sirve como un buen modelo, primero por el alto número de magnicidios. Segundo porque Estados Unidos nunca transito de un autoritarismo a una democracia sino de una monarquía a una democracia limitada (censo)- luego de expandió el derecho al voto no obligatorio con el predominio de mayorías simples y no minorías representativas. Todos los estados antes citados pasaron de autoritarismos de Estados “burocrático-autoritarios” a democracias de audiencia si se quiere de baja intensidad ideológica.

            Claro que se las ha vendido como tales, es demasiado peligroso no decir “es lo mejor que pudimos conseguir”. Pero claro que sociedades como España, Argentina, Brasil o Venezuela, tienen pactos o transiciones fundantes. El Punto Fijo, el gobierno de Raúl Alfonsín, la constitución chilena y el referéndum sobre Pinochet, la larga transición en Brasil. Solamente el PRI en toda América latina, nunca tuvo que justificar demasiado su existencia pese a su permanencia inmutable en México. Ahora sabemos que los grados de represión y la gran gama de cuestiones que estamos abordando cuando tomamos en cuenta estos gobiernos pero podemos considerar algunas cuestiones:

1)      El cambio de régimen político no cambio el rumbo económico sino que lo profundizó- ya que las deudas contraídas por dictaduras se dejaron inalteradas- por lo que en los hechos, la llegada a la democracia en todas estas regiones fue una aceptación racional sobre los hechos irreversibles que se habían realizado sobre los procesos autoritarios. Los procesos autoritarios favorecieron capitalistas locales y multinacionales. Además reforzaron la dependencia al capital internacional porque lo estaban virtualmente peor desde el punto de vista de su soberanía que en etapas anteriores.
2)      Se tomo a la violencia política, y a actores que no sabían vivir en democracia como el problema principal, por lo que la democracia procedimental pudiera funcionar ya era un logro tan importante que los otros logros- “ideológicamente difusos”- salud, educación, vivienda, trabajo, son dejados de lado en la práctica [Las reformas fiscalistas muestran eso]. El estadista es el que sabe preservar lo procedimental. Curiosamente cuando muchos pretenden impugnar al sistema toman que la “sociedad” es manipulada porque simplemente puede votar sobre todo los pobres y luego los ricos. “Simplemente poder votar” fue el clave de toda la transición democrática en todos los países, Argentina en este plano no es distinto que España, y Venezuela en el Punto Fijo, tampoco difiere porque podemos decir que ni Videla, ni Franco y es claro que Pérez Jiménez tampoco dejaban votar [los otros derechos los “respetaban” muchos así diferencian el autoritarismo del totalitarismo o fungían hacerlo de acuerdo a su política para mantenerse en el poder]. Es decir que la idea de poder votar protegía a las libertades elementales, aunque luego esto se podría en duda cuando se dice que actualmente hay autoritarismos más peligrosos como los de: “Ecuador, Brasil, Argentina y Venezuela”, pero en España y Grecia por ejemplo en estos días- gobiernos que pueden tener más o menos apoyo gobiernan con amplia libertad. Esto es claro que tiene que ver con una ideología. Cuando pensamos en casos mucho más ajenos a estos esquemas como Turquía, queda claramente desfasada la idea de un voto igual a derechos. La expresión incluso no siempre es igual a derechos. La libertad de prensa aunque no perfecta existió en muchas sociedades antes que el voto masivo.
3)      La idea de que los medios de comunicación que en muchos casos eran empresas privadas, es decir estamos excluyendo la democratización en Europa del Este, los autoritarismos tuvieron medios controlados pero que fueron lucrativos. Es decir, pudieron existir empresas que pudieron pasar del umbral democrático al autoritario como si fueran meros reflejos de la sociedad [El no considerarlos colaboracionistas es de por sí grave]. Este es el problema de la libertad de expresión en su máxima expresión: no se trata simplemente de la libertad de los periodistas sino de la responsabilidad de los medios de comunicación. ¿Los medios están realmente obligados a defender la democracia? Esta pregunta se va diluyendo en la medida que se supone que la prensa al defenderse a sí mismo asegura la libertad de expresión pero incluso eso no da garantías que un sistema no colapse. Esto se pudo ver en el gobierno de Allende y de Illia, la prensa no se auto-obliga a defender la democracia.
4)      La mayor parte de las caídas de las “nuevas democracias” fueron por problemas en sus clases dirigentes, no fueron revoluciones en el sentido clásico del término. Los colapsos no fueron de la misma forma en la que podrían haber sido en el siglo XX, justamente por eso, Hugo Chávez cuando falla en su golpe de Estado muestra que las democracias pueden soportar las formas clásicas de golpe de Estado. Pero lo que es cierto es que la crisis en el sistema político continúo. Lo mismo se puede decir en España o Grecia, pero es claro que en estos países, la crisis no afectó a todos los partidos de la misma manera, y esto mismo pasó en otros países como México con el PRI, y en Argentina con el peronismo. Es decir, si Acción Democrática hubiese sido un partido más fuerte tal vez jamás habría ocurrido gran parte de los procesos que se dieron en Venezuela.

Cuando entendemos esto, podemos avanzar: los procesos a mediano y largo plazo en Latinoamérica; mostraron la internacionalización progresiva del capitalismo y la globalización, en sus idas y venidas, muestran una firma continuidad, y que incluso hoy cuando caen gobiernos como en Honduras y Paraguay, se abre la puerta a una forma mas o menos predecible. Esto tiene que ver con la dificultad que tienen los países de romper rápidamente con sus condiciones materiales de existencia. Es decir el sistema democrático como funciona hoy en muchas partes del mundo no puede, desde el punto de vista de las elecciones cambiar drásticamente el rumbo económico sino que al revés; las grandes crisis, pueden cambiar constituciones, modificar el régimen político, alterar el plano de las relaciones internacionales pero difícilmente cambie el rol de estos países en la economía internacional. ¿Cuán amenazante puede ser un país como Argentina o Venezuela para superpotencias como China o Estados Unidos cuando ninguno de ellos tiene armas tácticas?

Curiosamente esto es lo que no suele ser interrogado, bien se puede sospechar que una potencia económica puede financiar grandes organizaciones terroristas y eso en última instancia es resultado de su “razón de Estado” esto es inadmisible para los países latinoamericanos, o de Europa del Sur, o de Europa del Este. Esto se puede entender en muchos casos particulares, se puede entender por ejemplo cuando se considera el papel de los juicios en Camboya al respecto del Pol Pot, porque el partido actual es el continuador natural del partido de la Kampuchea Democrática, la esperanza de un juicio tradicional o como se considera en torno a los derechos humanos se vuelve inverosímil. ¿Pero qué hace que el partido reciclado de Pol Pot tenga menos enemigos que Venezuela, o Afganistán o Libia? En este sentido debemos considerar no lo que los venezolanos, camboyanos, o afganos “merecen” porque esto es una abstracción. Sabemos por ejemplo que los CONTRAS fueron financiados por Estados Unidos contra los sandinistas. Conocemos los distintos papeles que tuvieron ciertos militares entrenados en las dictaduras del cono sur en la represión en Latinoamérica y especialmente en Centroamérica. Ahora rápidamente podemos saber cuáles son los peligros clave que se manejan entre estos países; el primero de ellos es que China se ha por ejemplo una importante capacidad de intervención sobre la región. China por primera vez está dispuesta a tener sus propios países “satélite”, y si Nicolás Maduro es o no, un buen presidente poco le importa a China [Cosa que no es analizada porque se prefiere pensar en sólo se trata de una puja: democracia/autoritarismo]. Esto por ejemplo no ocurrió con Honduras o Paraguay. ¿Lugo habría caído si China hubiese trabajado mucho más por su continuidad? Porque la diplomacia china es para nosotros latinoamericanos algo difícil de entender sólo podemos ver el juego de los grandes actores mundiales. Pero podemos estar muy seguros que la idea de “soberanía” sea en Venezuela, en Ucrania o Irak, tiene que ver con la permanencia de los regímenes vigentes mientras que la “democracia” es el valor para analizar los posibles regímenes que pudieran reemplazar a los vigentes. En este sentido Egipto es muy claro, su evolución ha sido una muestra clara de las frustraciones de los democratizadores espontáneos. Si consideramos el peso que tiene el ejército en Egipto o en Venezuela, rápidamente podríamos dejar de lado a María Corina Machado o a Nicolás Maduro. ¿Acaso estos son líderes indiscutibles del ejército? Lo trillado sería creer que sí. Egipto mostró como el ejército sigue siendo el factor del Estado. En muchos países pueden ser las cámaras empresariales, o los sindicatos.

Un ejemplo de ello fueron las mismas contradicciones en la política de DD HH: Fujimori es un caso poco citado por los críticos de cómo pensar los DD HH, primero porque fue un implacable aniquilador de Sendero Luminoso, segundo porque su auto-golpe es mucho más burdo que cualquiera imputación que se haga de lo que fue el proceso constitucional de Evo Morales o Hugo Chávez, tercero porque Fujimori no logró como Pinochet crear un sistema a medida para poder volver a la democracia. Por eso cuando pensamos en Fujimori podemos ver un autoritarismo que no es “bolivariano” y que su vida estuvo determinada por ideas bastante ajenas a lo que se imputa a un Correa por ejemplo. En este sentido parece que se olvida que la democracia en el continente nunca ha estado a “salvo” cuando un presidente no caía por un juicio político, podría ser desplazado por un golpe de mercado y cuando esto no pasaba, el golpe de estado, e incluso cuando se pone el término de “golpe de estado blando” queda claro que no hay gobierno que este cien por cierto a salvo desde los ochenta a la fecha.

Cuando esto se tiene en cuenta, deberíamos pensar que lo raro fuera que la llegada de un gobernante en particular fuera capaz de terminar con estas típicas crisis de los presidentes y sus sistemas. La democracia bolivariana podría sufrir golpes blandos como la democracia chilena podría ser ataca por terroristas, es decir, cuando se piensa en como los gobiernos dicen- es aquí donde se tiene que poner el límite dentro del régimen dentro de un estado concreto; nos damos cuenta que basta entender que la democracia no es una definición unívoca, sino que la democracia de un estado en particular. A excepción de Cuba donde el partido comunista es “invencible”, por todos los medios posibles, todo régimen político en el continente podría sucumbir. En este sentido, las potencias no piensan en gobiernos de larga duración en América Latina, esto es un desafío único de los latinoamericanos, si lo creen importante. Justamente por esto en las reformas del Estado, necesarias según las exigencias de Estados Unidos poco importa, qué gobernante le va bien, o cual le va mal, cuando Menem, logró la reforma del Estado en una forma en que Carlos Andrés Pérez no pudo Estados Unidos no creyó que esto pudiera ser la base de lo que podría explicar porque Venezuela y Argentina divergen tanto en crisis que llevaron sus regímenes de partidos al colapso.

1) Estados Unidos no tiene en la actualidad como centro América Latina, cuando consideramos que Estados Unidos aún es la mayor superpotencia, Oriente Medio, el Mar de China Meridional, Ucrania, y el resto de los conflictos de su agenda la han mantenido muy lejos de América Latina.
2) Venezuela es descripta según el observador como una crisis larga, en la cual el gobierno va a tener que ir deglutiendo el frente opositor por los medios más o menos democráticos, otros que consideran que se trata de una crisis corta que tiene que ver con la administración de cuentas públicas porque esencialmente la política venezolana no se ha modificado sustancialmente. Por último que la crisis es terminal y que llevaría necesariamente a una nueva etapa porque la oposición es irreductible.
La gran diferencia que hay con otras regiones del mundo es que la crisis del gobierno depende de muchos factores. Muchas veces los gobiernos que fracasan son los que colapsando abren paso a una etapa. Se ha preferido pensar que el régimen como tal en muchos países latinoamericanos no tiene un reemplazante o continuador es decir esta formula: “No hay sucesor para los Correa, Chávez, Kirchner, Morales” – se considera que países como Uruguay o Chile, si cuentan con esta forma de poder seguir evolucionando institucionalmente. Ahora, si cualquiera de ellos puede crear una descendencia exitosa, el fracaso de estas teorías sería rotundo. 
3) Podemos decir rápidamente el futuro del Partido Justicialista en Argentina, el futuro del PSUV en Venezuela, el partido “Alianza País” en Ecuador y del PT en Brasil. Ellos son pese a todo la base del poder, porque se mezclan dos grandes problemas, se supone a priori que el gobierno es de una personalidad que le da consistencia a todo el sistema y que si esta, el sistema muerte por un simple fenómeno carismático. Esto claramente puede ser negado en la historia del PRI, hay un partido en la América Hispana que se resiste a esto, pero claro tiene la famosa cláusula de no re-elección. Es más bien la re-re-re elección como se dice vulgarmente o la reelección indefinida lo que hace caer al régimen y no, lo contrario. Si el PJ o el PSUV pudieran hallar una formula tal cual creo Cárdenas, virtualmente no tendrían realmente competidores. Esto hoy parece ser un problema menor, sobre todo para aquellos que dicen que “Muerto el perro se acaba la rabia” tal cual concibió Pinochet sobre Allende. Pero como sabemos que los opositores no dicen querer modificar las constituciones, y que los sucesores o delfines dentro de la mismas fuerzas no lo harían. ¿Cómo evitar que el juego continúe dentro de los mismos parámetros?

Luego se puede considerar que desde un lugar no muy feliz, se imputa una venganza en Latinoamérica de algo que se cree “necesario”, es decir, la justicia contra estos hombres que en tiempos difíciles habrían hecho lo que hicieron, es mostrarse excesivamente indulgentes con ellos aunque sobre todo pensar que lo otro, la expansión socialistas hubiera sido el peor escenario posible aunque no se lo declame a los cuatro vientos. Banalizar el número de víctimas, en una región geopolíticamente tan poco relevante como fue Latinoamérica para las dos superpotencias, la URSS que no apoyó tan fuertemente a los enemigos de Estados Unidos, y Estados Unidos que con una gran ventaja simplemente violó su propio discurso manteniendo toda dictadura que fuera “hostil” a la URSS. Desde ese punto de vista, los socios locales de Estados Unidos fueron sin duda grandes fracasados en muchas de sus políticas y muy exitosos en otras. El gran fracaso de estos agentes que hoy se consideran perseguidos, fue el No al ALCA y la no dolarización de la región. Estados Unidos, comprende que la dolarización es la forma definitiva de anexión. En este sentido la transición a la democracia en los 80´ no afecta este objetivo. Una y otra vez, Estados Unidos quiere lograr que el libre comercio según sus parámetros, ponga en un estado de postración a todas las otras unidades políticas, como en la UE en la actualidad, esto ocurre pero con una diferencia, Estados Unidos respeta menos a Paraguay que lo que Alemania tal vez “respeta” a Grecia. Esto no es medida de escándalo alguno, los estrechos caminos de Latinoamérica en el escenario internacional, muestran que la región es presionada por distintos proyectos, y que la soberanía se va erosionando a la par de las crisis económicas.


            Curiosamente los partidos como el PSUV, Alianza País, el Partido Justicialista, el PT parecen la caja de Pandora, donde podrían estar contenidos todos los males y temores, sus dirigentes máximos, serían las caras visibles de esos procesos, Paraguay con el Partido Colorado y México con el PRI son excepciones pese a que le podrían caber juicios de este tipo, pero no convienen a Estados Unidos. La caprichosa línea ha sido tan burda, que los fracasos en la integración virtualmente América Latina está dividida entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR, la CELAC por lo menos por ahora no ha sido capaz de hegemonizar. En este sentido la decadencia de la OEA, de su lógica paternal, muestra que los Estados Latinoamericanos, buscan: a) evitar la intervención militar, b) tratar de obtener el máximo de los beneficios incluso cuando pierden frente a un poder exterior. c) Buscan también maximizar cuando les resulta provechoso ciertas relaciones regionales, y más cuando pueden ser free riders, es decir, no perder casi nada en pos de la integración, eso se puede ver en la no existencia de una moneda latinoamericana, y en la no unión de las FF.AA de todos los países en una alianza común. La “venganza” si tal cosa cabe, en vez de una ofensiva, se trata del papel de los medios de comunicación particulares que han asumido de forma paranoica que su papel como cuarto poder, podría ser similar  a lo que ocurre en Estados Unidos, podemos darnos cuenta que incluso aunque todo fuera una manipulación, estos medios al intentar sacar provecho de las crisis de gobierno, al querer se ellas árbitros entre los políticos como las FF.AA en la mitad del siglo XX, han ganado una preponderancia que sería absurda en otros casos. La relación de zigzag en estos procesos y su defensa por estas líneas editoriales, muestran que la crisis no los afecta tan directamente. Si podemos decir que hay grandes partidos y grandes medios de comunicación que cuando se enfrentan ponen en riesgo la gobernabilidad. 

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