Giros a la izquierda en
América Latina y nuevas configuraciones en el siglo XXI
Construcciones políticas y
sociales del PT en Brasil y del MAS en Bolivia.
Estefanía Soledad
Otero[1]
Introducción
La llegada al gobierno en Brasil y Bolivia
de un obrero metalúrgico y un indígena aymara –al inicio del siglo XXI- constituye en América Latina un claro giro a
la izquierda, y marca una fractura histórica respecto de los gobiernos
ortodoxos que gobernaron dichos países durante la década de los ´90 con
asesores de traje inspirados en la Escuela de Chicago. Así, el siglo XXI
presenta un nuevo escenario político y social en el continente en el cual
Chile, Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay constituyen (junto al nuevo
Gobierno de los Estados Unidos) cambios relevantes en el marco internacional.
Los procesos y la articulación política que
caracterizan tanto a Lula da Silva como
a Evo Morales reflejan que el Movimiento al Socialismo y el Partido de los
Trabajadores comparten similitudes interesantes de analizar a la hora de
señalar un marco comparativo entre ambos partidos.
A nivel partidario, ambos líderes provienen
de sectores marginados pero diversos de los respectivos países; ambos ampliaron
las bases electorales y militantes (cuentan con el apoyo de los movimientos de
los sin tierra, de las confederaciones de trabajadores, de sectores urbanos
medios y bajos, etc.); ambos fueron conquistando intendencias, diputaciones,
etc., antes de llegar a la presidencia.
Y a nivel nacional –previamente a la
llegada de la izquierda- en ambos países hubo destitución de presidentes (por
corrupción, por mal ejercicio, por crisis generales, etc.), en ambos países
existió la misma línea histórica: dictadura, gobierno neoliberal y giro a la
izquierda; y en la actualidad ambos líderes proponen un importante rol de la
participación social; entre otras características.
Por supuesto que también existen grandes
diferencias. La dimensión del mercado interno, el nivel comercial, los recursos
naturales, las problemáticas internas, las medidas políticas y económicas, la
cantidad de población, entre otros. Pero estas diferencias son entendibles de
acuerdo al momento histórico y a las necesidades que cada país atraviesa.
Realizar un recorrido histórico que
explique la formación del PT y el MAS en perspectiva comparada y señalar los
modelos de gobierno de cada uno y sus desafíos, son los puntos clave que se
desarrollarán en este trabajo.
Coyunturas, sectores sociales
y estructuras políticas durante
la construcción política y social del PT y el
MAS.
La construcción política del
PT
Para
abordar la constitución del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil resulta
necesario remitirnos a la década de 1980. Su trayectoria se basa en la formación
de un partido-movimiento relevante
por un liderazgo que reflejaba un
símbolo de lo social, que buscaba fuertemente combatir la tradicional estructura
partidaria de Brasil.[2]
Para
realizar este apartado, resulta interesante cuestionarse una serie de
preguntas. ¿Cuál fue la base original de sectores sociales que fundaron al PT?
¿En qué contexto se dio dicha fundación? ¿Qué otros partidos formaban parte de
la estructura partidaria?
El PT articula las propuestas de sectores
sociales que históricamente habían sido marginados del sistema político, condenados
a la pobreza, al analfabetismo, a las crisis económicas, etc., lo que
representa una fuerte respuesta por parte de estos sectores que finalmente
decidieron converger dentro de un mismo partido político. Tanto es así que
militantes de la Central Única de los Trabajadores, el Movimiento de los Sin
Tierra, la Unión Nacional de los Estudiantes, diversos movimientos de
campesinos (resulta simbólica la figura de “Chico” Méndez, un líder sindical y
campesino que fue desaparecido por la policía federal durante el gobierno de
Collor) y sectores medios y bajos urbanos de las ciudades de Brasil fueron
parte de la composición de este partido.[3]
La fuerte imbricación de PT con los
movimientos obreros y sociales puede percibirse tanto en su inserción electoral
como en su bancada parlamentaria. De hecho, durante los años ´80 el PT tiene
preponderancia en el ABCD de San Pablo, donde obtiene su primera Prefeitura
(Ciudad de Diadema) y su constituyente en San Bernardo, quien fuera Lula da
Silva.
Durante los años ´90 creció el apoyo de
sectores medios -especialmente en los grandes centros urbanos (como por
ejemplo: San Pablo, Porto Alegre, Belo Horizonte, etc.)- y en la actualidad,
vuelve a revertirse la tendencia en la cual el PT crece en sectores marginados,
como lo es el nordeste brasileño.
Por
supuesto que si bien quienes formaron parte de la fundación del PT fueron
sectores dentro de estas organizaciones, y no ellas en su totalidad, la
construcción programática constantemente tiene referencia en esas estructuras
sociales.
Para
el caso del ascenso –lento pero progresivo- de Lula da Silva desde el PT como
afirma Raimundo Santos es difícil evaluarlo sin considerar la relevancia del
“gran movimiento social” que desde su creación en 1979 reunió a distintos
grupos de las izquierdas remanentes de la época de la dictadura de 1964,
tomando en cuenta una postura anti-elitista y hasta incluso severamente crítica
de la política corriente del país.[4]
Entre otras críticas postuladas durante el
gobierno de Cardoso en la década de los ´90 el PT sostenía que Brasil había
hecho mal en seguir “ciegamente” las recetas del Consenso de Washington y por
haberse subordinado al FMI. Según el PT estas medidas llevaban a Brasil a la
suma pobreza de su población.[5]
Estos motivos provocaban el respaldo de diversos sectores de la sociedad
brasileña hacia el PT. A tal punto, que –por primera vez- el noreste brasileño apoyó
esta iniciativa e incluso la eligió cuando Lula ganó la presidencia.
Mientras
que durante los ´80 y los ´90 Cardoso iba consagrándose a través de las
instituciones y en la fundación del Partido de la Socialdemocracia Brasileña
(PSDB), el PT también seguía creciendo en todo el país. Comenzó a ganar
espacios políticos en el ámbito municipal y luego en las gobernaciones (en 1982
conquista su primera gobernación y en 1989 se asoma con más fuerza en Porto
Alegre, Rio Grande do Sul, comenzando a llevar lo que luego será petista de gobernar).
Por
lo tanto, el PT se expande a partir de dos dimensiones: 1- la local, impulsando
políticas públicas innovadoras desde los gobiernos locales y 2- la nacional,
bregando por no pagar la deuda externa como solución para todos los males.[6]
¿Cuáles
son las ideas principales y medios con las cuales el PT se expande en Brasil? Según
Marco Aurélio Garcia[7],
existen tres claros componentes:
- El
componente obrero, representado por tres tipos de luchas: contra la
crisis, por la autonomía y libertad sindical y contra la organización del
proceso de trabajo y la disciplina patronal en las empresas.
- El componente
social, que hace referencia a la participación de su construcción de obreros
de fábricas y trabajadores del área de servicios, campesinos y
trabajadores rurales, profesionales liberales y técnicos asalariados,
pobres de las periferias urbanas. Estos sectores sociales –dice el autor-
garantizaban un programa que trascendía los componentes obreros.
- El
componente político, es decir, ex militantes de organizaciones de
izquierda, grupos y partidos de extrema izquierda, católicos ligados a las
iglesias progresistas, personalidades vinculadas a la lucha por los
derechos humanos, sectores más radicalizados de la oposición democrática,
etc., que permitían que el PT ampliase diversamente su concepto de
democracia.
El autor establece que todos estos sectores
“incorporaban temas fundamentales para la renovación de la cultura política de
izquierda, que apuntaban para una comprensión mayor de los procesos de
exploración explotación y dominación y, por consecuencia, ampliaban el espectro
de las luchas por la democracia”.
Incorporando temáticas que no estaban en la agenda de la izquierda
tradicional: feminismo, ecologismo, igualdad racial, defensa de derechos de
niños, etc. Especialmente contenidas en las gestiones locales a través de la
participación.[8]
Una
vez analizada la composición e ideas del PT, veamos cómo llega a conquistar la
presidencia del país.
Ascenso al Gobierno del PT
Vale la pena resaltar cuáles fueron los
partidos políticos y los presidentes pos dictadura (1964-1985) que precedieron
la llegada de Lula al gobierno[9]
así como los resultados que obtuvo el actual presidente de Brasil.
Presidentes brasileños desde
1985 hasta la actualidad.
PERÍODO
|
PRESIDENTE
|
PARTIDO
POLÍTICO
|
1985-1990
|
Sarney
|
PMDB
|
1990-1992
|
Collor de Melo
|
PRN
|
1992-1995
|
Itamar Franco
|
PMDB
|
1995-1999
|
Henrique Cardoso
|
PSDB
|
1999-2003
|
Ídem
|
-
|
2003-2007
|
Lula da Silva
|
PT
|
2007-2009
|
Ídem
|
-
|
Elaboración propia.
Resultados
de la Elección Presidencial de 2002
Candidatos
|
Votos
|
% Primera ronda
|
Votos
|
% Segunda ronda
|
39,436,099
|
46.4
|
52,772,475
|
61.3
|
|
José Serra
(PSDB, PMDB, PP)
|
19,694,843
|
23.2
|
33,356,860
|
38.7
|
Anthony Garotinho (PSB,
PGT, PTC)
|
15,176,204
|
17.9
|
-
|
-
|
Ciro Gomes
(PPS, PDT, PTB)
|
10,166,324
|
12.0
|
-
|
-
|
402,236
|
0.5
|
-
|
-
|
|
38,619
|
0.0
|
-
|
-
|
|
Total
|
84,914,015
|
100
|
86,129,335
|
100
|
Como se puede observar en el primer cuadro,
el PT llega para irrumpir en la estructura política de Brasil, ya que tanto el
PMDB (partido político que le otorga continuidad al MDB[10]),
como el PFL y el PSDB eran los tres partidos mayoritarios en el país, y los que
habían ocupado 18 años de gobierno nacional luego de la llegada de la
democracia. Todos ellos gobiernos que aplicaban medidas ortodoxas, y que –de
alguna manera- dieron nacimiento a los cuestionamientos del PT hacia el orden
instalado.
Si bien es cierto que los cuatro partidos
políticos se constituyen en una misma época (en la década de los ´80 se
legalizan los partidos, ya que desde 1964 existió un bipartidismo entre el MDB
y la A.R.E.N.A), es verdad que el PT es el único partido (de los relevantes en
Brasil) que desde su nacimiento cuestiona fuertemente las medidas ortodoxas
implementadas por todos los gobiernos anteriores a la llegada de Lula da Silva,
es decir, el PT irrumpe en la escena electoral con una fuerte base crítica a la
estructura política contemporánea.[11]
Es importante notar los cambios políticos
que implicaron al PT y a Lula perder en tres ocasiones las presidenciales.
Knoop explica que para 2002 el PT y su líder piensan una nueva estrategia
política encarnada en:
1- la unificación del PT alrededor de un
discurso más moderado, es decir, establecer que el PT era una organización
popular (y no de cuadros) moderada;
2- la elección de un vicepresidente empresario
de la rama textil (en pos de tranquilizar a los medios de comunicación y al sector
privado) y
3- la elaboración de la “Carta al Pueblo”, que
declaraba intentos de producir cambios en el país, y a la vez manteniendo la
estabilidad económica,[12]
reclamando constantemente la ciudadanía política.
Con estas estrategias el PT conquista la
presidencia de la República con Lula da Silva al frente en el año 2002 con el
61.3 % de los sufragios en segunda vuelta, según muestra el cuadro arriba.
La gran hora del MAS
Así
como decíamos que el PT es un partido político compuesto por diversos sectores
sociales (marginados) y surgido en base a un fuerte cuestionamiento crítico de
la realidad brasileña, también el MAS boliviano será un partido político que
funcionará como herramienta política de diferentes sectores sociales que
confluirán con Evo Morales hacia la presidencia a inicios del siglo XXI, y en
donde la posición crítica y la fragmentación de la estructura política nacional
también será eje central de articulación de dicho partido.
Un PT
con un líder obrero metalúrgico (y analfabeto) que se forma en 1979 y en 1982
ya gana su primera gobernación, y un MAS con un líder indígena aymara que por
primera vez gana la presidencia en un país cuya población es, en gran medida,
proveniente de los pueblos originarios.
Mientras
en Brasil existió una larga dictadura entre 1964 y 1985, que frenó el ascenso
popular, en 1952 en Bolivia se producía una revolución nacional protagonizada
–principalmente- por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y
sindicatos mineros del estaño (COB). Acontecimiento cuyas secuelas serán muy
importantes para el MAS.[13]
Sin
embargo, si bien los hechos históricos en ambos países difieren se podría
establecer una línea similar a grandes rasgos, es decir:
País
|
Período
|
Hecho histórico
|
Brasil
|
1964 – 1985
|
Regímenes militares
|
|
1985 – 2003
|
Gobiernos
neoliberales
|
|
2003 – actualidad
|
Giro a la izquierda
|
Bolivia
|
1964 – 1982
|
Regímenes militares
|
|
1982 – 2006
|
Gobiernos
neoliberales
|
|
2006 – actualidad
|
Giro a la izquierda
|
Elaboración propia.
Entonces,
si la composición del PT consta de sectores sociales marginados, ¿cuál es la
formación del MAS y de dónde proviene su creación?
En
primer lugar, un sector social con suma relevancia y trascendencia dentro del
MAS es el movimiento aymara, compuesto por: sindicatos campesinos y
organizaciones tradicionales de la comunidad, los intelectuales aymaras y la
dirigencia política.[14]
En segundo lugar, los movimientos sindicales (especialmente cocaleros) forman
parte de la continuidad de los movimientos sociales del ´52 y su presencia en
la actualidad (incluso como funcionarios públicos del gobierno de Morales).[15]
En tercer lugar, también conforma al MAS la COB, cuyos miembros son
sindicalistas mineros.
Si
bien es cierto que las banderas de lucha no son inventos del MAS, el indigenismo,
el nacionalismo, la diversidad, son ideas que el partido recupera a lo largo de
su historia.[16]
La tarea
que tuvo el MAS desde sus inicios fue la articulación constante entre diversos
sectores de la población boliviana, necesaria para lograr cierto consenso
social que contribuyera al fortalecimiento del mismo partido.
En
parte por esta articulación y por la conjunción de amplios sectores es que
muchos autores plantean la idea de un movimiento social más que la de un
partido (de hecho, es lo que indica su nombre propio). Algunas definiciones que
se hacen acerca del MAS son:
1- Un nuevo nacionalismo plebeyo, impulsor de
procesos de modernización en una línea neodesarrollista, en el seno del cual
los tradicionales clivajes pueblo / oligarquía son atravesados por una
etnificación de la política. (Según P. Stefanoni).
2- Un movimiento indígena, mestizo, plural.
(Según Garía Lineras)
3- Organización / Movimiento centralmente
campesino, nacionalista popular, indigenista. (Según N. Salerno).
Por lo tanto, el MAS también como el PT (y
a través de un largo proceso social) llega al país para romper con la vieja
estructura partidaria que había dominado al país durante muchos años.
Históricamente,
el MAS se constituye en 1987, pasando por varias instancias de cambios del
nombre, debido a la imposibilidad burocrática de constituirse en partido
político legal. En ese momento, en Bolivia ya estaban gobernando presidentes
neoliberales como ser Paz Estenssoro, recordado por su protagonismo en la
revolución del ´52 en el MNR. El resto de la estructura partidaria desde la
vuelta de la democracia estaba compuesta de la siguiente manera:
Siles Zuazo (MNR)
|
||
Paz Estenssoro (MNR)
|
||
Paz Zamora
(MIR)
|
||
Sánchez de Lozada (MNR)
|
||
Banzer Suárez (ADN)
|
||
Quiroga Ramírez (ADN)
|
||
Sánchez de Lozada (MNR)
|
||
Mesa
(MNR)
|
||
Rodríguez Veltzé (-)
|
||
Evo Morales
(MAS)
|
Actualidad
|
Elaboración propia.
Esta
misma estructura partidaria muestra que el MAS (al igual que el PT) irrumpe en
la escena electoral quebrando la estructura tradicional de los partidos de
Bolivia.
¿De
qué trata, entonces, el camino electoral que lleva a Evo Morales desde el MAS a
la presidencia? Esta pregunta nos obliga a realizar un breve recorrido
histórico de la construcción política y social del MAS.
Rafael Archondo analiza varios componentes[17].
1- Anti-imperialismo: Evo Morales condujo
desde 1990 el sindicalismo campesino construido por los productores de la hoja
de cosas de la región de Cochabamba. Es decir, cuando en 1995 hizo su primera
aparición electoral, ya era un líder reconocido. Luego, Evo Morales (a través
de sus manifestaciones, discursos, etc.) se empieza a convertir en un enemigo
acérrimo de la Casa Blanca, y eso explica su crecimiento aún mayor como líder
político.
2- Mirada planetaria: el Mas y Morales fueron
aprendiendo a valorar los contactos externos, teniendo la inteligencia de internacionalizar
la lucha en defensa de la coca, en situaciones en las cuales su país le daba la
espalda.
3- Probada utilidad de las elecciones: una vez
obtenida la personería jurídica, en 1995 el MAS gana todas las alcaldías de
Chapare, siendo hoy en día alrededor de 100 alcaldes en todo el país. Y en el
mismo año, Morales asume su primera diputación nacional.
Estos grandes momentos del MAS logran
obtener articulaciones y espacios políticos para
seguir creciendo. A tal punto que en 2006, por fin,
Evo Morales conquista la presidencia de Bolivia.
Sin
embargo, no fueron sencillos esos pasos. Luego de la llegada de la democracia,
el país atravesó gobiernos fuertemente ortodoxos y crisis políticas y
económicas que, incluso, dieron lugar a una seguidilla de derrotas de los
presidentes a partir de 2000, cuando el Programa Nueva Política Económica provoca
levantamientos de campesinos e indígenas en las ciudades bolivianas, sobre todo
a partir de las llamadas “guerras del agua y del gas”. Estos acontecimientos
dan cuenta de la crisis de representación generalizada en Bolivia, cuya
estructura partidaria no daba a basto.[18]
Los
enfrentamientos con la policía, las represiones y castigos a las
manifestaciones, provocaron que Evo Morales se consolide como el verdadero líder
de los movimientos sociales. Y en este sentido, el MAS termina por ser la
herramienta política para llevar a Evo Morales al gobierno en 2006.
Medidas políticas, económicas
y sociales de los gobiernos de Evo Morales y Lula da Silva.
Luego
de analizar la composición del PT y del MAS y cómo llegaron al gobierno, ahora
nos referiremos a realizar una breve exposición de las medidas políticas,
económicas y sociales de ambos gobiernos.
En
la actualidad, el Presidente brasileño se encuentra sumergido (y ya desde hace
algún tiempo) en denuncias de corrupción por “acciones peculiares”, según la
prensa. Hace dos años esas denuncias hacían referencia directamente a
funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional. La primera reacción de Lula da Silva
fue la de “hacer” renunciar a todos esos funcionarios, fueran o no culpables.
Además, se expulsaron del PT a todos los involucrados en denuncias de
corrupción. Hoy por hoy las denuncias están vinculadas a gastos del Senado,
situación que excedería las responsabilidades directas del mandatario.
Para
el caso del gobierno de Evo Morales los conflictos son mayores y más
prevalecientes. La lucha económica entre el gobierno nacional y los líderes de
las ciudades que buscan convertirse en autonomías, ha provocado estallidos sociales
y crisis políticas desde la llegada del MAS a la presidencia. No es casual la
búsqueda de las autonomías, ya que son los sectores más ricos del país y en los
cuales está gestionando la derecha.
Con
esto se quiere decir que si bien en ambos países existen fuertes
cuestionamientos políticos hacia el PT y el MAS (hay presencia de intereses
contrapuestos en cualquier parte del mundo, especialmente de sectores que ven
socavados sus privilegios e intereses) aún así, estos gobiernos han
implementado e impulsado importantes medidas en sus respectivos países, que
claramente marcan fracturas con los gobiernos anteriores.
El Gobierno de Lula da Silva.
El
Brasil de Lula promueve cinco políticas[19]
concretas:
- Reforma
Agraria: el Programa Nacional de Reforma Agraria (PNRA) trabaja con el
concepto de desarrollo territorial. El objetivo es eliminar la idea de un
modelo único de asentamiento, garantizar la creación y el desarrollo de
estas, de acuerdo a las capacidades y las características de cada región.
- Reforma Urbana:
creación del Ministerio de las Ciudades. Este Ministerio se ocupa de la
política de desarrollo urbano y las políticas sectoriales de vivienda,
saneamiento ambiental, transporte urbano y de tránsito. A través de la Caja
Económica Federal, los recursos de funcionamiento, el Ministerio trabaja
en forma coordinada y unida con los estados y municipios, y los
movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, sector privado y
otros sectores de la sociedad.[20]
- Reforma
Educativa: desde el Plan de Desarrollo de la Educación (PDE), que se
inició en abril de 2007, el Programa Brasil Alfabetizado, 2003, cambió su
concepto. Ahora, la alfabetización de los adultos y jóvenes se realiza
principalmente por profesores voluntarios de las redes públicas, en el
contraturno de su actividad.
- Política
Exterior: se incorpora al Consejo de Seguridad de la ONU.
- Democracia
Participativa: mecanismos de participación ciudadana. Creación del Consejo
de Desarrollo Económico y Social y el Foro Gubernamental de Participación
Ciudadana.
Entre otras medidas, desde el año 2003, Bolsa Familia es el programa de
transferencia de recursos del programa Hambre Cero, que fue creado para atender
dos finalidades básicas: enfrentar el mayor desafío de la sociedad brasileña,
que es el de combatir la miseria y la exclusión social, y promover la
emancipación de las familias consideradas pobres.[21]
Por su parte, Hambre Cero es una política pública que busca erradicar el hambre
y la exclusión social. Expresó una política porque el Gobierno Federal tomó la
decisión de enmarcar el problema del hambre como un problema nacional y no como
una sola víctima mortal. Es público porque, además del Estado, implica a toda
la sociedad. En su discurso de asunción, Lula apelaba a los grandes consensos
brasileños: Eu fico, a República, o Pretroleo e nosso, o Desarroio, e agora o
Fome Zero (Brasilia, 1/1/2003).
El resutado ésta política fue la reducción
de la desigualdad ecómica, expresada en el coeficiente de Gini, que como
señalan las estadísticas, durante el período 2001-2008, tuvo una reducción
anual de 0,7, como informa el IEGB.[22]
El Gobierno de Evo Morales.
Lo
primero que vale aquí exponer es la convocatoria a la Asamblea Constituyente,
en pos de “refundar la Nación”. Al igual que Chávez y Correa, Morales buscó
renovar la Constitución nacional con el objetivo de modificarle aquellos
conceptos tradicionales. Tanto es así que su preámbulo establece hoy un “Estado
Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario” y postula: “Dejamos en el
pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal”.[23]
El Gobierno boliviano piensa un nuevo
Estado, calificado por García Linera[24]
como:
- diverso
(presencia de las ONG y de intelectuales en la función pública),
- productivo
(autodetermina la economía, es el primer inversor y acumulador, posee
superávit, etc.) y
- descentralizado
(ha creado unidades de gestión pública más reducidas).
Otra medida relevante fue la
nacionalización de los hidrocarburos. Políticamente, esta medida había acrecentado
la popularidad de Morales al 81 %. Lo que hace esta medida es restituirle al
Estado nacional la propiedad, posesión y el control de total y absoluto del gas
y del petróleo. Esto le permitía al Estado captar una mayor tajada de la renga
gasífera.
Sin embargo, no todo es color de rosas y en
Bolivia aún queda un largo camino por construir para mejorar. Y ese comentario
hace referencia a los índices de pobreza que aún hoy existen en el país.[25]
Conclusiones y desafíos.
Mucha de la bibliografía actual sobre
América Latina plantea que en el continente se viene produciendo un “giro a la
izquierda” en muchos de los países. Sin embargo, aquí diríamos que, en
realidad, son varios y distintos los giros a la izquierda, porque son varias y
distintas las configuraciones políticas y sociales de cada país. Movimientos
sociales, izquierdas independientes, pueblos originarios, trabajadores, grupos
vulnerados, reformas, etc., no son conceptos nuevos, sin embargo, todos ellos
han sido recuperados y traídos al siglo XXI por los nuevos líderes que se han
ido construyendo desde las bases (o no).
En este caso, Bolivia y Brasil son países
que presentan realidades diferentes, claro está.
La realidad política de Brasil, con la
presencia de un multipartidismo realmente complejo, sumado a ello los
escándalos de corrupción del gobierno actual (estando ya en su segundo mandato
y yendo a conquistar el tercero) que por segunda vez azotan al Ejecutivo, la
dificultad que tiene el PT de construir política más allá de su líder, etc.,
provocan ciertos impasses que Lula da Silva debe ir superando en la
cotidianeidad de la gestión del país. Sin embargo, todo esto no impide su
continuidad al frente del gobierno y tampoco lo impide el hecho que no tenga
mayoría parlamentaria.
A Bolivia le toca vivir situaciones que
hasta ahora no se habían puesto en jaque. Es decir, la llegada de un presidente
aymara necesariamente irrumpe con muchas tradiciones que hasta 2006 la sociedad
en general no cuestionaba, pero que a su vez, las insurgencias de 2002-2005
comenzaron a darle forma a este cambio de “paradigma” en Bolivia. Y decimos
paradigma porque las medidas llevadas a cabo por Evo Morales no son menores. Forman
parte de una profunda democratización de la sociedad, que construye imaginarios
poscoloniales y posneoliberales, que no son exactamente parte de un “socialismo
del siglo XXI” pero que sí postulan ítems para una revolución simbólica,
democrática, social, plural, que busca construcciones constantes y
articulaciones que logren consensos. Mal que les pese a algunos, que no son la
mayoría.
Es cierto que en Bolivia también se asoman
peligros que pueden debilitar al nacionalismo indigenista del MAS, como ser las
manifestaciones que se oponen a realizar cambios verdaderos en el país
boliviano.
La intención de describir algunas medidas
de ambos gobiernos está dada por la necesidad de dar cuenta del giro a la
izquierda en Bolivia y Brasil. No es menor que ambos partidos estén compuestos
por los movimientos sociales que han sido protagonistas de protestas masivas
contra el liberalismo (Foro Social Mundial, “Otro Mundo es Posible”, “guerra”
del agua y del gas).
Evidentemente mientras Lula da Silva busca
en sus medidas consolidar los derechos esenciales a la salud, a la educación, a
la vivienda y al trabajo, Evo Morales –en cambio- tiene el propósito (y el
desafío real) de refundar el Estado, sus instituciones, y los mecanismos de
articulación. Estas metas están arraigadas a las historias de los países, a la
necesidad de modernizarlos e insertarse a nivel mundial. Más allá que el
mercado interno de Brasil y el nivel de comercialización, obviamente, varía
mucho respecto de Bolivia, uno de los países más pobres de América del Sur.
Pero a la vez la llegada al gobierno de
partidos políticos con bases militantes marginadas es lo que ha surgido al comienzo
de este nuevo milenio.
Bolivia
y Brasil comparten acontecimientos históricos que marcaron a los países antes de
dar el giro a la izquierda: durante las décadas de los ´60, los ´70 y
principios de los ´80 en ambos países hubo regímenes autoritarios, en los
cuales la estructura política se vio notablemente afectada. Luego, con la
llegada de la democracia y la proliferación partidaria, el MAS y el PT
comenzaron a tener sus chances, obteniendo diputaciones, alcaldías,
prefeituras, etc. Mientras se consolidaban a nivel local y nacional, las presidencias
las ocupaban gobiernos de derecha y neoliberales, con fuertes programas de
recorte, ajuste, privatización, flexibilización laboral. Esto marcaba cada vez
mayor pobreza, indigencia, analfabetismo, marginalización, exclusión,
desempleo.
Incluso,
en ambos países, existieron destituciones de presidentes constitucionales. En
Brasil, Collor de Melo fue acusado de inepto y corrupto por el propio Senado de
la República. Y en Bolivia, Mesa se vio obligado a renunciar por las denuncias
manifestadas por las insurgencias indigenistas a partir de 2002, por subas en
el precio del agua y venta de gas a Chile.
En este contexto, tanto el PT como el MAS
han quebrado las tradicionales estructuras políticas. Partidos políticos de
centro-izquierda, compuestos ambos por movimientos sindicales, campesinos,
obreros, estudiantiles; por sectores urbanos medios y bajos; intelectuales;
profesionales, etc., comparten el afán de criticar con dureza el modelo
neoliberal ortodoxo que los gobiernos anteriores habían instalado con fervor,
haciendo caso al Consenso de Washington y al FMI.
La
participación popular ha sido clave a la hora de conquistar los gobiernos. Aún
hoy (y a pesar de las diferentes instancias por las que le tocó pasar) el PT
mantiene su base electoral y su respaldo en los sectores bajos del noreste
brasileño; sectores sociales que, a su vez, fueron priorizados en las medidas
de Lula da Silva (Hambre Cero, por ejemplo). La alta imagen de Evo Morales se
debe a que la mayoría de la población boliviana es indígena y en ese sentido
apoya las políticas de estatización y recuperación de recursos por parte del
gobierno nacional.
Finalmente,
luego de los debilitamientos en el sistema de representación política durante
los ´90, el PT y el MAS conquistaron la presidencia con real participación
popular. Es claro que sus triunfos reflejan grandes esfuerzos de militancia
social. Representantes de las diversas organizaciones sociales que
configuraban los partidos políticos,
luego asumieron cargos públicos, ejerciendo ellos mismos responsabilidades de
gestión. Es decir, Evo Morales y Lula da Silva, cortaron con la costumbre de
contratar a los chicos de la Escuela de Chicago. Aún queda mucho por hacer,
pero seguro estamos en camino y con más esperanzas que ayer.
Bibliografía
·
Archondo, Rafael. “La ruta de Evo Morales” en Nueva
Sociedad N° 209, 2007
·
Avritzer, Leonardo. "El ascenso del Partido de los
Trabajadores en Brasil: La democracia y la distribución participativas como
alternativas al neoliberalismo", en César Rodríguez Garavito, Patrick
Barrett y Daniel Chávez (eds.), La nueva
izquierda en América Latina. Sus orígenes y trayectoria futura. Norma,
Bogotá, 2005.
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[1] Estudiante avanzada de Ciencia Política. Integrante de la
Asociación Civil Mariano Moreno y del Observatorio Local de Democracia
Participativa www.estefaniaoteroweb.com.ar
[2] Santos, Raimundo. “La crisis en Brasil:
izquierda y política en tiempos recientes” en Nueva Sociedad N° 200. Pág. 7
[3] Ídem. Pág. 10
[4] Ídem. Pág. 2
[5] Knoop, Joachim. “El Brasil con Lula, ¿más
de lo mismo?” en Nueva Sociedad N° 187, Caracas, 2003. Pág. 1
[6] Ídem. Pág. 3
[7] Garcia, Marco Aurélio. “A social democracia
e o PT” en Teoría y Debate N° 2, San Pablo, 1990. Pág. 6
[8] Ídem. Pág. 7. Traducción: Estefanía Soledad
Otero.
[10] El MDB congregó a la oposición al gobierno
durante el régimen militar, haciendo un contrapunto con la ARENA (Alianza
Renovadora Nacional), partido que reunía a los que apoyaban el régimen.
[11] Romero, Ricardo. "Las cuatro
estaciones del PT. Rol histórico del Partido dos Trabalhadores en Brasil".
En Mario Toer y Pablo Martínez Sameck (dir.) Alternativas en América Latina. Los dilemas de la izquierda en el siglo
XXI. Ed. Cooperativas. Buenos Aires. 2006.
Parte del ARENA constituirá el PFL durante el gobierno democrático.
[12] Knoop, Joachim. “El Brasil con Lula, ¿más
de lo mismo?” en Nueva Sociedad N° 187, Caracas, 2003. Pág. 1
[13] Ibañez Rojo, Enrique. "¿Democracia
neoliberal en Bolivia? Sindicalismo, crisis social y estabilidad
política", en Revista del EIAL N° 2, 1993. Págs. 1, 2 y 3.
[14] Zalles, Cueto. “De la revuelta campesina a
la autonomía política: la crisis boliviana y la cuestión aymara” en Nueva
Sociedad N° 182. Pág. 112
[15] Stefanoni, Pablo. “Siete preguntas y siete
respuestas sobre la Bolivia de Evo Morales” en Nueva Sociedad N° 209, 2007.
Pág. 53
[16] Salerno, Nicolás. “Las vinculaciones del
campo popular boliviano con la izquierda, el indigenismo y el nacionalismo” en
el VIII Congreso de SAAP, 2007. Pág. 1
[17]
Archondo, Rafael. “La ruta de Evo Morales” en Nueva Sociedad N° 209,
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[18] Morales, Juan Antonio. “Cambios y consejos
neoliberales en Bolivia” en Nueva Sociedad N° 121, 1992.
[19] Avritzer, Leonardo. "El ascenso del
Partido de los Trabajadores en Brasil: La democracia y la distribución
participativas como alternativas al neoliberalismo", en César Rodríguez
Garavito, Patrick Barrett y Daniel Chávez (eds.), La nueva izquierda en América
Latina. Sus orígenes y trayectoria futura. Norma, Bogotá, 2005.
[24] García Lineras, Álvaro. "Crisis
estatal y época de revolución", en La potencia plebeya. Acción colectiva e
identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia, Prometeo/CLACSO, Buenos
Aires, 2008.
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