Lula resiste a los embates del establishment que busca sacarlo de la cancha
La confirmación de culpabilidad y el aumento de la pena dictados por un tribunal de alzada pone al líder obrero al borde de no poder presentarse a las elecciones de octubre. De todos modos, con el apoyo del PT y de la militancia intentará burlar las estrategias de jueces y fiscales, sostenidas a toda costa por los grandes medios y el poder político, para evitar su regreso la presidencia, cuando las encuestas lo siguen dando como gran favorito.
Mientras transcurría el crepúsculo del día miércoles, la ciudad de Porto Alegre emitía un haz de tristeza para los simpatizantes de Luiz Inácio Lula Da Silva, en especial a los más de 100 mil que hicieron vigilia a las orillas del Lago Guaiba a la espera del fallo del Tribunal Regional Federal N° 4 sobre la condena por presunta corrupción y lavado de dinero que había emitido el juez federal Sergio Moro. Por el contrario, quienes estuvieron alegres fueron el establishment económico-financiero, expresado en la suba de la Bolsa de San Pablo, y los medios como la Rede Globo que dan por sentado el retiro de Lula y empiezan a medir un escenario sin su presencia (ver aparte).
Y es que el pronunciamiento del TRF-4 fue categórico, sus tres miembros votaron a favor de condenar al exmandatario. No sólo eso, sino que al pedido de prisión original de nueve años y medio lo extendieron al máximo que permite el artículo 317 el Código Penal brasileño, que a este delito le asigna 12 años. Este fallo por unanimidad deja a Lula al borde de la imposibilidad de presentarse a las elecciones presidenciales de octubre próximo.
Lo cierto es que Lula enfrenta un doble problema: por un lado, evitar la condena a prisión y, por otro, mantener su candidatura a presidente. En lo que respecta a lo primero, tiene aún la posibilidad de un "recurso de aclaración" a fin de solicitar ampliaciones en el fallo. A su vez, tiene instancias de apelación, primero ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) con un "recurso especial" para discutir el mérito o la nulidad de la acción judicial, no los hechos. En tanto que, posteriormente, podrá realizar un "recurso extraordinario" para cuestionar el fallo o pedir la nulidad del proceso. Si bien la prisión efectiva podría ser solicitada por el TRF-4 al concluir los recursos –de hecho, ya procedió a retirarle el pasaporte al exmandatario, que tenía un viaje programado a Etiopía–, de llegar a esa instancia podrá solicitar un hábeas corpus al TSJ y recurrir al Tribunal Superior Federal (Corte Suprema).
En lo que refiere a su candidatura para las presidenciales de octubre, Lula se verá obligado a sumergirse en una lawfare (guerra jurídica), tan de moda en la región, donde enfrentará las impugnaciones de sus adversarios, que intentarán adosarle la Ley de Ficha Limpia, que impide la presentación de candidaturas de referentes con condenas en segunda instancia.
Entre los días 20 de julio y 15 de agosto, el PT tendrá tiempo de presentar la candidatura que ya fue anunciada. Será el Tribunal Superior Electoral (TSE) el que defina si lo habilita o no, en tanto haya recursos en las instancias judiciales. En caso de vetarlo podría ser reemplazado por el o la compañera de fórmula el 17 de septiembre. A su vez, de permitir su elección, si Lula ganase y asumiese antes de la resolución de sus recursos, comienza a tener fueros y la causa queda en espera. Si sucediera un pronunciamiento adverso antes de la asunción, su elección se anularía y debería asumir el o la vice.
Por eso, los dirigentes del PT (Partido dos Trabalhadores) hicieron mutis por el foro tras la sentencia y sigilosamente tomaron sus aviones en Porto Alegre para dirigirse a San Pablo, donde la Comitiva Nacional de la formación se reunió de emergencia para discutir los pasos a seguir. Inmediatamente, su presidenta, la senadora Gleisii Hoffmann, expuso un manifiesto del partido que convoca a "desobedecer la decisión judicial" e informa que mantienen firmemente la candidatura de Lula. En esta situación, los referentes consultados sostienen que el PT no tiene un "plan B" y que van a fondo con la candidatura; incluso, por primera vez, circuló la discusión interna de no presentar candidato en caso de avanzar la proscripción.
Es que la candidatura de Lula articula alianzas más amplias que el PT. Al caer, otros nombres comienzan a sonar, pero ninguno logra el consenso suficiente para expresar ese espacio. Según comenta a Tiempo Argentino Gustavo Alves, asesor de la oposición en el Senado brasileño, "los golpistas harán todo lo posible para impedir la candidatura de Lula", y sostiene: "El PT debe recurrir al TSF para mantener la chance de Lula de registrarse. Pero es baja la posibilidad de que eso suceda". Consultado sobre la posición de los partidos aliados, comenta que "los partidos de izquierda aún van a debatir las salidas para esta instancia del doble golpe. Ahora, Lula debe luchar para registrar su candidatura, pero la izquierda se reunirá para encontrar un nombre único para la presidencia".
Una situación compleja, en tanto que en octubre además de la presidencia se eligen gobernadores y parlamentarios, en un esquema de alianzas cruzadas que dificultan una articulación convergente en una candidatura. Consultado por Tiempo, el politólogo Gonzalo Rojas, profesor en la Universidad Federal de Campina Grande y miembro del staff de Esquerda Diario, plantea que "el comunicado emitido por el PT es absolutamente defensivo y no trae ninguna propuesta concreta. La CUT y la CTB (centrales obreras) tienen que convocar a asambleas de base para construir una huelga general contra la reforma de las jubilaciones que (Michel) Temer marcó desde Davos como fecha para tratar el 20 de febrero, y por las libertades democráticas". También sugiere la formación de "un frente único que luche contra las reformas y por los derechos democráticos para golpear de conjunto un régimen político que ya no da para más. Eso sólo es posible con iniciativas políticas para salir de la defensiva, una asamblea constituyente libre y soberana, que cambie las reglas de juego y no sólo los jugadores".
El desenlace político en Brasil tiene repercusión en toda la región, por eso fue notable la presencia de una nutrida delegación argentina junto a la de otros países. El politólogo Federico Montero, que participó por FEDUBA-CONADU por los docentes universitarios, se manifestó conforme por la participación y comentó a Tiempo que "fue una amplia delegación internacional con muy fuerte presencia de dirigentes gremiales y políticos argentinos". En tanto, sobre el fallo del TRF-4 sostuvo: "El juicio a Lula con todas sus arbitrariedades se entiende como parte del mismo entramado político que dio origen al golpe institucional contra Dilma. Colocan a la democracia y el estado de derecho en estado de excepción para quebrar al movimiento popular y a su principal liderazgo, Lula Da Silva. En este escenario, la movilización popular y la solidaridad regional son clave para revertir el proceso. Por eso estamos acá". «
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