A la espera de un fallo que puede herir de muerte a la democracia en Brasil
El próximo 24 una Cámara Federal decidirá la suerte del expresidente Lula da Silva: la inhabilitación y posible cárcel por supuestos casos de corrupción, o la casi segura vuelta al poder del exobrero metalúrgico.
La ciudad de Porto Alegre, emblemática para el Partido de los Trabajadores (PT), será el epicentro de la política brasileña el próximo 24 de enero. Ese día, el Tribunal Regional de la 4º Región decidirá si ratifica o no la condena de nueve años y medio de prisión que en julio de 2017 el juez federal Sergio Moro le impuso al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción pasiva y lavado de dinero. De suceder, puede impedir su candidatura para las presidenciales de octubre de 2018 y se abre un nuevo escenario político en Brasil.
Lula fue condenado en el contexto de la operación Lava Jato, la investigación del multimillonario desvío ilegal de dinero de la petrolera estatal Petrobras, y afronta varias causas judiciales más por el mismo motivo.
Existen pocas dudas sobre la decisión de confirmar la condena de Lula por parte de la Cámara. Las especulaciones giran en ver si el fallo será por mayoría, lo que deja margen para la apelación, o por unanimidad, dando paso a la inhabilitación e incluso a la prisión del ex mandatario. Para el abogado Alfredo Gugliano, profesor de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul, el resultado de 3 votos a 0 es el escenario más probable. “Si existe unanimidad la posibilidad de Lula de recurrir con éxito es pequeña. Y se entiende que si el Tribunal confirma la sentencia, Lula no solo queda inhabilitado como candidato sino que además queda preso”, analiza el experto con Tiempo. Según el especialista, ese escenario es incierto y abre diferentes posibilidades: “Si lo van a apresar o no, todavía es temprano para saber, hasta ahora no se discute mucho ese escenario. Por eso, el PT tradicionalmente no abre la posibilidad de cambiar la cabeza de la lista. Sin embargo, puede haber otras posibilidades, incluso dicen que Dilma podría concurrir, en tanto que por fuera están Roberto Requião y Ciro Gomes, que son candidatos fuertes.”
Sobre el clima político en Porto Alegre, Gugliano comenta que “el intendente pidió la intervención militar el día de la sentencia, pero el gobierno de Michel Temer contestó que sólo puede pedirlo el gobernador.Lo cierto es que el clima está montado y que si condenan a Lula y lo ponen preso hay que ver lo que pasa”.
“Debido a las manifestaciones de líderes políticos que convocan a una invasión en Porto Alegre, tomé esa medida para proteger al ciudadano y el patrimonio público”, argumentó el jefe del gobierno local, Nelson Marchezan. Varias organizaciones sociales convocaron a una movilización masiva a Porto Alegre para el 24 (ver recuadro) y se espera que no sólo Lula asista al juicio sino que también lo haga su sucesora, la ex presidenta destituida Dilma Rousseff.
Tampoco tiene dudas de la condena Raúl Pont, fundador y miembro de la Dirección Nacional del PT. “Por la composición de esa Cámara, todo indica una condena. Esa Cámara es una regional de la Justicia Federal. En caso de condena, Lula puede caer bajo otra ley aprobada hace poco que dice que un condenado en segunda instancia puede quedar preso y estar inhabilitado para ser elegido”, considera Pont en diálogo con Tiempo. Respecto a qué hará el PT ante una inhabilitación, Pont responde: “Más allá de apelar al Supremo Tribunal de Justicia y al Supremo Tribunal Federal, el PT ya decidió que en cualquier caso mantendrá la candidatura de la campaña”.
El partido de Lula y Dilma recurrirá a la movilización popular permanente para garantizar la participación electoral del ex presidente. “El registro que se presentó se mantiene hasta el 15 de agosto y es el Tribunal Supremo Electoral el que decide, pero allí creemos que será otra coyuntura de campaña en todo el país”, expone el dirigente petista, quien agrega que desde el día de la sentencia comenzará una fuerte acción en las calles: “Vamos a hacer movilizaciones, resistencia, traer apoyos externos y del país. De hecho, ya tenemos un Manifiesto nacional e internacional que ya pasó las 110 mil firmas de juristas, intelectuales, artistas, políticos, etcétera. Por eso el apoyo con manifestaciones y la presencia en Porto Alegre en los días 22 y 23 de enero serán importantes. Los que quieran sumarse pueden hacerlo en ”, concluye Pont.
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